¡®Dolce vita¡¯ en el Pigneto
Gu¨ªa imprescindible para recorrer y empaparse de la zona m¨¢s alternativa de Roma
El Pigneto no es el barrio m¨¢s monumental de Roma, ni siquiera el m¨¢s bonito o el m¨¢s elegante. Tampoco es c¨¦ntrico, pero es el barrio de moda, ese epicentro de la cultura alternativa que todas las grandes ciudades tienen: arte callejero, dise?o, nuevos restaurantes y terrazas soleadas, ropa a la ¨²ltima, movida y m¨²sica.
Heredero de la marcha del Trast¨¦vere, el Pigneto es el barrio romano que hace la competencia al Kreuzberg berlin¨¦s o a Brooklyn, en Nueva York. Una zona de clase obrera reconvertida en el lugar favorito de los bohemios romanos.
Vida en las calles
El Pigneto fue siempre un barrio proletario y modesto de las afueras de Roma, inmortalizado por el neorrealista Pasolini en la d¨¦cada de los 60, y a pesar de su transformaci¨®n y sus grafitis, mantiene un ambiente de pueblo peque?o. En otros tiempos tuvo incluso fama de contestatario y peligroso, pero hoy vive una efervescente vida cultural y su calle principal, la Via del Pigneto, as¨ª como las peatonales aleda?as, se han llenado de bares, caf¨¦s y restaurantes con terraza que en verano congregan a fot¨®grafos, dise?adores y artistas. Este es un barrio para exploradores culturales y cazadores de tendencias.
De hecho, se ven pocos turistas en el Pigneto porque no es un barrio bonito ni tiene monumentos importantes (su aspecto puede, incluso, intimidar a muchos visitantes). Al Pigneto no se va de camino a ning¨²n sitio, pero a cambio, garantiza un refugio contra las hordas de turistas que abarrotan las zonas m¨¢s monumentales de Roma.
Vibrante, ca¨®tico y bohemio, este barrio es hoy por hoy la zona m¨¢s desenfadada y llena de marcha de Roma. En sus sencillos edificios hay restaurantes, galer¨ªas de arte, bares de copas y tiendas; en sus calles conviven romanos de toda la vida con inmigrantes llegados de todo el mundo, y algunos visitantes dispuestos a descubrir lo ¨²ltimo de Roma. Tambi¨¦n conviven tradicionales puestos del mercado y edificios proletarios con una animada y moderna vida nocturna, c¨®cteles sofisticados y tiendas de dise?o.
El lugar m¨¢s popular del Pigneto es el ¨¢rea pedonale (peatonal), situada al inicio de la Via del Pigneto, una zona muy animada por la noche y llena de bares interesantes donde sentarse a beber desde la tarde hasta la madrugada. El icono m¨¢s reconocible del barrio se encuentra aqu¨ª: un mural con el rostro de Jean Paul Sartre y una de sus citas existencialistas (junto a una t¨ªpica ferreter¨ªa de barrio). A partir de este punto se suceden las tiendas, restaurantes y terrazas que los d¨ªas de sol se llenan de gente disfrutando de la buena vida. Las bicicletas llenan estas calles.
En el Pigneto disfrutar¨¢n los aficionados al neorrealismo italiano, inmortalizado por el director Pier Paolo Pasolini (film¨® aqu¨ª Accattone, en 1961), Vittorio de Sica, Visconti o Roberto Rossellini, quien tambi¨¦n rod¨® en esta zona la emblem¨¢tica Roma citt¨¤ aperta. Tambi¨¦n gozar¨¢n los amantes del arte urbano, quienes en los puntos de informaci¨®n tur¨ªstica obtendr¨¢n adem¨¢s un mapa que incluye una lista de las obras callejeras que se pueden ver por el barrio.
Para llegar al Pigneto hay que tomar un tranv¨ªa desde Termini a Via Prenestina. En la misma zona, un poco m¨¢s al este, el barrio de Centocelle se ha popularizado tambi¨¦n como un buen sitio para comer entre los gastr¨®nomos romanos m¨¢s a la ¨²ltima. Se llega en el tranv¨ªa 5, el metro Parco di Centocelle, o las l¨ªneas de autobuses 14, 105 o 150.
