Rock camino a Teruel

Para el l¨ªder de una banda que hace un par de a?os sac¨® su primer disco s¨®lo en cassette ¨C500 copias que ahora est¨¢n buscad¨ªsimas¨C, sin duda los viajes a?ejos de carretera han de tener una m¨ªstica especial. Gerard Alegre, el cantante y compositor de El ?ltimo Vecino, sigue girando y prepara ya su segundo ¨¢lbum, que seguramente ver¨¢ la luz en octubre. Ojo, que igual les da por sacarlo en USB.

Usted ha dicho que, cuando era peque?o, la ¡°m¨²sica buena¡± era la que ten¨ªa en sus cassettes. Deb¨ªa disfrutar en el coche.

Mucho. Sobre todo en los viajes que hac¨ªamos cada verano desde Barcelona, donde viv¨ªa, al pueblo de mi padre, Fuentes de Rubielos, en Teruel. Mis padres pon¨ªan en el radiocassette El ?ltimo de la Fila, H¨¦roes del Silencio, Queen, Supertramp y otros grupos que ahora tengo como referentes en mi m¨²sica, que forman parte de la discograf¨ªa de mi subconsciente. Adem¨¢s, los relacionaba con el camino al pueblo, donde todo era m¨¢s an¨¢rquico y ten¨ªa mucha m¨¢s libertad. Cu¨¢nto m¨¢s nos acerc¨¢bamos, m¨¢s notaba esa sensaci¨®n de que todo es posible. Ten¨ªa mi pandilla y hac¨ªa lo t¨ªpico de los pueblos, pero que cuando lo vives te parece el para¨ªso.

?Y de adolescente no se rebotaba e impon¨ªa usted sus grupos en el viaje?

Eso tambi¨¦n es curioso, porque recuerdo que me regalaron un Discman y yo iba en el asiento trasero con mi hermana, como el t¨ªpico adolescente aislado con auriculares, escuchando a los Smiths. Pero entre canci¨®n y canci¨®n le daba al pause si mis padres pon¨ªan El ?ltimo de la Fila y ahora veo que esas dos influencias se han sintetizado en El ?ltimo Vecino. Cuando empiezo a crear algo nuevo me gusta pensar que algo de eso se forj¨® en esos viajes al pueblo.

?C¨®mo son ahora sus giras?

Vamos por la Nacional por dos motivos: para no gastar y porque nos gusta esa est¨¦tica cutre. Nos encanta parar en restaurantes guarros y tiendas de piscinas.

Y han estado tambi¨¦n actuando en M¨¦xico.

S¨ª, eso fue la locura. Primero fuimos al D.F. y luego a Monterrey, en un viaje expr¨¦s de 14 horas de ida y 14 de vuelta en furgoneta. El paisaje era brutal y al llegar all¨ª no nos lo cre¨ªamos. La sala era enorme, estaba llena y la gente cantaba todas las canciones. Despu¨¦s fuimos a Texas y Nueva York pero no pudimos tocar por temas de visado.