Viena, la ciudad m¨²ltiple
Tardes en el caf¨¦-librer¨ªa Phil y en la terraza del hotel 25hours. Los aposentos de Sissi y el arte de Egon Schiele. La arquitectura ¡®art nouveau¡¯ y la casa de Freud. Una sorpresa continua
?Por d¨®nde comenzar a trinchar Viena? La ciudad es un objeto multifac¨¦tico que responde a una amplia gama de intereses. Si solamente queremos prestarle atenci¨®n a su lado imperial, ah¨ª tenemos palacios y magnas bibliotecas esper¨¢ndonos. Si por el contrario buscamos una Viena con banda sonora de Sch?nberg y muebles iguales a los que usaron Klimt y Egon Schiele, tambi¨¦n hay un itinerario para ello, as¨ª como varias atalayas para asomarnos al d¨ªa a d¨ªa de la capital austriaca.
Jardines imperiales
Para comprender la Viena austroh¨²ngara de finales del siglo XIX, popularizada por la figura de la emperatriz Sissi, hay una opci¨®n poco frecuentada que sirve como excelente pr¨®logo de posteriores visitas: el Museo Hofmobiliendepot (www.hofmobiliendepot.at) del barrio de Mariahilf. All¨ª se almacenan los muebles que pertenecieron a los emperadores, cuyos palacios, salvo el de Hofburg, no estaban amueblados. Cada vez que pasaban temporadas en sus residencias de Belvedere o Sch?nbrunn, un s¨¦quito de personas, muebles y objetos decorativos viajaban con ellos. Admirar el pianito de teclas estrechas construido especialmente para el pr¨ªncipe Rodolfo, hijo de la emperatriz, y ver todas las escupideras de palacio all¨ª expuestas nos hace aprender de esta vida opulenta mucho m¨¢s de lo que esper¨¢bamos.
Al salir del museo, lo suyo es tomarse un caf¨¦, no tanto por la necesidad imperiosa de beberlo sino porque visitar caf¨¦s es una de las obligaciones de quien pisa Viena. Muy cerca se hallan dos: el ampl¨ªsimo Caf¨¦ Ritter (www.caferitter.at), muy a?os cincuenta, o el Jelinek (cafejelinek.steman.at), de paredes encantadoramente mugrientas y con una enorme estufa met¨¢lica que sigue funcionando. Su lista de desayunos es larga, y al recibir nuestra comanda ser¨¢ inevitable fotografiarla, por lo abundante y bien servida.
As¨ª, con las ideas mucho m¨¢s claras sobre el Imperio Austroh¨²ngaro y sus posesiones, podemos seguir recorriendo otros palacios, como Sch?nbrunn, por cuyos jardines el pueblo llano pasea hoy sin pagar entrada. Lo mismo ocurre en Augarten (www.augarten.at), el jard¨ªn situado al norte de la ciudad. En su interior se encuentra la f¨¢brica de porcelana de igual nombre, cuyo museo est¨¢ abierto al p¨²blico. Tambi¨¦n es posible ver trabajar a los artesanos de lunes a jueves.
Curvas y volutas
Este periplo por lo imperial nos lleva m¨¢s atr¨¢s todav¨ªa en el tiempo: al Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico, anterior a 1806, en el que ya exist¨ªan las barrocas iglesias de la ciudad. Algunas est¨¢n escondidas, como la Peterskirche o iglesia de San Pedro, discretamente situada en un rinc¨®n de la muy comercial calle Graben. En su interior se celebran conciertos gratuitos de ¨®rgano los viernes por la tarde y algunos mi¨¦rcoles a mediod¨ªa. Pero el culmen de las arquivoltas y de los trampantojos lo encontramos en la iglesia de San Carlos Borromeo o Karlskirche, que adem¨¢s nos permite durante este a?o subir a su c¨²pula y llegar a rozar los frescos apote¨®sicos a cargo de ?Rottmayr; por eso el andamio que vemos nada m¨¢s entrar es, en realidad, una buena noticia. La versi¨®n secular de este barroco ecl¨¦ctico la encontramos en la Sala Imperial (Prunksaal) de la Biblioteca Nacional de Austria (www.onb.ac.at), situada en la zona palaciega de Hofburg.
Asombroso fin de siglo
En el Museumsquartier, un complejo cultural donde se encuentran la mayor¨ªa de los museos de la ciudad, la mies es mucha y probablemente no haya d¨ªas para visitar toda su oferta. Si hemos de elegir uno, el Leopold Museum (www.leopoldmuseum.org) parece la opci¨®n ganadora (con permiso del Museo de Historia del Arte). Su aspecto austero de caja nada barroca es estupendo para exponer obras de Schiele y Klimt, y de los artistas que hicieron de Viena ese foco de creaci¨®n constante.
Despu¨¦s, se puede comer o tomar algo en la cafeter¨ªa de la Academia de Bellas Artes situada en Schillerplatz, a pocos pasos, que es precisamente donde Egon Schiele tuvo que repetir la asignatura de perspectiva. En el Museo Albertina (www.albertina.at), tambi¨¦n a pocos metros y siempre dentro de la avenida circular Ringstrasse, no hay que buscar la liebre de Durero, que raras veces se expone por tratarse de un dibujo delicado. A cambio encontramos la obra de los impresionistas y la de otros contempor¨¢neos de Klimt como los miembros del grupo Die Br¨¹cke. Al otro lado de la Albertinaplatz se halla otro de los caf¨¦s legendarios: el Mozart, y junto a ¨¦l, la sastrer¨ªa decimon¨®nica Jungmann?& Neffe (www.feinestoffe.at), que, con sus pajaritas de mil colores, paraguas y tela a granel, nos traslada inmediatamente a una Viena de aficionados a la ¨®pera vestidos para una representaci¨®n en la Staatsoper.
