La espalda de Montmartre
Historias de los poetas Rimbaud, Verlaine y Tristan Tzara, de la cantante Dalida o del m¨²sico Erik Satie. Al otro lado de la bas¨ªlica del Sacr¨¦-Coeur se extiende la parte menos frecuentada del legendario barrio parisiense

Hay veces en que Montmartre parece ser un desmesurado escenario de decorados dispuestos para el disfrute del turista. Aqu¨ª el Sacr¨¦ Coeur, aqu¨ª la Place du Tertre, all¨ª el bar de Amelie, aqu¨ª las ostras de La Mascotte. Bien, todo ideal, pero este barrio tiene mucho m¨¢s. ?Por qu¨¦ tan poca gente se anima a bajar la butte (colina) tras la m¨ªtica bas¨ªlica del Sagrado Coraz¨®n? Parece que no haya vida m¨¢s all¨¢, pero s¨ª la hay, y es una vida duradera, firme, en la que reside lo m¨¢s aut¨¦ntico de un barrio tocado por la ¨¦pica art¨ªstica.
10.00 La casa de Adolf Loos para Tristan Tzara
Para conocer un mundo inesperado y hedonista conviene visitar temprano la Avenue Junot. Desayunando en Marcel (1) (1, Villa L¨¦andre), en el cruce con la brit¨¢nica calle Villa Leandre, experimentar¨¢ la terrible sensaci¨®n de haberse equivocado en algo y el deseo de empezar de cero y aqu¨ª. En el n¨²mero 15, el arquitecto austriaco Adolf Loos construy¨® en 1926 la casa donde vivieron el poeta dada¨ªsta Tristan Tzara y su mujer, la pintora Greta Knutson. ?nico trabajo de Loos en Francia, es un edificio equilibrado y racionalista, concebido como un paralelep¨ªpedo que aprovecha el desnivel de la calle. Acent¨²a el deseo de dedicarse a la poes¨ªa dad¨¢.

Al lado, en el 13, vivi¨® el dibujante Francisque Poulbot, quien estaba tan ligado a la vida del barrio que quiso crear la Rep¨²blica de Montmartre. Dibuj¨®, entre otros, a Gravoche, tierno personaje de Los Miserables, novela en la que Victor Hugo escribi¨® una frase eterna: ¡°Errer est humaine, fl?ner est parisien¡± (errar es humano, pasear sin rumbo es parisiense). La esquina del num¨¦ro 39 es fundamental para mit¨®manos: aqu¨ª se hallaba el Hotel Alsina (localizaci¨®n en tantas pel¨ªculas), donde Edith Piaf ten¨ªa habitaci¨®n todo el a?o y (dicen) recib¨ªa a su amante Yves Montand.
12.00 El recuerdo de la cantante Dalida
El Cine 13 (2), la plaza Marcel Aym¨¦ (3) o el Moulin de la Galette (4), hist¨®rica sala de baile retratada por Renoir, Casas o Toulouse Lautrec, hoy reconvertido en restaurante (lemoulindelagalette.fr), son otros referentes del distrito a tener en cuenta. Acortando por All¨¦e des Brouillards (atenci¨®n al chateau que renov¨® el gran violinista Marius Casadesus) se llega a la coqueta Place Dalida (5), donde una escultura recuerda a la popular y polifac¨¦tica artista egipcia, y vecina, que se quit¨® la vida a dos pasos, en el 18 de la Rue d¡¯Orchampt, en 1987, dejando una nota tan escueta como precisa: ¡°La vie m¡¯est insuppor?table. Pardonnez-moi¡±.

