Balneario R¨ªo Pambre, escapada termal gallega

A orillas del r¨ªo Pambre se conserva uno de los escasos reductos medievales que sobrevivieron a la Revuelta Irmandi?a de Galicia (rebeli¨®n social contra la nobleza en el siglo XV). Es el castillo de Pambre, erigido a finales del siglo XIV como fielato de la seguridad en el Camino de Santiago a su paso por la comarca lucense de Ulloa. Aqu¨ª se inspir¨® Emilia Pardo Baz¨¢n para escribir su obra m¨¢s notable, Los pazos de Ulloa.

Poco queda ya de aquella arquitectura palaciega. Uno de los escasos vestigios de aquel esp¨ªritu decimon¨®nico recobr¨® su utilidad la pasada d¨¦cada, cuando el empresario coru?¨¦s V¨ªctor Aramburu y el m¨¦dico rural Juan Freire pusieron todo su empe?o en recuperar la actividad termal del r¨ªo. C¨®mplices de las almenas de los castillos medievales, los ag¨¹istas hundieron un edificio de nueva planta sin mucho lustre, pero muy pr¨¢ctico, en las m¨¢rgenes boscosas del r¨ªo y enseguida adivinaron que las meigas ejerc¨ªan de curanderas en la sombra para quienes sufr¨ªan dolencias reumatol¨®gicas, respiratorias, ansiedades varias, enfermedades de la piel y, eventualmente, del aparato locomotor.

Tan desnudo como el vest¨ªbulo es el comedor, atendido por un personal amable y muy experimentado en los mimos a la tercera edad, que compone la clientela principal del establecimiento. Se come con delectaci¨®n, para qu¨¦ negarlo. Una cocina honrada es tambi¨¦n fuente de salud.

Iluminada por grandes ventanales descolgados hacia el bosque, la zona balnearia ofrece piscina con ba?era de hidromasaje, chorros a 34 grados, ducha circular, lodos, inhalaciones, envolvimientos de limos y algas, saunas turca y finlandesa, cabinas de masajes celtas y una poza fr¨ªa con agua mineromedicinal a una temperatura de urgencia cercana a los 16 grados. Los programas incluyen el pertinente masaje a los peregrinos jacobeos.

La mitad de las habitaciones est¨¢ en el edificio principal, naturalizadas con la simpleza de la iconograf¨ªa rural y unas vistas de sortilegio navide?o. M¨¢s ¨ªntimos parecen los dormitorios repartidos en las dos pallozas a doble altura que flanquean un lado del balneario. Ideales para grupos de amigos que peregrinan en comandita o comparten los achaques propios de la edad.

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