Iturregi, un caser¨ªo elegante en Getaria

Zarautz, la del peque?o sal¨®n con tocador y unas vistas soberbias de la bah¨ªa zarauztarra. Orio, en la primera planta, con vistas al campo y a la piscina arcada del hotel. Zumaia, en la esquina de la primera planta, con vistas al verde desde sus tres enormes ventanales cl¨¢sicos. Jaizkibel, para ver el mar y los vi?edos de txacol¨ª desde la ba?era. Igeldo, la apoteosis del verde porque vierte al exterior una rom¨¢ntica balconada privada. Askizu, muy coqueta porque es abuhardillada y ofrece un cuarto de ba?o en m¨¢rmol negro que es la intimidad en verso y prosa de Julio Cort¨¢zar.

Pero no nos olvidemos de las dos suites principescas, con gasas, doseles y muchos quilates de interiorismo. Getaria, la mayor en tama?o y precio, abierta al encuentro de los p¨¢mpanos, el faro de la villa y el oc¨¦ano. Y, por ¨²ltimo, Iturregi, bajo una cubierta de viguer¨ªa fina con ¨®culos, que da su nombre al hotel.

Litoral brav¨ªo

Desde la red de hoteles exclusivos que comanda Pablo Carrington, el lujo se entiende como la rutina cotidiana. No basta con sorprender. Tambi¨¦n hay que convencer. Y su intendente general, la francesa Lucie Lepretre, se presta a recibir al hu¨¦sped con la convicci¨®n de que esta portentosa colecci¨®n de habitaciones no tiene par en todo Euskadi. Porque alineamientos de vi?edos, colinas exuberantes de verde charol, litoral brav¨ªo de ratones erizados y otras proteicas descripciones geogr¨¢ficas abundan en este pa¨ªs sin hartura tur¨ªstica aun. Pero urdimbres estil¨ªsticas como la remedada por la arquitecta Marina Lertxundi y el interiorista Daniel Rotaetxe solo tienen justificaci¨®n cuando se pretende el goce del paisaje desde los sentidos, el exterior desde el interior, la luz desde el alma.

Un sal¨®n de estar en la misma tesitura decorativa, una sala acristalada y un porche lateral completan el instrumental hospitalario del caser¨ªo. Lo mejor viene despu¨¦s, cuando cesa la lluvia. Una hamaca junto a la piscina, en las ruinas de una antigua granja. Un paseo a ritmo lento por el jard¨ªn, entre fuentes, estanques y arriates arom¨¢ticos. O echarse al volante para recorrer los contornos del hotel, con los vi?edos ya mencionados, los caser¨ªos vecinos dedicados al pastoreo de ovejas y bueyes, los acantilados y las bonitas playas que enmarcan la postal de Iturregi.

El hotel carece de restaurante, lo cual es una suerte que dir¨ªamos ca¨ªda del cielo. As¨ª no queda ninguna excusa para ir en busca de mesa al restaurante Elkano, en el centro de Getaria. Quien no ha probado su rodaballo a la brasa no sabe lo que es un rodaballo. El chef Aitor Arregui explica as¨ª cu¨¢l es el secreto del aderezo: ¡°aceite, sal, dos padrenuestros y un avemar¨ªa¡±.