Brujas, en modo Instagram
Un paseo por el centro de la ciudad belga en busca de las diez postales m¨¢s seductoras
Surcada por canales y llena de casas que parecen de cuento, Brujas es el arquetipo de destino de postal y por eso, con buen tiempo, suele estar repleta de turistas c¨¢maras a mano. Pero si la visitamos entre semana y fuera de temporada, podremos disfrutarla sin aglomeraciones durante todo el a?o, incluidas sus extraordinarias pinacotecas.
Esta vez, sin embarho, no vamos a entrar en los grandes museos, como el Groeningenmuseum, con obras maestras flamencas y renacentistas, o el Menling. Nos dedicaremos a pasear y pasear para capturar, en im¨¢genes, el encanto inigualable de la ciudad belga, cuyo centro hist¨®rico es un sue?o para el viajero, ya que todo queda cerca.
Recorreremos pintorescos y adoquinados callejones, as¨ª como canales de ensue?o que comunican con fotog¨¦nicas plazas medievales rodeadas por altas torres, antiguas iglesias e hist¨®ricas casas de beneficencia de fachadas encaladas. La noche se suma a este tour visual con una fant¨¢stica iluminaci¨®n que fot¨®grafos e instagramers no querr¨¢n perderse. Cada estaci¨®n del a?o viste con un detalle extra las c¨¦ntricas calles de Brujas: si en primavera los narcisos tapizan los patios hist¨®ricos con una pincelada de color, en invierno la ciudad luce magn¨ªfica y se puede disfrutar casi a solas.
1 Panor¨¢mica desde Belfort
Todos los viajeros est¨¢n de acuerdo: las mejores vistas de Brujas se contemplan desde lo alto del campanario de Belfort, sobre la plaza del mercado. Esta colosal torre del siglo XIII tiene pocas coas de inter¨¦s en su interior, pero las vistas desde arriba compensan la claustrof¨®bica ascensi¨®n de sus 366 escalones. A trav¨¦s del enrejado la panor¨¢mica es completa, incluyendo las turbinas e¨®licas y las gr¨²as gigantes de la cercana y costera localidad de Zeebrugge, m¨¢s all¨¢ de los chapiteles y los tejados rojos de la ciudad. Tiene el aforo limitado a 70 personas y puede haber colas en horas punta, pero es imprescindible.
El carill¨®n de 47 campanas se sigue tocando de forma manual los mi¨¦rcoles y fines de semanas.
2 La plaza del mercado
Markt para los flamencos, la plaza del Mercado es la foto que demostrar¨¢, junto con alguna toma de sus buc¨®licos canales, que hemos visitado Brujas. Flanqueada por edificios medievales con fachadas escalonadas, esta espl¨¦ndida plaza es el centro neur¨¢lgico de la ciudad belga. Los carros tirados por caballos se abren paso junto a las terrazas de los restaurantes y los turistas que, c¨¢mara en ristre, pasean a los pies de la verduzca estatua de Pieter De Coninck y Jan Breydel, los l¨ªderes de los Maitines de Brujas.
En el lado norte se nos van los ojos (y los smartphones) hacia un edificio neog¨®tico que ocupa completamente dicho flanco. Es el Historium, en cuyo interior propone una recorrido multimedia que traslada al visitante a 1435. Es m¨¢s una pel¨ªcula medieval que un museo, que incluye una historia de amor ficticia como soporte narrativo y que permite curiosear a los turistas en el estudio de Van Eyck, entre otros momentazos pseudohist¨®ricos. Puede ser un buen refugio para un d¨ªa de lluvia.
3 Burg, el centro del poder
Muy cerca del Markt encontramos otra encantadora plaza que merece una buena sesi¨®n de fotos. Con el impresionante Ayuntamiento (Stadhuis) de estilo g¨®tico, el Burg fue el centro administrativo de Brujas durante siglos y aqu¨ª se encontraba la catedral de San Donato hasta 1799, cuando fue demolida por fan¨¢ticos antirreligiosos. El exterior del Ayuntamiento est¨¢ repleto de r¨¦plicas de estatuas de los condes y condesas de Flandes, cuyos originales fueron arrancados en 1792 por soldados franceses.
Una incorporaci¨®n moderna es el sorprendente pabell¨®n del arquitecto japon¨¦s Toyo Ito, obra de arte geom¨¦trica contempor¨¢nea en el centro de la arbolada plaza. De espaldas a ¨¦l se puede admirar, en el lado sur, tres soberbias fachadas interrelacionadas con elaborados detalles dorados. Si salimos de la plaza bajo el arco del Callej¨®n del Asno Ciego, nos toparemos con el Djiver, el canal principal de Brujas.
