Noche extra en Dubl¨ªn

Este verano, el actor y m¨²sico Josep Zapater protagoniza, junto a Noelia P¨¦rez, el cabaret musical Two Ladies or not Two Ladies en el teatro Lara de Madrid. En sus viajes nunca falta la m¨²sica, que le sirve para arreglar cualquier desaguisado, como el que le ocurri¨® al final de su periplo por Irlanda.

Fue a celebrar el cumplea?os de un amigo y¡­

¡­ Me qued¨¦ yo solo tirado en Dubl¨ªn el d¨ªa de mi vuelta, sin dinero. Mi vuelo sal¨ªa por la tarde, o eso cre¨ªa yo, porque se me ocurri¨® mirar el billete y la vuelta era para un mes despu¨¦s. Me hab¨ªa subido al autob¨²s que iba al aeropuerto: solo ten¨ªa mi m¨®vil y poco m¨¢s. Logr¨¦ hacer una llamada para cambiar los billetes y volar al d¨ªa siguiente. Y, claro, volv¨ª al hostel para intentar quedarme una noche m¨¢s.

?Pero iba sin dinero!

Hice un intercambio: en el albergue me alojaron gratis una noche en una litera si daba un peque?o concierto para los residentes esa noche. Compart¨ª la habitaci¨®n con otras 25 personas y conoc¨ª a un asturiano que llevaba dos a?os viviendo en ese mismo cuarto.

?Al menos lo pas¨® bien en el cumplea?os?

S¨ª, se celebr¨® en Cork, porque nuestro amigo es de all¨ª. Cantamos y tocamos en su fiesta: fuimos todos los del grupo de m¨²sica que ten¨ªamos entonces, que se llamaba K¨¨ns d¡¯Am?r Proj¨¨ct. Hac¨ªamos m¨²sica sobre todo como terapia; por ejemplo, compon¨ªamos canciones para quejarnos de nuestros jefes y ese tipo de cosas.

La m¨²sica estuvo muy presente en su viaje.

Alucin¨¦ con la m¨²sica en Irlanda. Sonaba muy bien y era muy buena en cualquier sitio: en los bares, en el autob¨²s. Aqu¨ª te ponen la radio y siempre escuchas las mismas canciones, tipo bombardeo. Recuerdo que en Dubl¨ªn estaba el Temple, un bar de m¨²sica en directo bastante c¨¦lebre, y que hab¨ªa m¨²sicos callejeros en cualquier lugar.

Parece todo muy irland¨¦s¡­

Como contraste, en Cork conocimos a una comunidad de h¨²ngaros nativos que nos hicieron un gulasch, su estofado t¨ªpico de carne de caballo, pimiento, cebolla y piment¨®n. Nos llevaron a una caba?a de madera en el campo y all¨ª, en un caldero enorme tipo la marmita de Ob¨¦lix, lo cocinaron. Nos pas¨® por encima un avi¨®n que se encargaba de fumigar el terreno, pero eso no impidi¨® que nos lo comi¨¦ramos todo.

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