Aperitivo en el bar Rufi¨¢n
Tabernas como La Tieta y Quimet & Quimet, un refugio antia¨¦reo, espacios teatrales y el recuerdo de Serrat cantando a la calle de su infancia. Un barrio barcelon¨¦s, el del Poble Sec, aut¨¦ntico y acogedor
Entre el puerto y la plaza de Espa?a, y delimitado por la avenida del Paral¡¤lel, que lo separa de la ciudad antigua, se sit¨²a el barrio tradicional y costumbrista del Poble Sec, que hoy se est¨¢ convirtiendo en uno de los destinos preferidos para el aperitivo y la noche. En sus calles oscuras y torcidas, como cantaba Joan Manuel Serrat en su emotiva El meu carrer (Mi calle), se esconde el pasado de este barrio que nac¨ªa a mediados del siglo XIX gracias a las industrias y f¨¢bricas que se asentaban en la falda de la monta?a de Montju?c. All¨ª creci¨® el Poble Sec, con tantas f¨¢bricas textiles que llegaron a secar sus pozos, de ah¨ª su nombre, y se formaron calles de sinuoso recorrido que se enfilan por la ladera y terminan en la que fue la avenida reina de la noche barcelonesa con sus teatros musicales. El Paral¡¤lel, aunque es una sombra de lo que fue, mantiene su oferta de espect¨¢culos y su aire bohemio. Serrat sigue cantando a su calle estrecha y sucia, con olor a gente y los balcones llenos de ropa tendida, y en verdad es as¨ª, porque el Poble Sec, a pesar de haberse ganado un hueco en las gu¨ªas de modernos y visitantes, sigue siendo aut¨¦ntico, multi¨¦tnico, un barrio de acogida, de gente que enamora.
9.00 ? Desayuno ¡®bio¡¯
El Bar Seco (1) (paseo de Montju?c, 74) es uno de los locales m¨¢s populares del barrio y, aunque es una buena opci¨®n a cualquier hora del d¨ªa por sus productos bio y su concepto slow food, lo elegimos para desayunar por su proximidad con el Refugio 307, que visitaremos tras tomarnos un zumo y unas tostadas con aguacate y tomate, o una deliciosa porci¨®n de carrot pie (tarta de zanahoria).
9.30 El Refugio 307
La visita a este refugio antia¨¦reo ¡ªuno de los mil que hubo en Barcelona¡ª, excavado por los propios vecinos del Poble Sec, es conmovedora. El Museo de Historia de Barcelona ha recuperado y museizado 200 metros de t¨²nel, que pocas veces alcanzan los dos metros de altura, para mostrar c¨®mo se vivieron en la ciudad los bombardeos indiscriminados durante la Guerra Civil. Una enfermer¨ªa, una sala para los ni?os, lavabos, una fuente con agua fresca y un hogar son algunas de las instalaciones que se han reconstruido en el Refugio 307 (2), un testimonio de enorme valor (Nou de la Rambla, 175).
11.00 Paseo bajo los prunos
Las calles sombreadas, flanqueadas por prunos, invitan a un paseo para ir descubriendo algunas bonitas casas modernistas, muy distintas de los aclamados edificios del Eixample. Aqu¨ª la burgues¨ªa ten¨ªa menos recursos y a pesar de ello construyeron maravillas como la que se halla en la calle de Blasco de Garay, 24, o en la del Poeta Cabanyes, 47. Y plazas peque?as donde toman el sol los ancianos y juegan los ni?os. La del Sortidor (3) es preciosa y muy agradable con sus terrazas para sentarse a tomar algo.
12.00 Blai, la calle peatonal
Para el aperitivo sobran opciones en el Poble Sec. La peatonal calle de Blai se ha erigido como la reina del mediod¨ªa y tambi¨¦n de la noche con locales como La Tieta (4) (Blai, 1). Y las calles aleda?as guardan cl¨¢sicos como el Quimet & Quimet (Poeta Cabanyes, 25), el bar Rufi¨¢n (Nou de la Rambla, 123) y la muy recomendable Gran Bodega Salt¨® (5) (Blesa, 36), renovada bajo la batuta del dise?ador Steve Forster y que adem¨¢s ofrece actuaciones en directo.