Para comer
Quienes tengan ganas de explorar nuevos bares y marcha nocturna se sentir¨¢n afortunados. Un buen lugar para comenzar es el ic¨®nico Necci (V¨ªa Fanfulla da Lodi, 68). Abri¨® como helader¨ªa en 1924 y fue el local favorito de Pasolini; aqu¨ª com¨ªa el equipo de rodaje de Accatone. Hoy es uno de los lugares de moda en el Pigneto, con terraza en un precioso jard¨ªn y perfecto para comer o cenar. Tras un incendio en 2009 hizo reformas de inspiraci¨®n retro y en la actualidad est¨¢ regentado por el chef brit¨¢nico Ben Hirst, que sirve sofisticada cocina italiana a una clientela ecl¨¦ctica de todas las edades.
Otro de los cl¨¢sicos del Pigneto es Primo, que sigue siendo referencia en el barrio despu¨¦s de muchos a?os, con sus mesas en el exterior y cierto estilo brasserie en el interior. Por aqu¨ª desfilan famosos y actores a la hora del aperitivo.
I porchettoni es otro local animado de la Via del Pigneto para degustar la orchetta (cerdo asado con hierbas), mozzarella, embutidos sin pretensiones y pasta sencilla en mesas de caballete con manteles de papel. En Mazzo (Via delle Rose, 54) encontraremos cocina romana con un toque diferente a cargo de dos chefs j¨®venes e innovadores, Francesca Barreca y Marco Baccanelli.
Para disfrutar buena cocina casera podemos ir a la Osteria Qui se Mangia! (Via del Pigneto, 307), un local peque?o y sencillo decorado con manteles de papel a cuadros y un par de mesas fuera. Ofrece recetas de toda la vida preparados con cari?o.
Como en toda Italia, aqu¨ª es tradici¨®n el aperitivo, sobre todo vespertino, antes de la cena: podemos comenzar el tapeo de barrio tomando una 'Na Birreta (la mejor cerveza local, elaborada de forma tradicional) en la calle principal del barrio, en bares como el Bar del Pigneto o en la trattoria Pigneto 41, donde las bebidas incluyen acceso a bandejas cargadas de comida en la barra. Otro de los lugares de moda para el tapeo es Contrasto, en la misma calle principal.
Beber en Pigneto
Podemos comenzar la marcha nocturna en Il Tiaso (Via Perugia, 20), un sal¨®n decorado con sillas con estampado de cebra, paredes llenas de arte independiente y biograf¨ªas de Lou Reed guardadas entre las botellas. Hay vino a buen precio, ambiente relajado y m¨²sica en directo. Otra buena referencia es Birra Piu (Via del Pigneto, 105), un peque?o local con cerveza artesanal y una clientela relajada entre las mesas y los taburetes de madera clara de la barra. Entre los m¨¢s populares est¨¢ el Co.So. (Via Braccio da Montone, 80), abarrotado y moderno, donde triunfa su c¨®ctel carbonara sour (vodka aromatizado con grasa de cerdo) sobre posavasos de pl¨¢stico de burbujas y acompa?ado de palomitas y M&Ms en la barra.
Para escuchar jazz, podemos ir a Yeah! Pigneto (Via Giovanni de Agostini, 41), un bar de atm¨®sfera bohemia y relajada con DJ de sesiones jazzeras y paredes cubiertas de portadas de discos cl¨¢sicos. Hay conciertos frecuentes.
De compras
Uno de los templos culturales del Pigneto es Tuba Bazar, una librer¨ªa comprometida y con una buena colecci¨®n de libros er¨®ticos y sobre feminismo. En Li.boh hallaremos una muy interesante mezcla de galer¨ªa de arte y tienda de decoraci¨®n con aires vintage. Ex Merceria propone moda italiana hecha a mano y Losseliani joyas de dise?o rompedor.
Otra opci¨®n para llevarnos un buen recuerdo del barrio es comprar buenos productos italianos, como en la Enoteca Pigneto: vino italiano ecol¨®gico, aceite o birreta (cerveza) romana. Y si queremos probar un delicioso pan artesanal t¨ªpicamente romano, hay que ir a Il Fornaio.
Una vuelta por los alrededores
Antes del Pigneto, el barrio de Monti, bajando la colina del Esquilino, fue tambi¨¦n la zona de referencia. Donde en tiempos romanos estuvo la Suburra (zona de prostituci¨®n y lugar de nacimiento de Julio C¨¦sar) se extiende desde hace unos a?os un ¨¢rea encantadora con atractivos restaurantes, tiendas y enoteche (bares de vinos), frecuentado por turistas y modernos. En Monti est¨¢ tambi¨¦n una de las joyas art¨ªsticas de Roma: la Bas¨ªlica di San Pietro in Vincoli, del siglo V, que alberga, nada m¨¢s y nada menos, que el colosal Mois¨¦s de Miguel ?ngel. La otra joya de esta iglesia son los grilletes con los que, supuestamente, se encaden¨® a San Pedro cuando fue encarcelado en el Carcere Mamertino (cerca del Foro romano). De hecho, esta bas¨ªlica se construy¨® expresamente para albergar dicha reliquia.
