Chicago esencial
Del Millennium Park a un paseo por West Loop, el barrio de moda, 15 pistas imprescindibles en la ciudad del viento
Sus edificios acarician las nubes y sus playas se asoman en verano con aires marineros a enormes lagos. Chicago es la ciudad inesperada: por sus rascacielos de dise?o, pero tambi¨¦n por sus buenas pizzas, sus grandes espect¨¢culos, museos y teatros alternativos. Hay mucha marcha en Chicago.
01 Arte a lo grande
Las inmensas salas del Art Institute of Chicago acogen obras maestras y piezas cl¨¢sicas americanas, como G¨®tico americano, de Grant Wood, Los halcones de la noche, de Edward Hopper. Es uno de los centros de arte m¨¢s importantes del pa¨ªs, con una extraordinaria colecci¨®n de pinturas impresionistas y posimpresionistas, as¨ª como un gran n¨²mero de obras surrealistas. Los pasillos de m¨¢rmol y cristal conducen a salas llenas de grabados japoneses, urnas griegas, armaduras y un gran lienzo neoimpresionista de Seurat. La Modern Wing alberga cuadros de Picasso y Mir¨®.
El museo tiene una app gratuita que se puede descargar y ofrece m¨¢s de 50 circuitos tem¨¢ticos dise?ados, adem¨¢s, en funci¨®n del tiempo disponible por cada visitante.?
02 Una alubia m¨¢gica
Ubicado en el coraz¨®n l¨²dico de la ciudad, el Millennium Park est¨¢ lleno de obras de arte al aire libre, como la plateada The Bean, de Anish Kapoor, o las g¨¢rgolas con rostro humano de la Crown Fountain, de Jaume Plensa.
Este animado parque es una de las joyas de Chicago y llama la atenci¨®n gracias a soberbias muestras de arte contempor¨¢neo, como el auditorio Jay Pritzker Pavilion, de Frank Gehry, o el tranquilo y aleda?o Lurie Garden, de flores multicolores. Y si vamos en invierno, hay que sumar conciertos y patinaje sobre hielo.
03 Una lecci¨®n de arquitectura moderna
Chicago es famosa por sus rascacielos, algo que debe a un gran incendio en 1871 que desat¨® una revoluci¨®n arquitect¨®nica. Bajo el lema de Daniel Burnham, su dise?ador, ¡°No hag¨¢is planes peque?os, no tienen magia para conmover a los hombres, haced grandes planes¡±,? la ciudad ha sido desde entonces un semillero de grandes edificios. Louis Sullivan, fundador de la arquitectura de Chicago, fue un revolucionario de los rascacielos con estructura de acero. Frank Lloyd Wrigth, aprendiz de Sullivan, dio a conocer el estilo de la Escuela de la Pradera. Daniel Burnham planific¨® el urbanismo de la orilla del lago, Van der Rohe se distingui¨® por sus sencillos dise?os y Jeanne Gang presume de estructuras modernas y org¨¢nicas.
Entre los rascacielos que destacan en el skyline de Chicago est¨¢n la Willis Tower, el 360? Chicago,? el cuarto m¨¢s alto de la ciudad, la Tribune Tower, de estilo neog¨®tico con piedras incrustadas del Taj Mahal o el Parten¨®n, el Marina City, con sus torres en forma de mazorca o el Water Tower, el ¨²nico superviviente del aquel gran Incendio de finales del siglo XIX.
Tambi¨¦n hay espacio para el mejor estilo beaux arts en el Chicago Cultural Center (techos dorados, paredes de m¨¢rmol y mosaicos nacarados), el Museo de Ciencias e Industria, que ocupa el Palacio de Bellas Artes de la Exposici¨®n Universal de 1893. Y para edificios muy peculiares, como la Mansi¨®n Playboy original, en Gold Coast, primera residencia de Hugh Hefner, o la Cyrus McCormick Mansion, reliquia neocl¨¢sica de principios del siglo XX en Astor Street donde, a finales del siglo XIX, las familias m¨¢s ricas de la ciudad construyeron sus casas palaciegas.
