10 buenas razones para viajar a California
Desde mecas surferas hasta bosques de ¨¢rboles gigantes o la ciudad donde naci¨® la contracultura, un recorrido por el estado norteamericano
Viajar a California no es como ir a cualquier otro rinc¨®n de Estados Unidos. Esta es tierra de pioneros, donde cuaj¨® la fiebre del oro, surgi¨® la generaci¨®n beat, se reinvent¨® el surf o se fabric¨® la industria de sue?os del cine. California es mucho m¨¢s que Hollywood o las famosas calles de San Francisco y sus tranv¨ªas. Su esp¨ªritu bohemio y libre, su pasi¨®n por lo tecnol¨®gico, la buena vida, el buen vino y la comida org¨¢nica la hacen diferente.
Es tambi¨¦n tierra de monta?as salvajes, ¨¢rboles gigantes, desiertos extremos, playas para todos los gustos y parques nacionales inmensos. Su tradici¨®n de fusi¨®n cultural se expresa en su cocina, sus variopintas ciudades y su intensa vida art¨ªstica. Estas son 10 (solo 10), de las much¨ªsimas razones que podr¨ªamos encontrar para viajar a California.
01 Para ver a las estrellas del cine
Los ?ngeles es una ciudad extra?a para los europeos y por s¨ª misma ya merecer¨ªa el viaje. No es una ciudad para ver a pie y se echa de menos el t¨ªpico ¡°centro de la ciudad¡± entre tanta autopista y grandes bulevares. Pero una vez que nos orientemos, podremos disfrutar al m¨¢ximo de los barrios multiculturales e incluso de la vida nocturna de la alfombra roja de Hollywood.
En Los ?ngeles viven los m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres de Estados Unidos. Entre sus habitantes hay descendientes de buscadores de oro, de estrellas de cine y de aspirantes a cualquier cosa. El Condado de LA es muy extenso y dif¨ªcil de conocer si no es en coche. En el centro, el downtown, est¨¢ la historia, la cultura y el nuevo coraz¨®n de los j¨®venes artistas y profesionales que han llenado la zona de lofts, bares, galer¨ªas y restaurantes; en Hollywood, al noroeste, encontraremos a los artistas y los estudios de cine y en West Hollywood el dise?o urbano chic y la comunidad homosexual. Al sur, est¨¢ el Museum Town y al oeste, el lujoso Beverly Hills, lleno de masseratis e incre¨ªbles mansiones, el pretencioso Rodeo Drive y el Getty Center, en la cima de la colina. Si queremos ir a una playa tur¨ªstica, podremos ir a Santa M¨®nica; si preferimos lo elegante, tenemos Malibu. Los bohemios, seguramente, refieren Venice o Long Beach.
02 Para recorrer las calles de San Francisco
La ciudad de la libertad y la experimentaci¨®n, de las empresas verdes y tecnol¨®gicas, de los primeros hippies y la primera comunidad homosexual; San Francisco es la cara opuesta de Los ?ngeles. Las 43 colinas de la ciudad y los m¨¢s de 80 locales art¨ªsticos estimulan las piernas y la imaginaci¨®n del viajero, que a cambio puede disfrutar de unas magn¨ªficas vistas. Casi todos los puntos de inter¨¦s hist¨®rico est¨¢n en Mission, mientras que los destinos nuevos y m¨¢s emocionantes esperan en el Golden Gate Park. Entre lo m¨¢s antiguo, la Misi¨®n Dolores, el edificio con m¨¢s solera de la ciudad, en pie desde 1776; y entre lo nuevo, el barrio de Castro, con sus banderas arco¨ªris y el GLBT History Museum. M¨¢s visitas imprescindibles: el Golden Gate Park, la m¨ªtica prisi¨®n de Alcatraz, Chinatown y el Ferry Building Marketplace, donde podremos probar productos frescos de temporada.
03 Para hacer surf
En la soleada San Diego y en Orange County se puede ir a la caza de las olas perfectas. Quien haya visto las series The OC o Real Housewives creer¨¢ que ya ha estado en estos barrios residenciales que unen Los ?ngeles y San Diego: riqueza, aspiraci¨®n y ansiedad en grandes dosis. En Orange County vive mucha gente a lo grande y tambi¨¦n vive aqu¨ª una floreciente comunidad art¨ªstica que disfruta de 67 kil¨®metros de bellas playas. Junto a Orange est¨¢ la comunidad de playa m¨¢s elegante, Newport Beach y m¨¢s all¨¢ llegamos a San Diego, donde todo es casi perfecto: el clima (22 grados todo el a?o), las playas y los bosques y el (buen) nivel de vida. Es el sitio ideal para practicar el surf y el windsurf, con muchos centros especializados y un ambiente inigualable. Entre las mecas locales para surfistas: Huntington Beach, la capital, Black¡¯s Beach, en San Diego, la playa de Rinc¨®n de Santa B¨¢rbara o las playas de Santa Cruz (Steamer Lane y Pleasure Point).
