El coraz¨®n verde de Nueva York
Desde paseos en g¨®ndola hasta circuitos para 'runners', ocho claves para explorar y disfrutar al m¨¢ximo de Central Park
Paseos literarios, circuitos de running, jardines europeos, bosques, paseos en g¨®ndola o en bicicleta, observatorios de aves, un homenaje a John Lennon, castillos con vistas y hasta ping¨¹inos y leones marinos. En Central Park, el jard¨ªn particular de los neoyorquinos (y visitantes de paso) hay de todo.
Con multitud de apariciones en pel¨ªculas y series de televisi¨®n, Central Park es una de las visitas obligadas para todo el que pasa por Nueva York. Lleno de paseantes, corredores, curiosos y personajes t¨ªpicos, aporta la necesaria pausa para viajeros y residentes en medio de la vor¨¢gine de Manhattan.
Con m¨¢s de tres kil¨®metros cuadrados de prados, estanques y bosques, se podr¨ªa pensar que este parque representa lo que era Manhattan en su estado puro, en su origen. Pues no. Dise?ado a mediados del siglo XIX por Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, es el resultado de un ingente trabajo de ingenier¨ªa: miles de obreros transportaron millones de cargas de tierra para transformar un terreno cenagoso y rocoso en el oasis actual.
Al adentrarnos en ¨¦l hay paradas imprescindibles ¨Cpasear por The Mall, navegar o hacer un picnic junto al estanque central (Reservoir), relajarse entre flores en el Conservatory Garden o visitar el Zoo¨C, pero las posibilidades del parque van mucho m¨¢s all¨¢. El colmo de la extravagancia: ir a Sheep Meadow, uno de los prados del parque, un d¨ªa soleado, cuando todo el mundo toma el sol.
01 Un poco de historia
El parche verde rectangular que hoy ocupa el pleno coraz¨®n de Manhattan era un pedazo de terreno pantanoso hasta mediados del siglo XIX, cuando fue cuidadosamente nivelado para convertirlo en el id¨ªlico parque que nos encontramos hoy. Antes de la d¨¦cada de 1850 la zona estaba ocupada por granjas, un vertedero, un hervidero de huesos y un poblado afroamericano. Hicieron falta 20.000 peones y dos d¨¦cadas para transformar aquella inane parcela en tan ic¨®nico parque, que actualmente cuenta con m¨¢s de 24.000 ¨¢rboles y 500 metros cuadrados de bosque, 21 zonas de recreo y siete reservas de agua. Recibe m¨¢s de 38 millones de visitas al a?o.
Central Park ha servido para todo. Para que los ricos presumieran de sus carruajes; para que los pobres disfrutaran de conciertos dominicales gratuitos y para que los activistas se manifestaran en contra de la Guerra de Vietnam en los a?os sesenta. Desde su creaci¨®n, multitud de neoyorquinos, adem¨¢s de viajeros procedentes de todos los rincones del planeta, acuden al parque para pasear, hacer un picnic, tomar el sol, jugar al b¨¦isbol o asistir a, por ejemplo, representaciones de obras de Shakespeare.
Ha sido, irremediablemente, escenario de rodaje en centenares de pel¨ªculas, desde ¨¦xitos de la ¨¦poca de la depresi¨®n como Vampiresas (1933), Mervyn LeRoy, hasta el ataque de un monstruo del tama?o de un rascacielos en Monstruoso (2008), de Matt Reeves.
02 Homenaje a Lennon
Strawberry Fields, jard¨ªn con forma de l¨¢grima, es un monumento en honor a John Lennon, Beattle e icono pacifista en los 70, quien fue asesinado al otro lado de la calle, a las puertas del edificio Dakota, el 8 de diciembre de 1980. Cuenta con una arboleda de olmos y un mosaico de azulejos con una sencilla inscripci¨®n: ¡°Imagine¡±. Yoko Ono financi¨® el monumento, cuyo nombre se inspira en la canci¨®n Strawberry Fields forever, publicada como single a principios de 1967 ¨CPenny Lane era la cara A¨C e incluida a finales de ese mismo a?o en el disco Magical Mystery Tour, lanzado en Estados Unidos.
03 Aires parisinos
Los pasajes arqueados de la Bethesda Terrace, coronada por la fuente de Bethesda, son un punto de encuentro habitual entre los neoyorquinos. Rematada por el ?ngel de las aguas, la fuente es una de las m¨¢s grandes de Nueva York y fue creada por la bohemia escultora feminista Emma Stebbins, en 1868. Al sur se encuentra el Mall, un paseo cubierto por viejos olmos cuyo tramo sur, conocido como Literay Walk (Paseo Literario), est¨¢ flanqueado por estatuas de escritores famosos. De estilo parisino, es, curiosamente, la ¨²nica senda recta de todo el parque y rinde honores a artistas como Robert Burns o Shakespeare.
