Una tabla, un remo y muchas sorpresas
El paddle surf descubre lugares secretos de la costa del oriente de Asturias
Una vez examinada la playa de Las Catedrales (Lugo), que ense?a magistralmente c¨®mo los elementos son capaces de labrar delicadas arquivoltas g¨®ticas en la roca, podemos seguir brujuleando por el litoral norte en busca de otros espacios marinos m¨¢s ocultos en la fachada costera de los Picos de Europa, espacio privilegiado para la espeleolog¨ªa por sus cavidades c¨¢rsticas.
En el oriente de Asturias ¡ªLlanes, Ribadesella o Ribadedeva¡ª, por ejemplo, la desintegraci¨®n calc¨¢rea por un mar duro como el Cant¨¢brico ha generado caprichosas formaciones que solo pueden descubrirse en una excursi¨®n de paddle surf ¡ªtambi¨¦n conocido como SUP, por las siglas de su nombre en ingl¨¦s, stand up paddle¡ª, un deporte que gana adeptos en todo el mundo.
La propuesta es sencilla y no exige preparaci¨®n f¨ªsica especial: una tabla y un remo, y comienza la aventura n¨¢utica. Espeleopaddle lo llama Hugo Su¨¢rez, responsable de la Escuela Asturiana de Surf (www.escuelaasturianadesurf.com). Su singular propuesta de descubrimiento a golpe de remo permite encontrar grutas que parecen templos de la arquitectura natural con formas, colores y relieves que var¨ªan a lo largo de la jornada. Son muy llamativos los lucernarios p¨¦treos, pero tambi¨¦n las galer¨ªas que corren paralelas a la rompiente (y que comunican dos bocas de cueva) o los bufones a trav¨¦s de los cuales el oleaje se proyecta a presi¨®n salpicando a veces horizontalmente al navegante. Se rema a menudo dentro de cenotes, aberturas inundadas en el terreno producidas por el hundimiento del techo de caliza, rodeados de afiladas paredes.
En lugares donde no se puede maniobrar con un kayak, all¨ª est¨¢ el paddlesurfista escudri?ando fondos marinos de un empaste crom¨¢tico que abarca desde los grises y los ocres hasta el verde esmeralda. Con la mar siempre como un plato, se atisban pescados de roca, erizos y percebes, los mismos que luego degustaremos en las sidrer¨ªas.
Cada salida con Hugo agudiza los cinco sentidos. Se deja o¨ªr el Cant¨¢brico con la sonoridad r¨ªtmica de un animal fabuloso, mientras algas y mariscos estimulan la pituitaria. Cada a?o se programan unas 30 salidas (tres horas cuestan 60 euros) en grupos reducidos, mayormente en verano. Y quienes prefieran sentir la fuerza del Cant¨¢brico sin necesidad de mojarse y remar se pueden acercar en Llanes en pleamar a los bufones de Arenillas (Puertas de Vidiago).
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