Colibr¨ªes gorriazules en Colombia
En el Jard¨ªn Encantado, reserva cerca de Bogot¨¢, se avistan hasta 27 especies de picaflor
Para llegar a San Francisco de Sales quedan 52 kil¨®metros desde Bogot¨¢ y mucha pendiente. De camino, siempre es momento de hacer una parada t¨¦cnica en el puesto del paisa Ramiro, Aqu¨ª Medell¨ªn, y recordar a S¨¦neca, que ante la mesa llena preguntaba a sus invitados: ¡°?Cu¨¢ndo vamos a vivir si no es ahora?¡±. Las arepas con queso y los chorizos fritos con un puntito de lima son obligados. Da igual la hora que sea.
El paisaje lo dominan las vertientes de la cordillera Oriental, la intuici¨®n del valle del r¨ªo Magdalena y un cielo por fin despejado y luminoso. A partir del descenso en El Encuentro, el calor toma consistencia y cuando se llega a San Francisco de Sales ya casi se hace s¨®lido. Pueblo del departamento de Cundinamarca, ba?ado por los r¨ªos San Miguel y Ca?as, inmensamente rico en flora y fauna, goza de un casco urbano simp¨¢tico y colorista. Un s¨¢bado a la una de la tarde, en las terrazas del parque Central, a la sombra de ¨¢rboles centenarios, la cerveza Poker lleva la iniciativa y todo est¨¢ en orden. Por el renqueante hilo musical suena a todo trapo el vallenato As¨ª me hizo Dios, de Diomedes D¨ªaz (que tuvo 28 hijos con 11 mujeres, siendo devoto ferviente de la Virgen del Carmen, ¡°yo s¨¦ que no te gust¨® la vida que yo he llevado, pero as¨ª me hizo Dios, contento y enamorado¡±). El mercado antiguo es buen lugar para recrearse entre frutas aut¨®ctonas como granadilla, carambola, boroj¨®, papaya, maracuy¨¢ o los eternos lulos.
Desde ah¨ª, solo hay que seguir la carrera 8 para llegar a la Finca La Tortuguita y descubrir uno de los secretos m¨¢s impactantes de la regi¨®n, cl¨¢sico para los apasionados de la ornitolog¨ªa: el Jard¨ªn Encantado. Una reserva de desarrollo cient¨ªfico, observaci¨®n y fotograf¨ªa visitada por retratistas, ambientalistas y expertos de todo el mundo. La princesa Sayako de Jap¨®n, reconocida amante de la naturaleza e investigadora en un instituto de ornitolog¨ªa, apareci¨® por aqu¨ª y dej¨® su firma y su admiraci¨®n en 2004.
La algarab¨ªa se percibe desde la puerta. Nos recibe Leonor Pardo, propietaria. Mientras nos conduce al patio, cuenta que vino a vivir hace m¨¢s de veinte a?os, pero que no abri¨® el jard¨ªn al p¨²blico hasta 2010. ¡°Yo amo a los animales. Y cuando llegu¨¦, teniendo en cuenta que en Colombia hay 165 especies de colibr¨ªes clasificadas, quise ver uno e instal¨¦ un peque?o bebedero con agua y az¨²car. Para mi sorpresa, empezaron a venir muchos m¨¢s. Ahora gasto 950 libras de az¨²car al mes y hay m¨¢s de 40 bebederos. Podemos apreciar 27 especies¡±.
El colibr¨ª es un s¨ªmbolo de Colombia, el pa¨ªs m¨¢s rico en aves del mundo. Para constatar esta apreciaci¨®n, se recomienda el visionado de la reciente pel¨ªcu?la Colombia: Magia Salvaje, un itinerario sin precedentes por la extraordinaria biodiversidad del pa¨ªs, que desde su estreno, el pasado septiembre, no deja de sumar elogios; as¨ª como un paseo por el libro del ornit¨®logo Fernando Ayerbe Qui?ones Colibr¨ªes de Colombia, gu¨ªa ilustrada publicada por la organizaci¨®n Wildlife Conservation Society.
Para entrar dos horas al Jard¨ªn Encantado hay que pagar 12 d¨®lares y consultar horarios en la web (www.jardinencantado.net). A los habitantes del pueblo les basta con traer un paquetico de az¨²car org¨¢nico. Observar un colibr¨ª con detenimiento no es tarea f¨¢cil. Sin embargo, aqu¨ª lo vemos en acci¨®n a menos de un metro, reconociendo sus colores, su morfolog¨ªa, la delicada longitud de su pico, de donde para beber alargan una fin¨ªsima lengua, tan inesperada como larga (?dos veces su pico!). Leonor explica las particularidades de cada especie: ¡°Mira, ese es el heliodor, ?el m¨¢s peque?o!¡±, dice entusiasta, ¡°y a ese verde, el Amazilia cyanifrons, se le llama diamante de frente azul, o capiazul, o gorriazul; y ese que parece que tiene una cresta morada alrededor del cuello es el corusc¨¢n¡±.
Cerebro y coraz¨®n
El colibr¨ª es delicado y sentimental. Son las aves m¨¢s peque?as del mundo, pero, en proporci¨®n a su tama?o, poseen cerebro y coraz¨®n (158 latidos por minuto) gigantes. El espect¨¢culo es sonoro, vibrante y colorido. El colibr¨ª carece del sentido del olfato, pero sabe d¨®nde prepara el n¨¦ctar Leonor. Mueve sus alas entre 60 y 90 veces por segundo y para sobrevivir necesita consumir el doble de calor¨ªas de lo que pesa. Su vuelo es un garabato en el aire que va a una velocidad de 72 kil¨®metros por hora. Vive a ritmo vertiginoso y no puede caminar, solo posarse. Atesora tan poca grasa corporal que depende de su metabolismo para mantenerse caliente.
¡°Los distingo por el color del pico, las patas, c¨®mo se mueven¡ Tengo que agradecer a muchos ornit¨®logos que han venido y me han ido explicando, como Steven Hilty o Jurgen Beckers¡±, confiesa agradecida Leonor. El primero es uno de los autores (junto a William L. Brown) de la celebrada obra A Guide to the Birds of Colombia (una gu¨ªa de las aves de Colombia), publicada por la Princeton University Press, presente en muchas bibliotecas colombianas. ¡°Todos los d¨ªas¡±, prosigue, ¡°me levanto a las 3.30 para desinfectar los bebederos porque a las cinco de la madrugada empiezan a venir. Se van hacia las seis de la tarde, cuando refresca. Los amo, y trabajo para reafirmar el respeto por lo maravilloso de la naturaleza¡±.
Use Lahoz es autor de la novela La estaci¨®n perdida (Alfaguara).
Gu¨ªa
La visita
Informaci¨®n
? El Jard¨ªn Encantado (www.jardinencantado.net; +57 18 47 82 32). Finca LaTortuguita, San Francisco de Sales (Cundinamarca), a 52 kil¨®metros de Bogot¨¢.
? Turismo de Colombia (www.vivecolombia.es).
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