Girona, la leona quiere un beso

Girona es una ciudad que sorprende al visitante primerizo. Por extra?o que parezca, su casco hist¨®rico, uno de los mejores recintos medievales de Catalu?a, no ha sido tan publicitado ni loado como se merece. No extra?a, por tanto, la may¨²scula sorpresa que se llevan muchos viajeros cuando se sumergen por primera vez en las estrechas calles de la juder¨ªa u observan a vista de p¨¢jaro la urdimbre de esta ciudad de piedra desde el adarve de la muralla. La For?a Vella, el primitivo recinto medieval, y la contigua For?a Nova, la ampliaci¨®n gremial y burguesa, forman un importante conjunto monumental.

9.00 Desayuno y paseo por la Rambla

Un buen lugar para empezar el d¨ªa es La F¨¢brica (1) (calle de la Llebre, 3), cuya peque?a terraza invita a un excelente caf¨¦ al sol. Solo abren por la ma?ana, por lo que son especialistas en desayunos y brunch. Muy cerca de all¨ª queda la calle principal del casco hist¨®rico. La Rambla de la Llibertat (2) es el lugar por el que se pasa a diario varias veces y en el que antes o despu¨¦s confluyen todos los itinerarios urbanos. En sus or¨ªgenes fue calle del mercado, condici¨®n que hoy conserva en las numerosas tiendas y restaurantes. Una fila de tilos da sombra y refugio a quienes acuden a las terrazas a cumplir con el rito del verm¨² en la Rambla. Los s¨¢bados se instala un mercado de flores. Poco m¨¢s adelante, la Rambla cambia de nombre por el de calle de la Argenter¨ªa.

11.00 Barrio del Mercadal

Cruzamos el r¨ªo Onyar por el puente de las Peixateries Velles (3) (el ¨²nico de los tres fabricados en hierro por la empresa de Gustave Eiffel para Girona que ha llegado a nuestros d¨ªas) para ir en busca de la calle de Santa Clara (4), la v¨ªa peatonal y comercial m¨¢s importante y transitada del barrio del Mercadal. En Santa Clara hay numerosas tiendas de moda y complementos, panader¨ªas artesanas, zapater¨ªas y dos pasteler¨ªas imprescindibles para los muy golosos: Casa Moner (en el 45), especializada en pan artesano, y junto a ella, en los bajos de la misma finca, Casa Castell¨®, fundada en 1898. El barrio del Mercadal es la zona residencial, de ocio y de compras de la ciudad nueva, con espacios abiertos para el disfrute urbano como la plaza de la Constituci¨®, la de Santa Susanna o la de Josep Pla.

13.00 Hora del aperitivo

El mejor rinc¨®n para hacer un primer alto en el camino es la concurrida plaza de la Independ¨¨ncia (5), peatonal y porticada, un espacio rectangular lleno de terrazas. Un excelente lugar para sentarse a tomar una cerveza o un verm¨² en el Boira, en Casa Marieta o en el Caf¨¦ Royal.

15.00 Las casas del Onyar

Es hora de cruzar de nuevo el r¨ªo Onyar en busca del casco viejo. Para ello usamos el puente de G¨®mez (6), desde el que se tiene la mejor vista de las famosas casas del Onyar, que en realidad son la parte trasera de las casas se?oriales que dan al eje Rambla Llibertat-Argentaria-Ballester¨ªes, al otro lado del r¨ªo, y por tanto su fachada menos noble. Cuando en 1983 se restauraron y rehabilitaron, una de las actuaciones fue retirar las letrinas, que estaban en el balc¨®n posterior, incluso con descarga directa al r¨ªo. Fue entonces cuando se pintaron con tonos pasteles.

16.00 Calle de la For?a

Desde la plaza del Ol¨ª podemos acceder a la calle de la For?a (7), la m¨¢s famosa de la For?a Vella (el n¨²cleo primigenio de la ciudad, anterior a la ampliaci¨®n del siglo XIII). Un vial estrecho, oscuro y p¨¦treo que lleva hacia lo alto del cerro y las escalinatas de la catedral. Seg¨²n los expertos, coincide con el Cardo Maximus (calle principal) de la antigua Gerunda romana, que a su vez era un tramo de la V¨ªa Augusta. Hoy sus empinadas losas ven pasar sobre todo turistas y casi todos los locales se han reconvertido en negocio enfocados a ellos. En el n¨²mero 12 est¨¢ Torrons Vicens, un hist¨®rico fabricante de Agramunt (Lleida) que lleva haciendo turrones y chocolates desde 1775. En la zona alta encontramos el Museo de Historia de la Ciudad (8).

17.00 El laberinto del Call

A la derecha de la calle de la For?a, en sentido subida, se despliega uno de los barrios carism¨¢ticos de la vieja Girona: el Call (9), como se denomina en catal¨¢n a las juder¨ªas, una de las m¨¢s grandes y mejor conservadas de Espa?a. Girona mantuvo una importante comunidad jud¨ªa desde al menos el a?o 890 hasta su expulsi¨®n por los Reyes Cat¨®licos en 1492. Siguiendo de frente por la calle de la For?a llegamos a la plaza de la Catedral (10) y las escalinatas que sirven de acceso al primer templo gerundense. Unas escaleras al m¨¢s puro gusto barroco, monumentales y llenas de teatralidad, que en un alarde t¨¦cnico no se apoyan en ning¨²n edificio ni muro lateral y que esponjan el agobiante entramado de estas calles medievales. Sirven de lugar de encuentro y descanso a no pocos de los turistas que deambulan por el casco hist¨®rico. Cerca queda la colegiata de Sant Feliu (11), que, junto con la catedral, da forma al perfil urbano.

21.00 Noches m¨¢gicas

En la misma plaza de Sant Feliu, bajando las escaleras de la fachada principal del templo, encontramos uno de los puntos m¨¢s tur¨ªsticos de Girona: la peque?a escultura de la Leona de Girona (12) (en realidad es un le¨®n un tanto deforme). Seg¨²n la tradici¨®n, hay que besarle el culo a la leona ¡°para volver a Girona¡±. Para facilitar la tarea, el Ayuntamiento instal¨® una peque?a tarima, ya que la leona queda a cierta altura. Se trata de una r¨¦plica: la original se conserva en el Museo de Arte (13).

Esta es una buena zona para empezar a pensar en la cena y las copas posteriores, de hecho el cul de la Leona es uno de los lugares habituales de encuentro de la ciudad. Aqu¨ª mismo encontramos el K?nig (14) (Calderers, 16), local de comida r¨¢pida ¡ªpero de calidad¡ª muy popular, y The River (15) (calle de la Barca, 2), ideal para comer algo y tomar una copa, ambos con terraza. En la misma zona hay muchos bares y restaurantes, siempre con ambiente.

Le Bistrot (16) (Pujada de Sant Dom¨¨nec, 4) es otro restaurante de moda, sobre todo por su emplazamiento. Tambi¨¦n El Doll (17) (Pujada de Sant Felix, 21), un bar con tiradores de cerveza en las propias mesas, de los que te sirves t¨² mismo. En general, todas las callejuelas en cuesta del casco antiguo que bajan desde la catedral hacia la calle de la For?a y el puente de Sant Agust¨ª se convierten, al caer la noche, en una zona muy activa de copas y tertulia. Hay mesas en la calle, aunque buena parte del personal prefiere sentarse en los escalones de las cuestas. Un ambiente casi m¨¢gico envuelve entonces a la For?a Vella, sobre todo en las largas y frescas noches de verano.

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