El vino ha aportado mucha felicidad al barrio, y lo sigue haciendo. La existencia de vi?as en Montmartre se remonta al a?o 994. Cada oto?o tiene lugar la fiesta de la vendimia, en la que el vino se vende en subastas. El Clos Montmarte (6) son unos 1.500 metros cuadrados de vi?edo que dan color e identidad a este lado de la butte. Adem¨¢s, enfrente est¨¢ la Maison Rose (2, Rue Abreuvoir), un caf¨¦ memorable, pues en este edificio vivi¨® el pintor Maurice Utrillo, hijo de Suzanne Valadon (la mujer que, con su rechazo, provoc¨® que Erik Satie compusiera sus Vexations) y pintor maldito que rompi¨® con la tradici¨®n paisajista creando una po¨¦tica urbana espolvoreada de melancol¨ªa. Y a los pies de la vi?a, otro s¨ªmbolo: Au Lapin Agile, cabaret inmortal, comprado en 1902 por Aristide Bruant, que conoci¨® la gloria en los a?os cuarenta, y en el que Picasso, Modigliani y tantos otros supieron divertirse.
13.30 Un bistr¨® para comer bien
Para comer t¨ªpicamente parisiense y entre vecinos nada como el bistr¨® Au R¨ºve (7), en el 89 de la Rue Caulaincourt. Es tan aut¨¦ntico que se asemeja a un bouchon, los restaurantes t¨ªpicos de Lyon. Buen ambiente y carta aut¨®ctona.
No obstante, en el barrio, por la privilegiada ubicaci¨®n de sus terrazas, hay quien prefiere Le Francoeur (8) (129, Rue Caulaincourt), y, enfrente, m¨¢s popular, Francis Labutte (9) (122, Rue Caulaincourt). Ambos se aprovechan de la cercan¨ªa con la prestigiosa escuela de cine La Femis (femis.fr), fuente de estudiantes entusiastas y otra pista ineludible, instalada aqu¨ª en 1996 en lo que eran los antiguos estudios Path¨¦, cuyo edificio fue renovado por el arquitecto Yves Lion en 1999.
16.00 Un barrio a 33 revoluciones
Desde aqu¨ª, si apetece un largo paseo, vale la pena acercarse hasta La Recyclerie (10) (larecyclerie.com), caf¨¦-cantina-granja urbana que tiene encandilados a los amantes de lo vintage. Si no, cerca del ayuntamiento del distrito, tras la plaza de Jules Joffrin, nunca fallan dos opciones: para rastreadores de antig¨¹edades con buenos precios, nada como Emilie (11) (22, Rue Hermel), y para mel¨®manos de la m¨²sica en vinilo, la reputada Exodisc (12) (70, Rue Mont Cenis). Casi enfrente, L¡¯Alibi (13) (11, Rue Layper¨¦re) es el mejor bar para comentar las compras de discos, como se hac¨ªa antes, cuando todo iba a 33 revoluciones, y hacer planes nocturnos.
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La Rue Damr¨¦mont es clave en el barrio. De hecho, su propio nombre lo indica: detr¨¢s del monte. Calle de florister¨ªas y peque?os comercios con charme. Tiene varios reclamos. Algunos, como la queser¨ªa Chez Virginie (14), son instituciones. Las colas que se forman en su puerta los s¨¢bados entre 18.00 y 19.00 y los domingos al mediod¨ªa forman parte del imaginario del barrio. Es el lugar ideal para hacerse con un comt¨¦ de 41 meses de affinage (algo absolutamente sublime) o un camembert au calvados. As¨ª las gastan. En el 43 bis queda un mural de azulejos de Poulbot que decoraba el acceso a unos viejos ba?os p¨²blicos. Y en el 53, en 1901, naci¨® el gran Andr¨¦ Malraux, escritor, pol¨ªtico y defensor de las libertades.
20.00 Pizza de masa fina y crujiente
Si apunta un m¨ªnimo indicio de hambre habr¨¢ que ir cuanto antes a la Pizzeria Il Brigante (15) (14, Rue du Ruisseau). ?Por qu¨¦? Porque no se admiten reservas. Pintoresca, reducida y ruidosa, tiene al barrio a sus pies y la cocina integrada en la sala. Masa muy fina, pizza sabrosa y crujiente como ninguna. Si se prefiere algo m¨¢s af¨ªn a la experiencia gastron¨®mica, conviene anotar Sens Uniques (16). Sea como sea, habr¨¢ que seguir en La Cave (17) o en L¡¯Etoile de Montmartre (18), simp¨¢ticas e imprescindibles opciones para empezar la noche.
Si se quiere ir m¨¢s lejos, siguiendo por la Rue Ramey se llega hasta Au Clair de Lune (19) (1, Rue Ramey), muy reputado entre los m¨¢s inquietos. De camino se cruza la Rue Nicolet, en cuyo n¨²mero 14 vino a vivir Verlaine reci¨¦n casado con Mathilde. Fue aqu¨ª donde en 1871 apareci¨® Rimbaud con el poema El barco ebrio en el bolsillo y muchas ganas de ver a su amigo y amante. Lo malo es que Verlaine le hab¨ªa ido a buscar a la Gare du Nord y se hab¨ªan cruzado. Abri¨® Mathilde y se arm¨® la de San Quint¨ªn.
Use Lahoz publicar¨¢ en octubre la novela Los buenos amigos (Destino).
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