Si continuamos hacia el sur nos sale al paso el edificio de los artistas rebeldes, el Pabell¨®n de la Secesi¨®n de Olbrich, f¨¢cilmente distinguible por la bola dorada que lo corona y su fachada blanca con la inscripci¨®n Ver Sacrum (primavera sagrada). Si nuestra visita coincide con la inauguraci¨®n de alguna exposici¨®n, veremos por all¨ª alternando a los Ur-gafapastas vieneses, vestidos de elegante luto riguroso. Muy cerca se encuentra el Caf¨¦ Museum, decorado sobriamente por Adolf Loos, en las ant¨ªpodas est¨¦ticas de los secesionistas, si bien desde 2010 se ha recuperado el interiorismo de 1931, a cargo de Josef Zotti, pues los clientes encontraban algo inc¨®modas las sillas Thonet de Loos, en las que se sentaban Klimt (c¨®mo no), Oskar Kokoschka y el compositor Alban Berg, entre otros muchos.
Otro edificio de Loos que nos llama la atenci¨®n es el del n¨²mero 11 de Michaelersplatz, que contrasta enormemente con la fachada barroca de enfrente, donde los carruajes tur¨ªsticos de Viena paran a descansar. El inmueble de Loos, de 1911, es un hito arquitect¨®nico, pues en su limpia fachada el rebelde arquitecto (autor de Ornamento y delito y precursor del funcionalismo) plasm¨® en medio de una gran pol¨¦mica sus ideas contrarias a las edificaciones historicistas de la ¨¦poca. Hoy alberga un banco cuyos empleados ya no se sorprenden ante la cantidad de visitantes que entran a husmear por all¨ª, a los que adem¨¢s entregan un folleto informativo.
Si queremos comer cerca, no faltan caf¨¦s, pero un local algo m¨¢s escondido lo encontramos en una galer¨ªa comercial de las que Walter Benjamin tendr¨ªa en mente al escribir su Libro de los pasajes: el Ferstelpassage. All¨ª se encuentra el bar Vulcanothek (www.vulcanothek.at), que solo sirve patas de cerdo austriaco y vino. Del techo cuelgan jamones en una variante estilosa de un museo del jam¨®n.
Por las decenas de tiendas de la calle Dorotheengasse encontramos a¨²n objetos de principios del XX de Koloman Moser o Josef Hoffmann, dise?adores del colectivo Wiener Werk?st?tte, pero eso s¨ª, a precios estratosf¨¦ricos. Como en la Viena de 1900 confluyeron tantos creadores, parece inevitable preguntarse si alguno se psicoanalizar¨ªa con Freud. Para ello tendr¨ªa que desplazarse al barrio cercano a la Universidad de Viena, en el 19 de la Bergasse. All¨ª sigue hoy su casa museo (www.freud-museum.at), que nos muestra varios objetos fetiche del psicoanalista. No tiene sentido acudir en busca de su div¨¢n, pues se lo llev¨® consigo a Londres cuando los nazis tomaron el edificio donde viv¨ªa y pasaba consulta. A cambio, podemos mirar por las mismas ventanas por las que ¨¦l se asomaba y, sobre todo, aprender sobre su ¨¦poca y sobre las mujeres que tuvieron un papel importante en la disciplina de la que se le considera el padre, pues el museo organiza una exposici¨®n al respecto.
Gu¨ªa
C¨®mo llegar
Informaci¨®n
? Iberia (www.iberia.com). Vuelos directos entre Madrid y Viena desde 191 euros, ida y vuelta.
? Air Berlin (www.airberlin.com): desde 118 euros, ida y vuelta, para las salidas desde Barcelona y 188 euros si se viaja desde Madrid.
? Austrian Airlines ?(www.austrian.com) vuela sin escalas desde Barcelona por 124 euros, ida y vuelta.
? Turismo de Viena ?(www.wien.info).
? Turismo de Austria ?(www.austria.info).
? Tourist Forum ?(touristforum.net).
Mercado de pulgas
Para entrar de cuerpo entero en el siglo XXI basta dejarse llevar por el canto de sirenas de cualquier local de la ciudad, todos con su luz c¨¢lida y bien escogida. La tarde-noche pide sobre todo una parada en Phil (www.phil.info), la librer¨ªa-caf¨¦ que sirve como ant¨ªdoto a las numerosas Vienas de otras ¨¦pocas. Y los s¨¢bados, la ciudad sigue muy viva en el mercadillo de pulgas (Flohmarkt), un para¨ªso para cacharrear junto al metro Kettenbr¨¹ckengasse. Al lado est¨¢ tambi¨¦n el abarrotado Nasch?markt (www.naschmarkt-vienna.com), un rastro de comida del que nadie sale sin llevarse algo a la boca. Para terminar el d¨ªa o comenzar la noche, el bar Der Dachboden, que situado en la azotea del hotel 25Hours (www.25hours-hotels.com) nos permite admirar desde una atalaya todos esos decorados del pasado mientras sorbemos por la pajita uno de los muchos c¨®cteles que sirven.
Mercedes Cebri¨¢n es autora de El genuino sabor (Literatura Random House).
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