Los nombres m¨¢s raros de la costa espa?ola
Diez enclaves que, entre la risa y el sonrojo, invitan a un viaje y a un chapuz¨®n
Mueven a risa y sorprende que lo pol¨ªticamente correcto no haya borrado top¨®nimos disonantes como estos que circulan galanos por nuestro litoral. Su presencia es profusa y variada; y su interpretaci¨®n, rica en posibilidades connotativas. Sin superar el gracejo fon¨¦tico de la playa australiana de Kewarra, proponemos 10 denominaciones costeras espa?olas que, si no jocosas, s¨ª constituyen claras invitaciones al viaje.
1 En jerga surfera
Roca Puta (Gipuzkoa)
Si obedecemos a la nomenclatura que figura en el mapa de 1888, su nombre deber¨ªa ser Izustarri. Pero la desinhibida grey surfista nada sabe de tradiciones, sino de acu?ar lenguajes complementarios. Sea en este caso aludiendo a cierta roca semisumergida y traicionera situada entre Orrua y playa Gris. Su caracter¨ªstica: picos de marejada y olas potentes de izquierda. A mayor abundamiento, tenemos el v¨ªdeo de Jon Aspuru.
Un kil¨®metro antes de llegar a Zumaia desde Getaria, tan pronto rebasamos el cartel de Geoparkea, se encuentra este spot solo apto para riders experimentados. El resto, esperan aparcados en la carretera, sin perder de vista el dique-desembocadura del r¨ªo Urola.
2 Cosas de la anfibolog¨ªa
El Pito (Asturias)
¡°?De d¨®nde eres?¡±, le pregunt¨® a Mari Bande su novio catal¨¢n. ¡°De El Pito¡±, respondi¨®. ¡°S¨ª, claro, de ah¨ª somos todos¡±, replic¨® ¨¦l creyendo enlazar una picard¨ªa. Nada m¨¢s lejos. El pueblo de El Pitu es conocido por la Fundaci¨®n Selgas-Fagalde, cuyos jardines versallescos se fotograf¨ªan a placer desde la verja; tambi¨¦n tiene fama esta localidad astur por alojar la Casona de la Paca, un edificio de indianos que Montse Abad ha transmutado en exponente hotelero.
Quien desee alquilar una vivienda completa tiene a mano Casa Lao. De El Pitu se puede bajar a pie a Cudillero en 15 minutos por La Atalaya, y en coche, en dos minutos, a la preciosa playa de Aguilar.
3 De doloroso nombre
Rompeculos (Huelva)
Es la chocante y ancestral denominaci¨®n de un playazo del Espacio Natural de Do?ana, naturista en cuanto uno se separa del grueso de ba?istas. Al ser el acceso en cuesta ¨Cun cauce rompi¨® el cord¨®n dunar-, era f¨¢cil escurrirse arrastrando las posaderas; para evitarlo hoy existe, junto a la pista de tierra, una pasarela de madera. Vecinos del lugar aseguran que el top¨®nimo recibe su nombre en realidad por los escollos que rompen la quilla de las embarcaciones. Rompeculos forma parte del play¨®n m¨¢s extenso de Espa?a, arenal de 57 kil¨®metros que enlaza el r¨ªo Guadalquivir con Mazag¨®n.
No existe cartel se?alizador. Rebasado 2,6 kil¨®metros el c¨¢mping Do?ana, tan pronto encaramos la recta del parador (que dista 1,4 kil¨®metros de Rompeculos), se entrev¨¦ a la izquierda, la caseta del aparcamiento.
4 El risco castrado
Punta del Descojonado (Gran Canaria)
Estos roques imponentes son met¨¢fora de la belleza acantilada del occidente grancanario, visible para los que se acercan en barco a la cercana playa de G¨¹¨ª-G¨¹¨ª. La raz¨®n de la toponimia ¨Cplebeya, pero muy gr¨¢fica- no es sino un ap¨¦ndice p¨¦treo vertical (apreciarlo lateralmente), muy gr¨¢fico, situado a media ladera en el que, claro, faltan las g¨®nadas. No resulta f¨¢cil llegar, puesto que el pasillo de mar que separa Gran Canaria de Tenerife suele estar batido por alisios y corrientes que arrastran en sentido contrario.
Quien quiera navegar en este mar de respeto, que consulte con el centro de visitantes de La Aldea de San Nicol¨¢s (+34 928 89 03 78).
5 Faro cinco estrellas
Faro de la Cerda (Santander)
Apenas uno entra en la pen¨ªnsula de la Magdalena comprende que este faro de 1870 (hoy con la categor¨ªa de baliza) fuese uno de los destinos m¨¢s elegidos en el escalaf¨®n de fareros. Ser¨ªa arduo encontrar un parque tan cuidado como el regalado por suscripci¨®n popular a Alfonso XIII. El monarca verane¨® de 1913 a 1930, causa de la precoz automatizaci¨®n de la luz (1924), no fuera a ser que el t¨¦cnico de se?ales mar¨ªtimas perturbara su real intimidad.
