En busca del tesoro moro en M¨¢laga
Leyendas, estalagmitas y las huellas de las olas del mar en la gran cueva submarina del Rinc¨®n de la Victoria
?Qui¨¦n no so?¨® alguna vez con encontrar un tesoro? A solo 20 minutos de M¨¢laga, recorriendo la costa en direcci¨®n norte por una carretera de impresionantes vistas al Mediterr¨¢neo, alcanzamos Rinc¨®n de la Victoria, donde tendremos la posibilidad de cumplir nuestro sue?o. Pasen y vean: llegamos a la Cueva del Tesoro.
Lagos y estalactitas
M¨¢s de 2,5 kil¨®metros de extensi¨®n componen las bellas galer¨ªas subterr¨¢neas de la llamada Cueva del Higuer¨®n o Cueva del Tesoro, que forma parte de las llamadas Cuevas del Cantal situadas en la bah¨ªa de M¨¢laga. La que nos ocupa, enclavada en La Cala del Moral, es una de las tres ¨²nicas cavidades de origen marino visitables del mundo y la ¨²nica de Europa ¡ªlas otras dos se encuentran en M¨¦xico y China¡ª. Recorremos apenas dos escaleras descendentes y un aire fr¨ªo nos invita al espect¨¢culo de la naturaleza subterr¨¢nea: una lluvia despareja de estalactitas y estalagmitas formadas por las filtraciones terrestres cuando la cueva ya hab¨ªa emergido y el mar se hab¨ªa retirado. Podemos admirar los lagos, descensos por rampas entre pasadizos estrechos, columnas gigantes, gargantas y techos catedralicios. En las rocas, que nos descubren cerdos, camaleones o peces, todav¨ªa se aprecian las huellas de las olas del mar, que han tallado la caverna a lo largo de millones de a?os con t¨ªpicas formaciones calizas. Una melancol¨ªa salina se respira all¨ª abajo.
?rase una vez el hombre
Entre los 30.000 y los 5.000 a?os antes de Cristo, la cueva fue usada por los antiguos como un espacio cultural: el arte prehist¨®rico rupestre de grupos humanos dedicados a la caza y a la pesca. All¨ª dejaron las pruebas de su tiempo en forma de dibujos, a los que el visitante actual tiene acceso en pocos e indeterminados periodos del a?o, dado que son espacios especiales dentro de la gruta en constante estudio de espele¨®logos e historiadores. En el interior, por donde han pasado diversas civilizaciones del neol¨ªtico y del paleol¨ªtico, adem¨¢s de los fenicios, se pueden contemplar tambi¨¦n r¨¦plicas de piezas de cer¨¢mica y s¨ªlex.
Durante los 45 minutos aproximados de visita guiada, recorremos a pie diferentes estancias marcadas por leyendas ancestrales y por caracter¨ªsticas hist¨®ricas, arqueol¨®gicas y geof¨ªsicas del lugar. Entre otras, visitamos la Sala del ?guila, donde una roca con la forma de este animal es la protagonista, y la amplia Sala de los Lagos, en los que se reflejan las estalactitas exc¨¦ntricas, un paisaje ambientado por la iluminaci¨®n artificial.
Noctiluca, el otro secreto
El silencio de la cueva, incluso con sus ecos y su fresco subterr¨¢neo, se presta para la pr¨¢ctica espiritual y la adoraci¨®n, y as¨ª ha sido. Incluso actualmente se realizan clases de meditaci¨®n privadas. En la antig¨¹edad, la vida religiosa del lugar estuvo marcada por dos figuras, que muchos interpretan como la misma: la Virgen Mar¨ªa y la m¨¢s antigua y legendaria, la diosa Noctiluca. A la Virgen est¨¢ dedicada la primera gran sala de la visita. Noctiluca, reina fenicia y de los pueblos antiguos del Mare Nostrum, da origen para muchos estudiosos al nombre de M¨¢laga, del fenicio Malaka, que significa reina. Misteriosa y altiva, se erige en medio del paseo en forma de una piedra con perfil de mujer y un hoyo en su cabeza que representa la luna, a la que se suma otra roca que hace las veces de mesa donde se ofrec¨ªan sacrificios de animales.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Cueva del Tesoro. Visitas guiadas: en verano, a las 10.45, 11.30, 12.15, 13.00, 16.45, 17.30, 18.15 y 19.00. El resto del a?o: 10.45, 11.30, 12.15, 13.00, 15.45, 16.30 y 17.15. Entrada: ni?os de 4 a 14 a?os, 2,75 euros; adultos, 4,65.
Buscadores de oro
La historiograf¨ªa y las leyendas contadas a trav¨¦s de los tiempos acerca de aventureros o perseguidos resultan abundantes y asombrosas. Una sala del recorrido lleva el nombre del romano Marco Craso, quien habr¨ªa utilizado el espacio como refugio al huir de persecuciones pol¨ªticas. Sucedi¨® en el a?o 86 antes de Cristo, lo documenta Plutarco en sus Vidas paralelas. La Sala del Suizo hace referencia a la historia m¨¢s tr¨¢gica, la de un tal Antonio de la Nari que, atra¨ªdo por la leyenda del tesoro, muri¨® en una de las explosiones con p¨®lvora que ¨¦l mismo llevaba a cabo, all¨¢ por 1847. Algunos lugare?os comentaron que el alma errante del suizo sigui¨® vagando durante a?os. Aunque uno crea caminar solo en la cueva, siempre hay fantasmas que no se cansan de buscar y buscar.
Un emperador y cinco reyes
Laza Palacio fue el mayor especialista de las cuevas en el siglo XX, a las cuales dedic¨® casi cuarenta a?os, excavando hasta localizar seis monedas de oro en un candil. Aunque exist¨ªan documentos escritos que atestiguaban que el emperador almor¨¢vide del siglo XII Tasufin ben Al¨ª hab¨ªa escondido un tesoro, Laza Palacio se apasion¨® con el legendario y m¨¢gico relato de los cinco reyes mahometanos que antes de la Reconquista se vieron acorralados por perseguidores cristianos y tuvieron que ocultar enormes riquezas en la cueva.
En su libro El tesoro de los cinco reyes, este ling¨¹ista y explorador malague?o deja constancia de su mayor certeza: ¡°Que existe un tesoro medieval soterrado en esta cueva es algo a mi juicio totalmente cierto. Pero ?ser¨¢ f¨¢cil que encontremos el tesoro? Creo que no es cosa f¨¢cil, pero s¨ª posible. ?Cu¨¢ndo? ?Qui¨¦nes lo hallar¨¢n? Solo Dios sabe¡¡±.
Guillermo Roz es autor de la novela 'Malemort, el impotente' (Alianza Literaria).
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