04 Para tomarse un vino y ba?arse en barro
A Napa se puede ir a ver vi?edos, pero si se quiere una experiencia realmente original, podemos ir a Calistoga, donde disfrutaremos de un agradable ba?o de barro. El Valle de Napa est¨¢ al norte de California y es la principal regi¨®n vin¨ªcola de Estados Unidos, con muchas centros de cata dise?adas por prestigiosos arquitectos (y precios a la par). En Sonoma, sin embargo, se puede degustar vinos en bodegas m¨¢s asequibles y de trato m¨¢s cercano, incluso conocer al perro del viticultor.
Hay 230 bodegas en este valle de 48 kil¨®metros de largo, a lo largo de tres grandes rutas. Hay sitios tan curiosos como la min¨²scula Yountville, antigua parada de diligencias que hoy acoge el famoso The French Laundry y que cuenta con m¨¢s restaurantes con estrella Michel¨ªn per c¨¢pita que cualquier otro rinc¨®n gastron¨®mico del pa¨ªs. En la r¨²stica Calistoga, probablemente la ciudad menos aburguesada de Napa, hay spas de fuentes termales y emporios de ba?os de barro a partir de la ceniza del contiguo monte St. Helena.
05 Para ver los ¨¢rboles m¨¢s altos
Est¨¢n en los Redwood National & State Parks, uno de los espacios naturales del norte de California. Esta uni¨®n del parque nacional de Redwood y los estatales de Prairie Creek, Del Norte y Jedediah Smith ha sido declarada patrimonio mundial y concentra casi la mitad de los bosques primarios de secuoyas de California. La entrada al parque nacional es gratis mientras que los parques estatales tienen una cuota diaria en algunas de sus ¨¢reas y las ¨²nicas zonas de acampada permitidas. Es maravilloso asomarse desde la tienda de campa?a y observar los troncos colosales de las enormes secuoyas. Adem¨¢s, estamos junto a una costa virgen, en la que las secuoyas se asoman sobre los acantilados.
06 Para asomarse al Pac¨ªfico
California se asoma a este inmenso oc¨¦ano en sus m¨¢s de 1.700 kil¨®metros de variado litoral. Hay costa de todo tipo: accidentada y virgen en el norte, sofisticada y abarrotada de gente guapa en el sur, ideales para practicar surf, kayak o pasear. Es dif¨ªcil quedarse con una u otra playa. As¨ª que nos quedamos con cinco imprescindibles, seg¨²n preferencias: Coronado, para broncearse en la angosta franja de Silver Strand, que cierra la bah¨ªa de San Diego; Huntington Beach, para disfrutar del voleiplaya; la playa de Zuma, de aguas cristalinas, olas espumosas y arena fina al norte de Malib¨²; Santa Cruz, la reina del surf, con un animado paseo mar¨ªtimo, y Port Reyes, de playas salvajes y venteadas, ideales para ver fauna.
07 Para descubrir monta?as y desiertos
La diversidad californiana va desde cimas nevadas a bosques primarios, y desde un mar brillante a magn¨ªficos desiertos que, adem¨¢s, desprenden una serena espiritualidad y son visitados por bohemios, rockeros, estrellas de cine, escaladores y aventureros en todoterreno. La meca es Palm Springs, que en los a?os cincuenta y sesenta era la v¨ªa de escape de Sinatra, de Elvis y otras grandes estrellas. Despu¨¦s se llen¨® de hoteles boutique y de obras de grandes arquitectos y los visitantes se lanzaron a recorrer las ciudades del desierto: de Cathedral City a la glamurosa Palm Desert, todas unidas por la Highway 111.
Para ver monta?as remotas y vac¨ªas hay que dirigirse al norte del estado, escenario perfecto para explorar su naturaleza. La espina dorsal de California es la Sierra Nevada, una sucesi¨®n de picos tallados y cincelados por la erosi¨®n a lo largo de 643 kil¨®metros. La Sierra, que alberga tres parques nacionales (Yosemite, Sequoia y Kings Canyon), es como un pa¨ªs de las maravillas para monta?eros, senderistas y escaladores: se puede subir al pico m¨¢s alto de los Estados Unidos continentales, el Mt. Whitney, de 4.421 metros (solo superado por el Mt. McKinley, 6.194 metros, en Alaska); contemplar algunas de las cascadas m¨¢s altas de Norteam¨¦rica y plantarse ante los ¨¢rboles m¨¢s altos del mundo, como el General Sherman, el m¨¢s voluminoso, con 83,3 metros de altura, 11,1 de di¨¢metro y un volumen de 1.500 metros c¨²bicos.
