Comporta, ascetismo playero
A poco m¨¢s de una hora de Lisboa, una pen¨ªnsula arenosa en el estuario del r¨ªo Sado atrae a visitantes en busca de desconexi¨®n. Toalla y bronceador en el capazo de paja
Al caminar por las playas de Comporta no puedo evitar canturrear la canci¨®n de Antonio Carlos Jobim As praias desertas, aunque lo que suena dentro de m¨ª es la fant¨¢stica versi¨®n de Paula Morelembaum. Se trata de una playa atl¨¢ntica donde, en plena temporada, con solo caminar cinco minutos dejas de ver gente por delante y por detr¨¢s. R¨¢pidamente tienes una sensaci¨®n de inmensidad, sientes v¨¦rtigo al confundir el horizonte, un aut¨¦ntico placer ambivalente que tenemos pocas ocasiones de experimentar.
Llegar a Comporta desde Lisboa, pasando por Set¨²bal, supone apenas una hora de autopista y quince minutos de traves¨ªa en ferry. Un recorrido pintoresco para atravesar la desembocadura del r¨ªo Sado, rodeados de delfines que siguen la estela del barco. Al llegar a Troia se recorre una urbanizaci¨®n de lujo, m¨¢s parecida a un decorado, donde chalets minimalistas de dise?o, campos de golf y un hotel cierran un complejo tur¨ªstico artificial y poco apetecible. La pen¨ªnsula de Troia es una estrecha franja de territorio entre el r¨ªo Sado y el mar que termina en Comporta, una fregues¨ªa de Alc¨¢zar do Sal, pueblo agr¨ªcola donde las peque?as y sencillas viviendas de pescadores se han ido transformando en caba?as de alquiler para los turistas enamorados del paisaje natural de Comporta.
Por la ma?ana
La infraestructura hotelera es casi nula, lo cual ayuda a que sea un sitio tan apetecible y poco saturado. La oferta gastron¨®mica se sit¨²a en la calle principal, donde los restaurantes de pescado grellado colocan las parrillas met¨¢licas autoconstruidas en la calle. El d¨ªa comienza en la terraza de la Pasteler¨ªa Eucaliptus con un caf¨¦ con tostadas y aceite o bollos t¨ªpicos de la zona, o en La Padar¨ªa de Lavanda, donde uno puede tomar un zumo combinado y energ¨¦tico.
En Comporta existe un ¨²nico supermercado, que tiene el techo cubierto de capazos de paja, donde se pueden encontrar productos gastron¨®micos de todas partes del mundo, con una gran variedad tambi¨¦n de productos locales de excelente calidad. All¨ª se ve comprar a los veraneantes franceses, rusos y americanos. Muy pocos espa?oles. Frente al supermercado, una construcci¨®n abandonada sirve de nido para un grupo de cig¨¹e?as de gran porte que ocupan la parte superior de los dep¨®sitos de agua de color gris del bar Hex¨¢gono.
Y luego est¨¢n las tiendas donde encontrar vestidos largos de lino, alpargatas de esparto, capazos y una selecci¨®n de moda ¨¦tnica de Antic Batik, Paul and Joe Sisters o Vanessa Bruno. Se encuentran en La Loja do Museo, en Cote Sud o en Lavanda, todos ellos espacios que alternan la ropa con objetos de decoraci¨®n y muebles auxiliares. Tambi¨¦n destaca TM Collection, un espacio rehabilitado para la firma de moda portuguesa dirigida por Teresa Martins a base de telas naturales de algod¨®n, lino y seda.
La gran duna
Tres son las principales playas de la zona: Comporta, Carvalhal y Pego. Todas ellas repiten un modelo de urbanizaci¨®n racional y ordenado que poco tiene que ver con las playas mediterr¨¢neas. Desde el parking, un eje central mediante pasarelas de madera atraviesa la gran duna protegida hasta las playas. La oferta gastron¨®mica se divide en restaurantes, chiringuitos y bares a pie de tumbona, todos construidos en madera, con mobiliario discreto y elegante de lona, sin marcas comerciales a la vista. De las tres playas, la m¨¢s especial es la de Pego. Es el sitio perfecto para desconectar definitivamente y dejarse seducir por una buena comida en el restaurante La Sal o por una cerveza acompa?ada de sushi o patatas fritas en el peque?o chiringuito con tumbonas.
Una buena parada para comer o cenar cerca de Comporta, en Torre, es el restaurante Dona Bia, establecimiento de carretera de calidad excelente en el que se toma seguramente la mejor ensalada de pulpo de la zona y una buena selecci¨®n de pescados frescos a la plancha, adem¨¢s de una deliciosa crema de maracuy¨¢. Otra pista es el Museo de Arroz, algo m¨¢s sofisticado pero de igual calidad y especialmente recomendable para tomar un vino al atardecer en la terraza que da al arrozal.
Puesta de sol
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Restaurante Museu do Arroz (restaurantemuseudoarroz.com).
? Turismo de Portugal (www.visitportugal.com).
? Turismo del Alentejo (www.visitalentejo.pt/es).
? Turismo de Set¨²bal (www.visitsetubal.com.pt).
Adem¨¢s de la oferta de playas, Comporta invita a paseos por el campo primorosamente cultivado o por el parque natural del estuario del r¨ªo Sado, en torno a Carrasqueira, donde un espectacular puerto palaf¨ªtico decadente servir¨¢ para los mejores selfies durante la puesta de sol.
En el mismo pueblo se encuentran las casas na areia y caba?as no r¨ªo del arquitecto portugu¨¦s Manuel Aires Mateus (Lisboa, 1963), sofisticadas a la vez que sencillas, construcciones sostenibles que utilizan el lenguaje constructivo del lugar, las primeras a base de franjas de madera horizontal y paja, con interiores minimalistas y elegantes y suelo de arena, y las segundas totalmente construidas en madera. Estas peque?as piezas son un ejemplo de c¨®mo se puede intervenir en el paisaje dotando a un enclave de infraestructuras hoteleras de forma creativa, silenciosa y sensible.
En este enclave alentejano resulta arrebatadora la belleza del paisaje natural. Franjas de verde intenso en los arrozales, el azul profundo del mar y el amarillo de los campos cultivados.
Ariadna Cantis es arquitecta y comisaria de arquitectura.
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