A Monti,?comprendido entre la Via Nazionale, al norte, y la Via Cavour al sur, se puede llegar a pie desde el Coliseo y los Foros Imperiales. Conserva todo el sabor romano, con baldosas de piedra (sanpietrini) tapizando las calles, trattor¨ªas, librer¨ªas de viejo, tiendas vintage, casas con relieves y desconchones (como deben de ser las casas de barrio romanas) y alguna que otra joya art¨ªstica y gastron¨®mica. Aqu¨ª se han trasladado muchos j¨®venes profesionales liberales, artistas y esp¨ªritus creativos, algo que se traduce en salas de microteatro y restaurantes de kil¨®metro cero, como Urbana 47 (Via Urbana 47), un local informal repleto de objetos retro (y a la venta), donde el chef sirve platos elaborados con ingredientes de proximidad.
Monti alberga tambi¨¦n experimentos culturales, como el multiespacio Casa Clementina (Via Clementina 9), donde se puede comprar ropa o tomar una copa, o como Smalto (Via Urbana 12), que ha maridado vinos y zapatos en un mismo espacio comercial.
A Monti le sucedi¨® San Lorenzo como barrio de moda, aunque sin llegar a su grado de refinamiento, compendido entre el Cementerio de Campo Verano y la Bas¨ªlica de San Lorenzo Fuori le Mure, la ciudad universitaria, la Universidad Della Sapienza y la Muralla Aureliana.
Zona de ambiente y vida unversitaria, durante el d¨ªa parece aletargadi pero al llegar la noche muestra su verdadera rostro, con estupendos bares y restaurantes. El coraz¨®n del barrio es la Piazza di Santa Maria Inmacolata, que parece sacada de una pel¨ªcula de Fellini, con su mercado, su iglesia y siempre animada. Aqu¨ª se han instalado asociaciones culturales como Cinema Palazzo o Arco degli Aurunci (Via degli Aurunci, 42), con exposiciones m¨²sica, vinos y c¨®cteles. Tambi¨¦n encontraremos tiendas muy especiales, como la librer¨ªa-caf¨¦ Giuf¨¤, que vende c¨®mics y libros de editoriales independientes, adem¨¢s de ofrecer vinos de producci¨®n local y un estupendo futbol¨ªn.
Pero el local m¨¢s de moda en San Lorenzo es Pastificio San Lorenzo, un restaurante al estilo brasserie ubicado en la esquina de una antigua f¨¢brica de pasta reconvertida en centro de arte contempor¨¢neo, con estudios de colectivos de artistas. Est¨¢ siempre abarrotado. Para una opci¨®n m¨¢s elegante, Said, instalado en una f¨¢brica de chocolate de los a?os 20, incluye una espectacular tienda de chocolate en la que se venden delicias como pralin¨¦s de t¨¦ rosa japon¨¦s, as¨ª como un restaurante de corte urbano muy acogedor, con sof¨¢s desgastados, antig¨¹edades industriales y cocina creativa.
Quienes busquen planes culturales y art¨ªsticos deben comenzar por la Basilica di San Lorenzo Fuori le Mura, una de las cuatro bas¨ªlicas patriarcales de Roma, bastante austera y con un bonito claustro. Despu¨¦s, se puede visitar el Cimitero di Campo Verano, el m¨¢s grande de Roma, creado en tiempos de la ocupaci¨®n napole¨®nnica cuando un edicto orden¨® que los muertos fueran enterrados en el exterior de la ciudad. Aqu¨ª yacen casi todas las personalidades romanas desde 1830 hasta 1980 (excepto papas, cardenales y nobles). Para los amantes del arte contempor¨¢neo es obligado darse una vuelta por Pastificio Cerere, una antigua y elegante f¨¢brica de pasta que en 1960 desech¨® sus anaqueles llenos de espaguetis y que en la actualidad se ha convertido en un foco de la escena art¨ªstica m¨¢s moderna de Roma.
M¨¢s informaci¨®n en www.loneyplanet.es y en la nueva Gu¨ªa de Roma de Lonely Planet.
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