08 Para sentarse a la mesa
California es uno de los grandes destinos gastron¨®micos americanos, gracias a sus f¨¦rtiles terrenos, sus buenos chefs y el insaciable apetito por lo nuevo. La experiencia gastro en California incluye comprar en mercados agr¨ªcolas, degustar alguno de sus excelentes vinos o cenar en uno de sus c¨¦lebres restaurantes.
En San Francisco, por ejemplo, hay m¨¢s restaurantes que en ninguna otra ciudad del pa¨ªs y una aut¨¦ntica obsesi¨®n por la comida local y sostenible. Para comprobarlo, solo hay que reservar en sitios como Chez Panisse (Berkeley), donde Alice Waters, pionera de la revoluci¨®n de la comida org¨¢nica, lleva cocinando desde 1971. Estamos en el para¨ªso de la cocina fusi¨®n (japonesa, china, hawaiana, francesa, hispana¡) y aunque los sabores m¨¢s populares siguen siendo interculturales, ahora se hace m¨¢s hincapi¨¦ en el producto de proximidad y sostenible, como las ostras de Sonoma, el champ¨¢n de Napa o los fideos de algas de Mendochini. Buenas referencias para gastro-viajeros son Benu, con ingeniosas mezclas de cl¨¢sicos orientales y los mejores ingredientes occidentales, y Aziza, con sabores alegres que mezclan California con Marruecos.
En Los ?ngeles, donde todo es espect¨¢culo, tambi¨¦n lo son algunos chefs: Matsuhisa, Thomas Keller, Mario Batali o Michael Boltaggio figuran entre las celebridades culinarias predilectas entre foodies residentes y de paso. La ciudad rebosa de mercados agr¨ªcolas, caf¨¦s de mercado y magn¨ªficos restaurantes vegetarianos y veganos.
09 Para recorrer el Salvaje Oeste
En el Death Valley National Park podremos caminar entre dunas y explorar las ciudades fantasmas del Salvaje Oeste, casi como en una pel¨ªcula. El Valle de la Muerte evoca con su nombre unas condiciones infernales pero, visto de cerca, se puede apreciar su enorme belleza y la irresistible atracci¨®n que ejerce. Es una tierra de exageraciones, que ostenta el r¨¦cord nacional de temperatura (57 grados cent¨ªgrados), de la cota m¨¢s baja de altitud (Badwter, a 85,9 metros por debajo del nivel del mar) y del parque nacional m¨¢s grande (12.959 kil¨®metros cuadrados), exceptuando el de Alaska.
Otro encuentro con el aut¨¦ntico Oeste americano lo podemos tener en el Gold Country, el asentamiento californiano donde comenz¨® la m¨ªtica fiebre del Oro en 1848, con una estampida que atrajo a m¨¢s de 300.000 buscadores hasta las estribaciones de la Sierra Nevada. All¨ª se conservan peque?as poblaciones que en otros tiempos fueron violentas comunidades y hoy viven de la venta de antig¨¹edades y recuerdos de la gold rush.
Los m¨¢s aventureros pueden aprovechar para dejarse arrastrar por los r¨¢pidos del American River y sus afluentes.
10 Para caminar sobre acantilados
El recorrido en coche por la Highway 1 nos conducir¨¢ sobre los acantilados esculpidos por el mar a lo largo de la rocosa costa de Big Sur. Se ha escrito mucho sobre la belleza virgen y la energ¨ªa de esta escarpada franja costera de 160 kil¨®metros encajada al sur de la pen¨ªnsula de Monterrey, pero el Big Sur es m¨¢s un estado de ¨¢nimo que un lugar concreto en el mapa; no hay sem¨¢foros, ni bancos, ni centros comerciales. Tampoco es barato y conviene reservar los hoteles y la entrada en los parques estatales de la ruta si no queremos contratiempos durante la ruta.
Se trata de un recorrido ideal para quienes buscan experiencias diferentes, como visitar el Esalen Institute, a 16 kil¨®metros al norte de Luc¨ªa, famoso por sus talleres de esoterismo y ba?os en aguas termales con vistas al oc¨¦ano. Los bohemios tienen diversos atractivos a lo largo de la ruta, como la biblioteca beatnik Henry Miller Memorial Library, que adem¨¢s de su excelente fondo organiza conciertos de m¨²sica en directo y sesiones de DJ, noches de micro abierto y cine al aire libre.
Los que prefieran paisajes a espacios cerrados tienen fant¨¢sticos senderos excursionistas que transitan por bosques de secuoyas, cascadas costeras y paisajes casi v¨ªrgenes donde las olas del oc¨¦ano Pac¨ªfico rompen con fuerza contra los acantilados. Otro Finisterre, al otro lado del mundo.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es y en la gu¨ªa Lonely Planet de California.
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