Sevilla fantasmag¨®rica
Las huellas de la Inquisici¨®n, cr¨ªmenes legendarios y esp¨ªritus que se aparecen en una ruta nocturna repleta de misterios
Calles enjutas y oscuras, adoquines, la luz titilante y naranja de una farola en la esquina. Ecos que retumban entre las fachadas de piedra y ta?idos de campanas en el silencio de la noche. Sevilla esconde, m¨¢s all¨¢ del color tradicional que hace la brillar de d¨ªa, historias ocultas, misterios sin resolver, cr¨ªmenes fat¨ªdicos y sucesos inexplicables que dejan su estela por los rincones de la ciudad. Desde que en el siglo IX antes de Cristo se fundase la urbe originaria, tambi¨¦n llamada Spal, H¨ªspalis, Isbilya o Serva la bari, han pasado por ella miles de habitantes de alma negra que han dejado secuelas visibles e imborrables. Una ruta repasa ahora los cr¨ªmenes y sucesos m¨¢s dram¨¢ticos acontecidos en los espacios que rodean a la Catedral de Sevilla.
Solo a una mente t¨¦trica se le ocurrir¨ªa poner agua con sal a los pies de los presos para que una cabra los chupase con su ¨¢spera lengua hasta llegar a los huesos, para que despu¨¦s se infectasen las heridas; o enganchar a los reos por las extremidades hasta dislocar brazos y piernas, o poner un pa?o en la boca y verter c¨¢ntaros de agua hasta llevar al reo al borde del ahogamiento. M¨¦todos habituales durante la Inquisici¨®n para conseguir testimonios verdaderos o falsos, pero s¨ª definitivos, que pusieran fin a la tortura. Sobre el z¨®calo del edificio del Ayuntamiento de Sevilla, una cruz con siete cabezas de querubines recuerda el lugar en el que se firm¨® el ¨²ltimo auto de fe del santo tribunal de la Plaza de San Francisco, donde centenares de personas fueron ajusticiadas o perdonadas entre los siglos XV y XIX.
A escasos metros de esta plaza, no es dif¨ªcil imaginar, durante la noche, capas y armaduras resonando por los recovecos del centro hist¨®rico hasta llegar a la actual calle Zaragoza, donde se restaura un amplio edificio donado por Alfonso X El Sabio a los caballeros de la Orden del Temple, quienes ayudaron al rey San Fernando en la conquista cristiana de la ciudad de Sevilla, en 1248. Un balc¨®n, un portal¨®n y unos huertos abastecieron a los templarios durante su estancia en la ciudad. La imaginaci¨®n puede completar la escena entonando las Cantigas a Santa Mar¨ªa, cuya composici¨®n est¨¢ atribuida, en parte, al propio monarca, quien en honor a la virgen habr¨ªa escrito: Santa Maria, strela do dia / mostra-nos via pera Deus e nos guia / Ca veer faze-los errados / que perder foran per pecados / entender de que mui culpados / son; mais per ti son perd?ados.
Y con los c¨¢nticos se cruza la Catedral hasta llegar al barrio de Santa Cruz, eje en el que convivieron jud¨ªos, moros y cristianos durante siglos. En la encrucijada que se forma en la calle Abades, frente al Palacio de los Pinelo, una familia genovesa que financi¨® a los Reyes Cat¨®licos a cambio de poder comerciar sus mercanc¨ªas por las Am¨¦ricas, se encuentra otro punto oculto para la Historia. Bajo tierra est¨¢n sepultadas unas termas romanas y, previsiblemente, tambi¨¦n una red de pasadizos que articulaban una ciudad soterrada e invisible a los ojos de los viandantes, y que serv¨ªan de escondite o para huir de los ataques. ¡°Lo que est¨¢ confirmado es que, en el siglo XVI, existi¨® un t¨²nel desde la casa del arzobispo Rodrigo de Castro hasta la vivienda de su sobrina, la Condesa de Lemos¡±, cuenta Sandra Huerga, coordinadora de la ruta Sevilla negra, que se realiza todos los fines de semana de 21.30 a 23.30. ¡°Otras historias relacionadas con estos pasajes subterr¨¢neos remiten a cristianos que cre¨ªan que los jud¨ªos hab¨ªan dejado tesoros enterrados aqu¨ª antes de ser expulsados de Espa?a en 1492¡±, apunta Huerga, quien se?ala que a este recorrido tem¨¢tico se suman estudiantes de criminolog¨ªa y amantes de las historias t¨¦tricas y fantasmag¨®ricas.
Esp¨ªritus latentes
Y es que otras de las inquietantes paradas que se realizan en el barrio Santa Cruz es la del tri¨¢ngulo de esp¨ªritus latentes, situado en la calle Fabiola. ¡°En la casa ubicada en el n¨²mero 8 se aparece el fantasma del Cardenal Wiseman, que naci¨® en Sevilla pero fue enterrado en Westminster, en Londres. ?l quer¨ªa ser sepultado aqu¨ª y por eso cuentan que no deja de manifestarse encendiendo luces, o con ruidos fuertes y portazos¡±, relata Huerga, que tambi¨¦n otro de los misterios de este barrio: el de la mujer del patio de la calle Aire. ¡°Se dice que sale una chica triste, vestida de ¨¦poca, llorando sobre una fuente¡ Y lo sorprendente es que se encontraron restos de una joven que se suicid¨® en los a?os 20 tras ser rechazada por su novio¡±. El triunvirato de pasajes espeluznantes culmina con la mujer del candelabro que se vislumbra en la calle Madre de Dios, en el n¨²mero 10. ¡°Se sabe que cerca hubo un orfanato custodiado por monjas¡±, apunta Huerga, que durante todo el recorrido guiado recomienda libros, pel¨ªculas y series relacionadas con la ruta y los episodios que cuenta.
Tambi¨¦n muestra fotos de presuntos (y legendarios) asesinos, como el del afamado crimen de las estanqueras, acontecido en julio de 1952, en el que Matilde y Encarnaci¨®n Silva fueron acuchilladas en la Avenida Men¨¦ndez Pelayo tras ser atracadas. ¡°Fueron interrogados muchos de los malhechores conocidos de la ¨¦poca y al final se culp¨® a tres de ellos, que negaron la autor¨ªa del crimen hasta que, tras ser torturados, terminaron confes¨¢ndola, aunque nunca se supo si fueron realmente ellos¡±, explica Huerga. ¡°Fueron condenados a muerte en 1956 y ejecutados en la Audiencia de Grados de la Plaza de San Francisco mediante garrote vil. Fueron los ¨²ltimos ajusticiados en el garrote de Sevilla¡±, recuerda la gu¨ªa, que recrea tambi¨¦n uno de los sucesos m¨¢s tristes del recorrido, por su actualidad. El de Luisa Roca, que en agosto de 1935 fue v¨ªctima de un crimen por violencia g¨¦nero, y cuyo cad¨¢ver qued¨® tendido en la Plaza de las Mercedarias sin que nadie pudiera salvarla. Su novio, Juan Zamora, no acept¨® que ella rechazase vivir con ¨¦l y la acuchill¨® en el cuello. ¡°Con esta historia pretendemos transmitir que tenemos que evolucionar como sociedad. Que deben quedar para siempre como sucesos del pasado, nunca m¨¢s del presente¡±.
M¨¢s rutas interesantes en Sevilla pinchando aqu¨ª
{ "active": true, "code": "187443", "elementType": "offerExtension", "id": 14, "name": "SEVILLA", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.