El Brugse Vrije (el Franconato de Brujas) es otro de los atractivos edificios de esta plaza, con sus tejados barrocos, adornos y estatuas doradas. En su d¨ªa fue el palacio de la Libertad de Brujas y a¨²n acoge dependencias municipales. El cuarto edificio al que dirigir los objetivos de c¨¢maras y m¨®viles es la Heilig-Bloedbasiliek, la bas¨ªlica de la Santa Sangre, que debe su nombre a una ampolla que, supuestamente, contiene gotas de la sangre de Cristo tra¨ªdas tras las Cruzadas en el siglo XII. Se muestra cada d¨ªa a las 14.00 para su veneraci¨®n.
Un consejo: igual que el Markt, la plaza Burg es m¨¢s tranquila y bonita a primera hora de la tarde y de noche.
4 Un callej¨®n al canal
Con solo salir de Burg nos toparemos con los canales de Brujas, sin duda, una de sus postales m¨¢s t¨ªpicas. Basta atravesar el Blinde Ezelstraat (Callej¨®n del Asno Ciego), un estrecho y agradable pasaje, y, al atravesar el pintoresco canal de Djiver, ?no olvidar mirar hacia atr¨¢s!
Cruzando este puente al sur del Burg encontraremos el precioso Vismarkt, un mercado de 1821 bajo cuyos soportales se montan puestos casi todas las ma?anas; los vendedores de baratijas llegan m¨¢s tarde. Por la parte trasera, varias marisquer¨ªas dan a la bonita Huidenvettersplein, rodeada de edificios t¨ªpicos, entre ellos, la sede del antiguo gremio de los curtidores.
Y para hacer un alto, proponemos un caf¨¦ con vistas al canal, el Klein Venetie, con una maravillosa vista sobre el canal. Con el omnipresente campanario de Belfort alz¨¢ndose sobre un conjunto perfecto de fachadas medievales, la vista es preciosa a cualquier hora, pero especialmente cuando oscurece y se encienden los focos. Desde aqu¨ª, el Dijver discurre hacia el suroeste en direcci¨®n a los museos municipales m¨¢s destacados de Brujas.
5 Puente para enamorados
Detr¨¢s del Arentshuis, una de las casas aristocr¨¢ticas m¨¢s populares y con m¨¢s obras de arte de la ciudad, encontramos el encantador parquecillo de Hof Arents, junto a un puente peatonal que cruza sobre el canal St-Bonifaciusbrug, regalando vistas id¨ªlicas. Conocido como el puente de los enamorados, m¨¢s de alg¨²n, y alguna, brujense ha conseguido aqu¨ª su primer beso. Los privilegiados clientes de la pensi¨®n Nuit Blanche son los ¨²nicos que pueden disfrutar de esta rom¨¢ntica escena a la luz de la luna, cuando cierra el parque.
6 La ¨²ltima cervecer¨ªa
De Halve Maan es la ¨²nica brouwerij (cervecer¨ªa) de tradici¨®n familiar que sobrevive en el centro de Brujas. Fundada en 1856, ofrece visitas guiadas, con cata incluida, por sus insalaciones que permiten conocer el proceso de elaboraci¨®n de la cerveza y obtener divertidas fotos para nuestro timeline. Aunque, sin duda, la mejor recompensa consiste en degustar sus excelentes cervezas, como la Brugse Zot (Tonto de Brujas, 7%) o la Straffe Hendrik (Enrique el Fuerte, 9%), en su atractivo caf¨¦.
7 Beneficencia de ¨¦poca
Algo maravilloso que se encuentra deambulando por el centro de Brujas son sus hist¨®ricos complejos de godshuizen, casas de beneficencia. Son, en realidad, una versi¨®n m¨¢s peque?a de otra cl¨¢sica instituci¨®n belga, los beginnhoven (beaterios), donde se reclu¨ªan las viudas adineradas desde los tiempos de las cruzadas. Los godshuizen, compuestos de casitas de ladrillo rojo o fachadas encaladas, se organizaban en torno a un jard¨ªn cercado y fueron construidas por los gremios para dar cobijo a los m¨¢s pobres. En Brujas hay 46 fant¨¢sticas godshuizen. Una de las m¨¢s c¨¦ntricas es la Godshuis St-Jozef, mientras que De Meulenaere (Nieuwe Gentweg 24) es m¨¢s amplia y tranquila. Tambi¨¦n destacan la de Godshuis de Vos (Noordstraat 2-8), de 1713, la de Godshuis OLV Zeven Wee?n (Driekroezenstraat 2-6), de 1654, y el Rooms Convent (Mariastraat 9-21), de 1330.