Pero a Chicago muchos acuden para seguir la huella de Frank Lloyd Wright. Robie House, su obra maestra, con sus aleros bajos, l¨ªneas elegantes y 174 ventanas y puertas con vidrieras que pueden verse en circuitos de una hora. En Rookery, Wright renov¨® el estilo de Robie House llenando de luz su atrio e incorporando escaleras ¡°flotantes (se puede visitar gratis). La otra visita imprescindible para los amantes de Wright es la Frank Lloyd Wright Home and Studio, en Oak Park. La que fuera su residencia de 1889 a 1909 se puede recorrer en un fascinante circuito de una hora.
04 Rozar las nubes en Willis Tower
El observatorio en la planta 103 del rascacielos m¨¢s alto de Chicago roza las nubes. A esa altura, sus balcones son suelo de cristal resultan espeluznantes. La Willis Tower mide 442 metros y fue constuida en 1973. Este gigante de tubos negros ostent¨® el t¨ªtulo de edificio m¨¢s alto del mundo durante dos a?os y aunque ya no lo es, a¨²n ofrece las vistas m¨¢s espectaculares desde el Skydeck, un mirador provisto de balcones con base de cristal que parecen suspendidos en el aire y brindan panoramicas de infarto.?
La visita del edificio comienza con varios murales de datos curiosos: 69.000 kil¨®metros de cable telef¨®nico, 2.232 escalones hasta la azotea y una altura equivalente a 262 veces la estatura del m¨ªtico jugador de baloncesto Michael Jordan, estrella local. Luego se emprende un supers¨®nico ascenso de 70 segundos hasta arriba para divisar toda la ciudad y, en los d¨ªas despejados, vistas de hasta 80 kil¨®metros de distancia que llegas hasta los estados vecinos de Indiana, Michigan y Wisconsin. Para el dise?o de la torre, Fazlur Khan se inspir¨® en un paquete de cigarrillos.
05 La catedral del b¨¦isbol
La historia del deporte cobra vida en Wrigley Field, estadio de b¨¦isbol levantado en 1914 con marcador manual y un ya m¨ªtico letrero de ne¨®n. Tambi¨¦n soporta viejas tradiciones y una eterna maldici¨®n sobre el equipo local, los Chicago Cubs, que no ganan la liga desde hace 107 a?os; la mayor sequ¨ªa de t¨ªtulos de la historia del deporte profesional del pa¨ªs.
Se trata del segundo estadio de b¨¦isbol m¨¢s antiguo de la liga profesional de Estados Unidos y representa un pedazo de la cultura tradicional americana. Ubicado en medio de la ciudad, en pleno? barrio, rodeado de casas, bares y restaurantes, ha cambiado muy poco a lo largo de los a?os. La maldici¨®n que soporta desde 1945 fue cosa de Billy Sianis, propietario de la Billy Goat Tavern: los Cubs jugaban contra los Detroit Tigers y cuando Sianis, seguidor de los Cubs, se dispon¨ªa a entrar en el estadio acompa?ado de su mascota (una cabra), el personal le deneg¨® el acceso. Sianis alz¨® los brazos y lanz¨® un maleficio: ¡°Los Cubs jam¨¢s volver¨¢n a ganar una Serie Mundial¡±. As¨ª ha sido hasta la fecha.
Antes de los partidos es costumbre tomar una cerveza en Murphy¡¯s Bleachers, a un paso del estadio, y una vez dentro tomarse un hot dog en el puesto de Hot Doug¡¯s ubicado en la grada 14 (detr¨¢s de la tribuna descubierta).
06 Entre momias y dinosaurios
Este museo de ciencias alberga una colecci¨®n inmensa: desde un le¨®n devorador de hombres (disecado) hasta momias, piedras preciosas, t¨®tems y Bushman, un gorila disecado. Pero la pieza central del Field Museum es Sue, el Tyranosaurus rex m¨¢s grande jam¨¢s hallado. Mide cuatro metros de alto y 12,5 de largo, e impone a todos los visitantes en la planta principal con un aplomo feroz. En las galer¨ªas aleda?as se acumulan 20 millones de objetos relacionados con la naturaleza al cuidado de eminentes cient¨ªficos, ya que este museo es, adem¨¢s, un centro de investigaci¨®n.