13.30 Un restaurante veneciano
Sobre el paseo de l¡¯Exposici¨® y coronando el Poble Sec, el peque?o n¨²cleo de Satalia (6) es una rareza que hay que conocer. Sus calles empinadas, en cuyas aceras se alinean casas preciosas, forman una buc¨®lica barriada sobre la que descansan los jardines de Laribal, el Teatre Grec (7) y la Fundaci¨® Mir¨® (8). Muy cerca queda uno de los mejores restaurantes italianos (perd¨®n, venecianos) de la ciudad, el Xemei (9) (paseo de l¡¯Exposici¨®, 85), donde nos detendremos para disfrutar de sus rissottos, pastas y pescados y, sobre todo, de sus ?oquis.
16.00 Los jardines de Laribal
Tras la comida, no hay mejor opci¨®n que deambular por los hist¨®ricos jardines de Laribal (10), frondosos y repletos de esculturas, glorietas y fuentes, unos jardines rom¨¢nticos en los que uno pierde la noci¨®n del tiempo. El camino de regreso al centro del barrio discurre por el paseo de Santa Madrona, que conduce directo a una de las joyas escenogr¨¢ficas de Barcelona, el Mercat de les Flors (11), ubicado en un antiguo pabell¨®n construido con motivo de la Exposici¨®n Universal de 1929 y que fue replanteado como sede para espect¨¢culos de danza en la d¨¦cada de los ochenta. La gran c¨²pula que lo corona, de 12 metros de di¨¢metro, es obra de Miquel Barcel¨®. Y junto a este, la sede del Teatre Lliure (12), ubicada en otro de los pabellones de la Exposici¨®n de 1929.
18.00 La sala Hiroshima y la galer¨ªa El Catascopio
Atr¨¢s queda la Ciutat del Teatre, que tambi¨¦n incluye el Institut del Teatre, y por la carism¨¢tica calle de la Fran?a Xica (uno de los n¨²cleos a partir de los que creci¨® el barrio) regresamos a las v¨ªas que se dirigen hacia el Paral¡¤lel. Por el camino, y andando sin rumbo, encontramos aventuras interesantes como la que propone la sala Hiroshima (13) (Vil¨¤ i Vil¨¤, 69), que alquila espacios esc¨¦nicos y tiene un agradable bar. O la galer¨ªa El Catascopio (14) (Margarit, 17), con exposiciones de artistas emergentes. Y por supuesto, el taller de la joyer¨ªa Koet¨¤nia (15) (Blai, 28), detr¨¢s de la cual est¨¢n el escultor Dani Bellido y la arquitecta Marta S. Blanco.
20.00 Tapas gallegas y arroces valencianos
La cena es un dilema en este barrio mezcla entre lo m¨¢s tradicional y las apuestas m¨¢s punteras. El Elche (16) (Vil¨¤ i Vil¨¤, 71) es un restaurante de toda la vida, dicen que la excelencia de sus arroces se debe a que sus principales clientes eran comerciantes que llegados de Valencia recalaban en este local. Lo cierto es que lleva abierto desde 1959 y sigue gozando del favor de sus parroquianos. Otra de las muchas opciones es dirigirse a la calle de Lleida (17), donde en un peque?o tramo se alinean varias atractivas propuestas: el Pakta, cocina nikkei de los hermanos Adri¨¤; la casa de tapas Ca?ota, de inspiraci¨®n gallega ¡ªmemorable su cajita de fritos¡ª, y el R¨ªas de Galicia, para degustar el mejor pescado.
23.00 Fin de fiesta en el Paral¡¤lel
Music hall, far¨¢ndula, ambiente bohemio, cabar¨¦s y espect¨¢culo en estado puro, el Paral¡¤lel ha sido desde finales del siglo XIX uno de los polos de atracci¨®n de la escena barcelonesa. En apenas 200 metros, conoci¨® en sus mejores momentos infinidad de teatros y cabar¨¦s de los que hoy queda todav¨ªa la reminiscencia rom¨¢ntica de El Molino (18); el teatro Victoria (19), hoy reconvertido para acoger musicales, y la emblem¨¢tica Apolo (20), discoteca y sala de conciertos. As¨ª que ?d¨®nde vamos a terminar este fant¨¢stico d¨ªa en el Poble Sec sino en el Paral¡¤lel?
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