Oasis de calma en Zanz¨ªbar
Un paseo por Stone Town, donde naci¨® Freddie Mercury, y extensas playas en el archipi¨¦lago tanzano
El para¨ªso espera a unos 10.000 kil¨®metros de Espa?a. En el archipi¨¦lago de Zanz¨ªbar, situado en el oc¨¦ano ?ndico frente a las costas de Tanzania, hablan y sue?an con un mundo mejor en suajili. Hay dos expresiones en esta lengua bant¨² que ayudan a comprender la filosof¨ªa de vida de sus habitantes: hakuna matata (sin problema) y pole pole (con calma). Guiado por ese esp¨ªritu, cualquier viajero disfrutar¨¢ de la estancia en estas islas que fascinaron a los sultanes oman¨ªes y a los comerciantes indios y persas.
La principal isla de Zanz¨ªbar es Unguja. Situada a unos 30 kil¨®metros de la costa de Tanzania, cobr¨® fama en tiempos del primer sult¨¢n oman¨ª, a finales del siglo XVII, como isla de las especias. El sult¨¢n Said, quien traslad¨® la capital de Mascate a Zanz¨ªbar en 1832, mejor¨® el cultivo del clavo, la especia estrella en estos lares. Hoy pueden recorrerse plantaciones donde ense?an al turista las cualidades del jengibre, la vainilla o la nuez moscada. El t¨¦ o el caf¨¦ con especias, junto al zumo de coco o de maracuy¨¢, son bebidas t¨ªpicas que alivian cuando el sol aprieta.
Como punto de partida para conocer Unguja, una posibilidad es alojarnos en alguna localidad costera del este, como Paje, Jambiani o Bwejuu. El oriente de la isla es una playa interminable, donde las cultivadoras de algas se deslizan por el agua a vigilar sus plantaciones. Las algas son otra de las riquezas de Zanz¨ªbar. Con ellas se elaboran cosm¨¦ticos como jabones o exfoliantes. En el Seaweed Center de Paje explican el proceso, desde el cultivo a la venta del producto. Por un kilo de algas estas mujeres apenas obtienen el equivalente a tres euros. Es la cruz de ese para¨ªso que percibimos los turistas. En Pingwe se sit¨²a uno de los establecimientos m¨¢s singulares de Unguja, The Rock. En este local suspendido en el mar se puede tomar una copa por ocho euros disfrutando del atardecer.
Aprendizaje de kitesurf
Los paisajes en la costa oriental son on¨ªricos, debido al vaiv¨¦n de las mareas. La luz lleva a percibir los colores, desde el blanco de la arena a los verdes y azules que se intercalan en el mar, con una intensidad que no parece de este mundo. Es una zona muy apreciada por los amantes del kitesurf. Hay viento y poco oleaje, as¨ª que es un sitio ideal para aprender. En la escuela Kite Dream Zanz¨ªbar (www.kitedreamzanzibar.com), entre Paje y Jambiani, el curso de iniciaci¨®n de seis horas cuesta unos 300 euros, equipo incluido. Los ba?istas preferir¨¢n el norte, Nungwi, el principal centro tur¨ªstico de Unguja, donde se puede nadar a cualquier hora sin tener en cuenta las mareas. Es tambi¨¦n un buen sitio para los buceadores y los amantes del snorkelling.
A los amantes del buceo con tubo les gustar¨¢ especialmente la excursi¨®n a Kizimkazi, un pueblo pesquero en el extremo sur de la costa occidental de la isla desde donde parten las lanchas para realizar el avistamiento de delfines. Con algo de paciencia y suerte, los delfines se dejan admirar cerca de las embarcaciones. Los viajeros m¨¢s h¨¢biles nadan junto a los cet¨¢ceos, e incluso prueban a hacerse un selfie con ellos. En Kizimkazi tambi¨¦n est¨¢ la mezquita m¨¢s antigua de Zanz¨ªbar, del siglo XII. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n es musulmana, sun¨ª principalmente. En muchos edificios se ve la foto del Aga Khan, el l¨ªder espiritual de los ismailitas nazar¨ªes, y patrocinador de obras p¨²blicas.
Zanz¨ªbar, para¨ªso para los sultanes, tambi¨¦n fue uno de los lugares con mayor tr¨¢fico de esclavos de ?frica. Apenas uno de cada cinco llegaba a ser vendido. El resto mor¨ªa en el trayecto. En la capital, Stone Town, se conservan antiguas celdas en los s¨®tanos del Albergue St. Monica. Da escalofr¨ªos imaginar c¨®mo se hacinaban all¨ª. El explorador David Livingstone, que tom¨® Unguja como base de operaciones, ten¨ªa casa a las afueras de la capital. Se le venera como si fuera un h¨¦roe local por su lucha contra la esclavitud. En Prison Island, a unos 15 minutos en barco de Stone Town, se reclu¨ªa a los esclavos rebeldes. Hoy vemos all¨ª varias decenas de tortugas de Aldabra, originarias de Seychelles. Otro de los ¨ªdolos patrios en Zanz¨ªbar es Freddie Mercury. El local que lleva su nombre en Stone Town (donde naci¨® el m¨²sico en 1946) es un cl¨¢sico.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? C¨®mo llegar: Kenya Airways, Qatar Airways, Ethiopian Airlines, KLM o British Airways vuelan a Stone Town con una escala desde Espa?a desde unos 600 euros, ida y vuelta.
Del sult¨¢n Bargash, que se vio forzado por los brit¨¢nicos a abolir la esclavitud en 1870, era el palacio conocido como Casa de las Maravillas (Beit el Ajaib), uno de los primeros edificios de ?frica Oriental donde se instal¨® la electricidad, y el primero donde hab¨ªa ascensor. Los palacios de los sultanes oman¨ªes eran de planta cuadrangular y dejaban amplios espacios luminosos en el interior porque las mujeres no pod¨ªan salir al exterior. Alguna hubo, como la princesa Salme, que aun as¨ª se las arregl¨® para conquistar a un ingeniero alem¨¢n con quien se acab¨® fugando. Salme, Emily Ruete en su nueva vida, lo cuenta en Memorias de una princesa ¨¢rabe de Zanz¨ªbar. La Casa de las Maravillas conserva su esplendor en el exterior, pero dentro ofrece una imagen desoladora. Muchos de los edificios de Stone Town necesitan urgentemente ser rehabilitados.
Para disfrutar de la ciudad hay que perderse por sus callejuelas mientras se escucha el canto del muec¨ªn. Decenas de puestos ofrecen especias, frutas frescas, carnes y pescados en el mercado de Darajani. En el hotel Serena se puede disfrutar de un concierto de m¨²sica taarab, de influencia ¨¢rabe y tintes africanos, interpretada por una orquesta de m¨¢s de una decena de miembros y cantante femenina. Ver el atardecer, mientras se escucha m¨²sica taraab junto al mar y se degusta un dawa (ginebra local, lim¨®n y miel) es un placer digno de un sult¨¢n.
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