Aunque la zona de los dinosaurios es la m¨¢s visitada, los amantes de la historia de Egipto tienen una cita en Inside Ancient Egypt, instalaci¨®n que recrea tres niveles de una c¨¢mara mortuoria. La mastaba, que contiene 23 momias, es una reconstrucci¨®n de la de Unisankh, hijo del ¨²ltimo fara¨®n de la quinta dinast¨ªa egipcia, que muri¨® en el a?os 2407 antes de Cristo, a los 21 a?os. El nivel inferior es fascinante.
07 Un observatorio sobre el vac¨ªo
360? Chicago es el nombre que recibe el observatorio ubicado en el piso 94 del John Hancock Center, el cuarto rascacielos m¨¢s alto de la ciudad. Construido en 1969 con una estructura que reduc¨ªa el balanceo causado por los famosos vientos de Chicago, es un lugar fant¨¢stico para quienes no tengan v¨¦rtigo y se sientan atra¨ªdos por las alturas (sus vistas superan a las de la Willis Tower, pues est¨¢ m¨¢s cerca del lago Michigan).
Su gran atractivo es el TILT, una serie de enormes plataformas de cristal que se inclinan hacia el vac¨ªo, aunque hay alternativas menos vertiginosas: en el Signature Lounge del piso 96 disfrutaremos de una panor¨¢mica casi id¨¦nticas por el precio de una consumici¨®n. Los ascensores que suben al lounge no son los mismos que llevan al observatorio.
Es muy recomendable ir de noche y si estamos en verano, los mi¨¦rcoles y s¨¢bados se pueden ver los fuegos artificiales del Navy Pier.
08 Lincoln Park, el m¨¢s completo
Todo un barrio debe su nombre a este parque, el m¨¢s grande de Chicago. Sus 485 hect¨¢reas se extienden a lo largo de 12 kil¨®metros, desde North Ave a Diversey Pkwy, donde se estrecha junto al lago y prosigue hasta el final de Lake Shore Dr. Los habitantes de Chicago adoran este espacio verde en el que hay entretenimiento para todos: se puede correr por sus frondosos senderos, nadar en la playa, echarse una siesta a la sombra de los ¨¢rboles o visitar una de sus joyas: el famoso Zoo de Chicago, que desde 1868 lleva entreteniendo a varias generaciones de habitantes. Las familias abarrotan el recinto, situado en medio del parque, para ver a los gorilas y chimpanc¨¦s de la Ape House, contemplar de cerca a las cr¨ªas de hipop¨®tamo y cocodrilo en el Regestein African Journey o conocer a los macacos japoneses del Macaque Forest.
Al norte del parque hay un puerto para veleros, un campo de golf, una reserva de aves y clubes de remo a orillas de las lagunas. Y los mi¨¦rcoles y s¨¢bados por la ma?ana la visita al parque tiene un aliciente m¨¢s: el Green City Market.
09 Diversi¨®n en Navy Pier
Apartado del skyline de la ciudad, a orillas del azulado lago Michigan, se encuentra el Navy Pier, un animado embarcadero de 800 metros de largo. Brisa fresca, hermosas vistas y espectaculares fuegos artificiales durante el verano.
En otros tiempos fue el muelle municipal de la ciudad, pero actualmente es una de sus grandes atraaciones tur¨ªsticas y de ocio: recibe m¨¢s de ocho millones de visitantes cada a?o. Los de Chicago suelen quejarse de lo comercial que se ha vuelto, pero ni siquiera ellos se resisten a las maravillosas vistas del lago y, en verano, los magn¨ªficos espect¨¢culos pirot¨¦cnicos. A los ni?os les encantan las atracciones, los locales de comida r¨¢pida y los puestos de chucher¨ªas.
Ninguna visita al muelle quedar¨ªa completa sin disfrutar de un viaje en la mastod¨®ntica noria. El carrusel es otro cl¨¢sico, con caballos tallados y m¨²sica de ¨®rgano. Pero hay mucho m¨¢s: un campo de minigolf, el Chicago Children¡¯s Museum y un auditorio al aire libre para 1.500 personas donde hay actuaciones murales y funciones teatrales en verano. Redondean la propuesta un cine IMAX y el Chicago Shakespeare Theater.