8 Begijnhof y alrededores
Los beginnhoven (beaterios), una especie de conventos laicos o residencias autosuficientes donde se reclu¨ªan las viudas adineradas en r¨¦gimen de beatas laicas (juraban votos cat¨®licos como el de obediencia y castidad, pero no el pobreza, para conservar sus bienes), estaban formados por conjuntos de casas construidas alrededor de un jard¨ªn central y una iglesia. La mayor¨ªa ten¨ªan una granja y un huerto para su autoabastecimiento, y adem¨¢s obten¨ªan ingresos extras mediante la fabricaci¨®n de encajes.
El beaterio de Brujas (Wijngaardstraat) data del XIII, y aunque hace tiempo que falleci¨® la ¨²ltima beguina (beata) del complejo, entre las actuales residentes se incluye una congregaci¨®n de monjas benedictinas. A pesar de la marea de turistas que lo visita en verano, el begijnhof sigue siendo un lugar muy tranquilo. En verano, una alfombra de narcisos le da un aire a¨²n m¨¢s pintoresco a la escena, mientras en el exterior del puente de entrada, original de 1776, se concentran restaurantes con terrazas, tiendas de encajes y puestos de gofres, apetecibles pero no demasiado baratos.
9 El lago del amor
Nada m¨¢s pasar por la entrada principal del Beginhof se encuentra la Begijnhuisje, una encantadora casa del siglo XVII convertida en n peque?o museo de cuatro salas. En la r¨²stica cocina, con sus azulejos azules y blancos de Delft, se conserva una estufa de Lovaina que sobresale para que la gente se pueda sentar alrededor. En el sal¨®n se ven encajes negros de Chantilly y en el austero dormitorio un vestido tradicional de beguina. El comedor presenta una sencilla alacena que serv¨ªa de despensa, con una vitrina para la porcelana y una mesa de comedor extensible. Detr¨¢s de la casa hay un sencillo claustro de piedra con un pozo.
El encantador parque que rodea el aleda?o canal de Minnewater, conocido como el lago del amor, otorga a esta zona cierto aire rom¨¢ntico. En los a?os de mayor apogeo comercial de Brujas, barcos llegados desde puertos lejanos descargaban aqu¨ª cargamentos de lana, vino, especias y sedas. Hoy hay muchos senderos resguardados y bancos en los que descansar cuando hace demasiado sol.
10 Escapada a Santa Anna
M¨¢s all¨¢ de su centro hist¨®rico, Brujas cuenta con barrios encantadores hacia el noreste, como Santa Anna o Dampoort, zonas poco visitadas pero muy agradables para dar un paseo, quiz¨¢ de camino al nost¨¢lgico (y tur¨ªstico) Lamme Goedzak, un barco de vapor que sigue surcando el canal de Damme.
El barrio de Santa Anna nos permitir¨¢ conocer el laborioso pasado de la zona, dedicada a la fabricaci¨®n artesanal de encaje, que sigue tan viva como entonces. Podremos comprobarlo en el Kantcentrum, donde hay demostraciones de encajes de bolillo a cargo de maestros expertos y de estudiantes. Otra parada puede ser el museo del folklore (Voskunde), donde se explora c¨®mo viv¨ªan los lugare?os en ¨¦pocas pasadas. La zona queda enmarcada por cuatro hermosos molinos.
Desde el siglo XIII hasta bien entrado el XIX las murallas de Brujas estaban decoradas con molens (molinos de viento); paseando junto al canal que delimita el lado este de la ciudad, se atraviesan zonas verdes donde se alzan los cuatro ejemplares hist¨®ricos que a¨²n quedan en pie. Todav¨ªa muelen cereales y dos de ellos, el St Janshuismolen, del siglo XVIII, y el Koelewimolen, cuentan con un peque?o museo en su interior.
Las mejores vistas las podemos tomar desde De Windmolen, un pintoresco caf¨¦ con una soleada terraza que regala vistas a los molinos de Santa Ana. Territorio de lugare?os, es un lugar sin pretensiones donde saborear una cerveza local.
Al oeste se levanta una de las iglesias m¨¢s raras de Brujas, la de Jeruzalemkerk, del siglo XV, construida por la familia Adornes. Es un monumento macabro, que incluye un truculento altar decorado con calaveras y una efigie del cad¨¢ver de Cristo en una capilla trasera. La tumba de Anselm Adornes, en m¨¢rmol negro, contiene ¨²nicamente su coraz¨®n, la ¨²nica parte de su cuerpo que, supuestamente, se recuper¨® despu¨¦s de ser asesinado en Escocia en 1483.
M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas Bruselas y Brujas de cerca y B¨¦lgica y Luxemburgo, de Lonely Planet, y en www.lonelyplanet.es
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