04 El zoo de Central Park
Su nombre real es Central Park Wildlife Center, aunque nadie lo llama as¨ª. En este peque?o zoo viven leopardos de las nieves, ranas punta de flecha y pandas rojos. Los tanques de los leones marinos y los ping¨¹inos son un hervidero de curiosos cuando los cuidadores alimentan a los animales. El anexo Tisch Children¡¯s Zoo, con sus alpacas y cabras nubias, es un plan con ni?os perfecto en Nueva York.
05 Conservatory Water y alrededores
Al norte del zoo, a la altura de la calle 74, la deriva mece a barcos de vela en miniatura sobre las aguas de Conservatory Water mientras los ni?os trepan a una Alicia del Pa¨ªs de las Maravillas sentada sobre una seta gigante. En verano, los s¨¢bados por la ma?ana (11.00, de junio a septiembre) hay cuentacuentos junto a la estatua de Hans Christian Andersen, al oeste del estanque. Es uno de los puntos m¨¢s populares del parque durante los meses c¨¢lidos, cuando los ni?os hacen navegar sus peque?os veleros por ¨¦l. Su dise?o se inspir¨® en los estanques para maquetas de barcos parisinos del siglo XIX y aparece en Stuart Little, cl¨¢sico infantil de E.B. White.
06 Shakespeare y un castillo
Great Lawn es un inmenso prado color esmeralda situado en el centro del parque y rodeado por campos de b¨¦isbol y pl¨¢tanos que dan sombra; Simon & Garfunkel dieron aqu¨ª su famoso concierto en 1981.
Al sureste se halla el Delacorte Theater (entrada por la calle 81 oeste), donde se celebra el festival anual Shakespeare in the Park, y el Belvedere Castle, un observatorio de p¨¢jaros. Este castillo de estilo neorrom¨¢nico-neog¨®tico, conocido como el disparate victoriano, no es m¨¢s que un mirador. Espectacular, eso s¨ª. Fue construido por uno de los dise?adores de Central Park en 1869.
M¨¢s al sur, se halla la frondosa Ramble (en mitad del parque), popular destino de ornit¨®logos y legendaria zona de ligoteo gay. En el extremo sureste se encuentra Loeb Boathouse, un restaurante junto al agua donde tambi¨¦n se pueden alquilar barcas de remos y bicicletas, e incluso dar un paseo en una g¨®ndola veneciana. Es uno de los mejores escenarios de la ciudad para un almuerzo id¨ªlico.
07 Un gran lago para corredores
El Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir es un enorme embalse de 42 hect¨¢reas que ocupa casi todo el ancho del parque a la altura de la calle 90 y ofrece un espl¨¦ndido reflejo de la silueta de la ciudad. Est¨¢ rodeado por un circuito de 2,5 kil¨®metros que atrae a hordas de runners neoyorquinos. No muy lejos, en la esquina de la 90 con la Quinta Avenida se encuentra la estatua de Fred Lebow, fundador del Marat¨®n de Nueva York, mirando su reloj.
08 Remanso de paz
Accesible desde la esquina de la calle 105 con la Quinta Avenida, los 24.000 metros cuadrados de Conservatory Garden constituyen una de las zonas m¨¢s tranquilas del parque. Es el ¨²nico jard¨ªn formal de Central Park y, posiblemente, el menos visitado. Adem¨¢s es precioso, con manzanos silvestres, serpenteantes bojs y, en primavera, montones de flores. En el extremo norte, los crisantemos florecen a finales de octubre y, hacia el sur, el mayor manzano silvestre del parque crece junto a la fuente Burnett.
Al oeste, en North Woods, en el lado oeste (entre las calles 106 y 110) podemos contemplar el edificio m¨¢s antiguo del parque: la Blockhouse, una fortificaci¨®n militar de la guerra angloamericana de 1812.
C¨®mo visitar el parque
Abierto al p¨²blico entre las 6.00 y la 1.00 de la madrugada, la Central Park Conservancy, ONG encargada del cuidado del parque, organiza circuitos a pie, gratuitos y personalizados.
Para m¨¢s informaci¨®n: www.lonelyplanet.es y en la gu¨ªa Lonely Planet de Nueva York.
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