10 Museo descarado y rebelde
Nunca se sabe qu¨¦ habr¨¢ expuesto entre la inmensa colecci¨®n del Museum of Contemporany Art de Chicago, pero seguramente sea innovador y rompedor. Sus puntos fuertes son el minimalismo, el surrealismo y la fotograf¨ªa conceptual, pero las exposiciones cambian con frecuencia y muchas est¨¢n dedicadas a artistas infravalorados o a nuevos talentos locales.
El descarado y rebelde hermano peque?o del Art Institue of Chicago, con impactantes muestras de fotograf¨ªa y una colecci¨®n permanente que abarca las corrientes art¨ªsticas desde 1945 en adelante, y que incluye obras de Ren¨¦ Magritte, Cindy Sherman y Andy Warhol, logra desdibujar los l¨ªmites entre pintura, escultura, v¨ªdeo y otras t¨¦cnicas.
En la parte de atr¨¢s del museo hay un jard¨ªn escult¨®rico digno de explora y en verano una banda de jazz toca entre los ¨¢rboles los martes por la tarde; los asistentes llevan mantas y compran bebidas en el bar para disfrutar de la velada.
11 El club preferido de Al Capone
En el multicultural barrio de Andersonville abundan los gastropubs y las tiendas de curiosidades. Se trata, en realidad, de un antiguo enclave sueco donde viejos comercios de estilo europeo comparten acera con nuevos restaurantes, anticuarios y bares de ambiente. El cercano Uptown es otro mundo: la comunidad vietnamita se concentra en Argyle Street mientras los amantes del jazz frecuentan los viejos locales a los que, en otros tiempos, acud¨ªan mafiosos tan m¨ªticos como el mism¨ªsimo Al Capone. Ambos barrios son perfectos para pasear, mirar escaparates, comer y beber.
Para disfrutar de buenas hamburguesas, debemos acudir a Hamburger Mary¡¯s, con una terraza muy animada. Para probar el estilo sueco de?Andersonville, que dio origen al barrio, la Swedish Bakery lleva m¨¢s de 80 a?os despertando pasiones con sus ¨¦clairs de crema, los french silk tortes y sus streusels con chocolate. Y para rememorar los viejos tiempos en los que Chicago era la capital de la mafia, es visita obligada el Green Mill, un local intemporal que se hizo famoso por ser el local favorito de Capone. Podremos saborerar un Martini en el reservado en el que sol¨ªa sentarse el rey del hampa y escuchar cada noche las actuaciones de m¨²sicos de jazz locales.
12 De copas en Logan Square
Logan Square se ha convertido en la zona m¨¢s moderna de la ciudad. Un barrio ideal para mezclarse con artistas y modernos en?discretas tabernas con estrellas Michelin, pubs y clubs de jazz, tiendas de artesan¨ªa y galer¨ªas de rock & roll. Por la noche conviene llegar temprano para poder pasear entre las tiendas y galer¨ªas.
Por ejemplo, la Galerie F, especializada en carteles rockeros, grabados y arte callejero. O bares como Revolution Brewing, que fabrica su propia ceveza y hace las veces de club del barrio, con una excelente comida de pub. M¨¢s art¨ªstico es el peque?o Whitsler, un bar que seduce casi a diario con grupos indie y bandas de jazz de Chicago. Tambi¨¦n funciona como galer¨ªa de arte para creadores locales.
Dos referencias m¨¢s que hay que disfrutar en Logan Square: Longman & Eagle, una taberna shaby-chic con propuestas culinarias tan interesantes que recibieron una estrella Michelin, y para comprar dise?o local, el Wolbait & B-girls. Vestidos, bolsos y joyer¨ªa, todo hecho a mano por dise?aodres locales en un ambiente de viejas tablas de planchar que hacen las veces de mostrador, cintas m¨¦tricas, tijeras y otros enseres que cuelgan de ganchos vintage.
13 Paseo por West Loop
Este barrio que en otro tiempo fue el centro de la industria de la carne de Chicago se ha puesto de moda gracias a restaurantes de chefs famosos y viejos almacenes convertidos en bloques de viviendas. La carne sigue siendo el principal negocio de la zona, como podremos apreciar de camino a las galer¨ªas, tiendas y restaurantes. El West Loop invita a pasear entre carretillas elevadoras y antiguos almacenes, para encontrar originales delicatesen y locales de donuts gourmet. Luego, podemos tomarnos una cerveza artesanal o guiarnos por el aroma de los baklavas que inundan los caf¨¦s griegos.