El patron¨ªmico rinde homenaje a Rafael de la Cerda (1904-1983), ingeniero dise?ador y remodelador de faros. Esta luz se?aliza la barra de entrada a puerto y da cobijo al centro docente Aula del Mar. Su apelativo, Casa del M¨¦dico, obedece a la s¨²bita mejor¨ªa que sienten al pasar quienes regresan mareados. Tambi¨¦n lo llamaban el faro de la Argolla, puesto que all¨ª se arrimaban los barcos que arribaban da?ados.
6 Historia de un pirata
Playa de Cabr¨®n (Gran Canaria)
Y no del Cabr¨®n, como apuntan muchos, puesto que el vocablo trae el recuerdo del desembarco, en el siglo XV, del pirata gaditano Pedro Hern¨¢ndez Cabr¨®n durante la conquista de archipi¨¦lago. Su peripecia fue narrada por el historiador Javier Fornell en la novela Llamadme Cabr¨®n (Ediciones Mayi).
Despu¨¦s de ver los faros de Arinaga, tomar el paseo del Faro a esta playa ventos¨ªsima (no est¨¢ se?alizada, para frustraci¨®n de selfistas). El ¨²ltimo tramo es una pista en mal estado aunque practicable. Las aguas de Cabr¨®n son dignas de una reserva marina, como asegura el experto buceador Brian Goldthorpe, due?o de Davy Jones¡¯ Locker: ¡°En Cabr¨®n vemos concentrada toda la vida marina de las Canarias: desde los caballitos de mar a los grandes angelotes y los chuchos negros.¡±
7 De serpientes y conejos
Rac¨® del Conill (Alicante)
Mueve a la sonrisa cuando nos enteramos de su traducci¨®n al castellano ¨Crinc¨®n del conejo- y al saber que es uno de los enclaves naturistas m¨¢s conocidos de Alicante. En valenciano, estar desnudo se dice ¡°estar en conill¡±. A un kil¨®metro del tanatorio de Villajoyosa (viniendo desde Benidorm), situarse en el carril de la izquierda para embocar la angosta carretera de monta?a. El rinc¨®n consta de dos caletas de piedrecillas rodeadas de naturaleza (muy discretas por tanto) y separada de La Cala de Finestrat y del skyline de Benidorm por la monta?a que la respalda.
Un milagro que este tramo de costa sobreviviera a d¨¦cadas de especulaci¨®n con restos de arbolado. Al final nos espera un ampl¨ªsimo aparcamiento. Antes de ba?arse, muchos aprovechan para ascender a la torre del Aguil¨®: la senda arranca del mirador situado justo al comienzo de la bajada. Seg¨²n un ba?ista chistoso, en estas calas predominan m¨¢s las culebras que los conejos. A punto est¨¢ de inaugurarse el museo municipal de Villajoyosa.
8 De podrida nada
L¡¯Estany Podrit (Tarragona)
Al sur del puerto se encuentra el tramo de costa m¨¢s salvaje por el que l¡¯Ametlla de Mar entra en contacto con el Mediterr¨¢neo. La cercana desembocadura de un barranco puede que generara en tiempos alguna masa de agua, quiz¨¢ estancada y maloliente. Una vez en esta caleta virgen, comprobamos c¨®mo esta fon¨¦tica desagradable pertenece al pasado: hoy lucen aguas l¨ªmpidas que muerden los bajos y rojizos acantilados adquiriendo una textura decididamente mediterr¨¢nea a pocos kil¨®metros del delta del Ebro.
L¡¯Estany tiene como ventaja la lejan¨ªa de las urbanizaciones ¨Cno as¨ª del estruendo de los trenes- y tambi¨¦n el tener sombra, gracias a pinos y acebuches. Ofrece adem¨¢s una originalidad especial, debido a la abundancia de fortines y excavaciones b¨¦licas, testimonios de una encarnizada guerra civil.
9 Guardando la compostura
Playa del Mal Nombre (Fuerteventura)
El comedimiento triunfa en la espectacular desembocadura de este barranco, muy probablemente de tacoso nombre pero que la sabidur¨ªa popular ha preferido omitir. Eso s¨ª, no hay playa espa?ola que no se mida con el patr¨®n-oro que fijan estos arenales de la pen¨ªnsula de Jand¨ªa, de jable albo y fino en fuerte contraste con los roquedos volc¨¢nicos y un oc¨¦ano que oscila entre el turquesa y el azul marengo. El calor es tan africano que incluso en invierno hay que proteger del sol el volante del coche al aparcar.
10 ?San¨® la cerda!
Ba?os de la Marrana (Cartagena)
Isla Plana da nombre a la ¨ªnsula y al barrio que muchos adjudican, por cercan¨ªa, a Mazarr¨®n, cuando en realidad es cartagenero. Frente a la atractiva isla Plana, colmada de gaviotas, casi a tiro de piedra, se conservan los restos de unos ba?os termales romanos y ¨¢rabes. Su nombre tuvo como origen, seg¨²n los cronistas del siglo XVIII, en una cerda desahuciada arrojada al mar que logr¨® recuperar la movilidad tras remojarse en estos manantiales tan sanadores.
Nos acerca hasta el edificio una pasarela, si bien las b¨®vedas de ca?¨®n y las ba?eras no se han recuperado para el turismo. Despu¨¦s, se puede culminar la ruta en ese varadero con sabor que es La Azoh¨ªa.
{ "active": true, "code": "1026464", "elementType": "offerExtension", "id": 52, "name": "ZUMAIA", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.