Jeremy Irons y la empanadilla
¡°Encanna, Encanna...¡±. El humorista Mill¨¢n Salcedo no escapa de su personaje de Martes y Trece ni en Budapest
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Aviso: hay que ponerse en situaci¨®n y leer esta entrevista perpetrando la mejor imitaci¨®n de Mill¨¢n Salcedo que uno sea capaz de conseguir. Decir, por ejemplo, que tras hacer gira por ¡°Espa???a¡± recala ahora en el teatro Nuevo Apolo de Madrid con su espect¨¢culo En mis trece. O que le encanta viajar ¡°de verde en cuando¡±. En una de esas escapadas, a Praga y Budapest, le ocurri¨® algo m¨¢s propio del terror que de la comedia.
?Qu¨¦ pas¨® en Praga?
Fue una cosa de much¨ªsimo miedo y p¨¢nico. Llegamos a Praga con mis amigos Pura y Fernandito. Nos recogi¨® en el aeropuerto un se?or muy ario y muy austriaco, con una furgonetita y se puso en marcha. Nosotros ve¨ªamos que ¨ªbamos saliendo, que pas¨¢bamos por unas monta?as y cada vez est¨¢bamos m¨¢s lejos de la ciudad. No entend¨ªamos nada. Hab¨ªa una luna llena que lo iluminaba todo y de repente nos encontramos en un bosque. Parec¨ªa un rapto, daba la impresi¨®n de que saldr¨ªa alguien a darnos de hostias y que nos lo robar¨ªan todo. Otras chicas que iban en el grupo empezaron a llorar.
?Y qu¨¦ explicaci¨®n ten¨ªa?
Resulta que el hombre estaba demasiado mayor y ten¨ªa principio de Alzheimer. Se confundi¨®. Finalmente, conseguimos que parase y nos vinieron a rescatar.
Vaya. ?C¨®mo consiguieron?re?po?nerse?
Gracias a la cerveza de Praga. Qu¨¦ rica. Mira que son guapos all¨ª, adem¨¢s, todos tan rubios.
Y despu¨¦s a Budapest.
Que nos gust¨® sobremanera. Fuimos al famoso hotel de los cuerpos Danone, que no s¨¦ c¨®mo me dejaron entrar a m¨ª, que m¨¢s bien tengo cuerpo de bid¨®n de Danone. Un d¨ªa est¨¢bamos tom¨¢ndonos una cervecita (otra) y nos fijamos en que estaba sentado al lado Jeremy Irons. En ese instante, llega un autob¨²s lleno de espa?oles y me reconocen. Empezaron todos: ¡°Encanna, Encanna, la empanadilla, un aut¨®grafo¡±. Yo fui un poco cabr¨®n y les dije: ¡°?Hab¨¦is visto que est¨¢ ah¨ª Jeremy Irons?¡±. Y se los envi¨¦ todos para ¨¦l.
Esto de la empanadilla le habr¨¢ pasado en los sitios m¨¢s inveros¨ªmiles.
Pues s¨ª, adem¨¢s, cuando est¨¢s fuera parece que el ardor patrio se enaltece. Un d¨ªa en Santa Maria del Fiore, en Florencia, acab¨¦ cantando a voz en grito ¡°?Que viva Espa???a¡!¡±.
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