Podremos seguir a los vecinos del barrio hasta Publican Quality Meats para comprar chorizo ahumado y salchichas con jarabe de arce. Despu¨¦s, estos suelen sentarse en el peque?o restaurante de la parte posterior para saborear una cerveza y s¨¢ndwiches artesanos. Tambi¨¦n les encantan los donuts, y los de Glazed and Infused son perfectos e irresistibles.
En Haymarket Pub & Brewery podremos tomar una buena pinta y, adem¨¢s, recibir una buena dosis de historia local. Y en el Artopolis Bakery & Cake, en la ajetreada Greektown, podremos degustar especialidades de una de las comunidades cl¨¢sicas de la multicultural Chicago, como empanadillas de espinacas y feta.
La dosis de arte la podemos encontrar en la fant¨¢stica y acogedora galer¨ªa Threewalls, que organiza exposiciones y cuenta con el apoyo comunitario: los vecinos compran una acci¨®n y a cambio reciben una cuota de arte (como un mantel o un plato de cer¨¢mica).
14 Un d¨ªa entre libros
El barrio de Hyde Park resulta muy instructivo. Destaca por sus librer¨ªas y museos, sus cafeter¨ªas y teatros de variedades, pero tambi¨¦n por los majestuosos edificios neog¨®ticos de la Universidad, de cuyas aulas han surgido m¨¢s de 80 premios Nobel.
Un paseo por la zona nos lleva a lugares como el Museum of Science and Industry, el mayor museo de ciencia del hemisferio occidental, donde se recrea un tornado y se puede visitar un submarino alem¨¢n de la II Guerra Mundial. Tambi¨¦n a lugares incre¨ªbles como la librer¨ªa de segunda mano Powell¡¯s, donde se puede conseguir cualquier volumen que se haya publicado. Tambi¨¦n es muy popular entre los acad¨¦micos de la zona el Seminary Co-op Bookstore, una librer¨ªa donde no ser¨ªa extra?o cruzarnos con alg¨²n premio Nobel, pero hay m¨¢s: la Robie House de Frank Lloyd Wright, la Valois Cafeter¨ªa, una cafeter¨ªa emblem¨¢tica que sol¨ªa visitar Barack Obama cuando viv¨ªa en las inmediaciones, o el para¨ªso nocturno de los estudiantes, Jimmy¡¯s Woodlawn Tap, un poco s¨®rdido pero con buena cerveza y swissburgers legendarias.
15 ?Pizza o cocina molecular?
En Chicago abundan los sitios donde comer por poco dinero, pero que se toma muy en serio la comida. El plato bandera es la deep dish pizza, al estilo de Chicago, con una masa de entre 5 y 7 cent¨ªmetros de grosor y un mont¨®n de ingredientes. Casi basta con una porci¨®n para quedar saciado. No menos t¨ªpico es el Chicago hot dog, un perrito caliente con cebolla, tomate, lechuga, pimiento, guindillas y sweet relish, ?pero nunca k¨¦tchup! El tercer bocado local t¨ªpicol es el italian beef s¨¢ndwich, de ternera asada. Las mejores pizzas las encontramos en Giordano¡¯s, Pequod¡¯s Pizza y Pizano¡¯s; los mejores perritos son, probablemente, los de Hot G Dog, que va m¨¢s all¨¢ con versiones gourmet, y en Wiener¡¯s Circle con hot dogs a la parrilla y patatas fritas con queso cheddar.
Pero en Chicago tambi¨¦n podemos encontrar atractivas propuestas de alta cocina, especialmente en Randolf St, en el West Loop. El chef Rick Bayless est¨¢ al mando de Xoco; Gran Achatz se centra en la cocina molecular a los fogones de Alinea y el oriundo Paul Kahan triunfa con en el restaurante Avec y el Dove¡¯s Luncheonette. Los bistr¨®s y caf¨¦s inundan Division Street, en Wicker Park, mientras las taquer¨ªas comparten espacio con locales modernos a lo largo de 18th, en Pilsen.
M¨¢s informaci¨®n en la nueva gu¨ªa Lonely Planet de Chicago y en www.lonelyplanet.es
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