8 razones para descubrir Brun¨¦i
De los bosques v¨ªrgenes de Ulu Temburong a los mercados nocturnos de Bandar Seri Begawan, la capital, un recorrido fascinante por este peque?o pa¨ªs de la isla de Borneo
Brun¨¦i no suele aparecer en las listas de los lugares a loa que hay que viajar antes de morir, pero quienes recorren Indonesia a fondo, puede que sientan la tentaci¨®n de visitar este peque?o pa¨ªs al norte de la gran isla de Borneo. Es uno de los m¨¢s ricos del mundo gracias al petr¨®leo, pero sus ciudades y pueblos permanecen rodeados de selva tropical casi virgen, una de las razones por las que merece la pena asomarse a este rico sultanato (Brun¨¦i presume del segundo ¨ªndice de desarrollo m¨¢s alto en el sudeste asi¨¢tico, despu¨¦s de Singapur, de ser el quinto pa¨ªs del mundo en ingresos per c¨¢pita y la quinta naci¨®n m¨¢s rica del mundo, seg¨²n la revista Forbes).
Bajo la superficie de sus estrictas leyes religiosas y morales se descube una poblaci¨®n amable que vive rodeada de un entorno natural virgen, aunque suela ser noticia, generalmente, por las excentricidades de sus riqu¨ªsimos sultanes. Este tranquilo darussalam (¡°morada de paz¡±, en ¨¢rabe) tiene los yacimientos petrol¨ªferos m¨¢s grandes de la regi¨®n y gracias al dinero que generan Brun¨¦i no ha tenido que convertir su selva tropical en plantaciones de palma de aceite. La jungla, verde y espesa, abunda especialmente en el parque nacional de Ullu Temburong, donde se puede disfrutar plenamente de la naturaleza. En la capital, Bandar Seri Begawan, los principales atractivos son la comida y las compras (el alcohol est¨¢ prohibido), donde las mezquitas m¨¢s modernas contrastan con un antiguo pueblo acu¨¢tico, el mayor del mundo sobre pivotes, mientras que en los manglares campan a sus anchas monos narigudos y cocodrilos.
1 El bosque m¨¢s virgen de la tierra
La primera parada imprescindible es trepar hasta el dosel de ¨¢rboles del parque nacional de?Ulu Temburong y nadar en las aguas frescas de un r¨ªo en plena jungla. Resulta raro que un tan pa¨ªs peque?o y ordenado como Brun¨¦i albergue una superficie tan grande de naturaleza virgen. Ah¨ª radica el encanto de esta reserva, situada en el coraz¨®n de un ¨¢rea de 500 kil¨®metros cuadrados de bosque virgen que cubre el sur de Temburong. Est¨¢ tan intacto que apenas un kil¨®metro cuadrado es accesible a los visitantes y siempre dentro de circuitos guiados. Para protegerlo, el resto est¨¢ vedado para todo el mundo salvo para los cient¨ªficos, que acuden en masa desde todo el mundo. Entre las actividades permitidas, destaca una pasarela para contemplarlo en perspectiva, breves recorridos por la jungla o un remoj¨®n en las aguas frescas del Sungai Temburong.
Los bosques de Ulu Temburong est¨¢n llenos vida; hay hasta 400 tipos de mariposas y tambi¨¦n muchos vertebrados. El mejor momento para ver aves y otros animales, tanto en el bosque como en las orillas de los r¨ªos, es al amanecer y al atardecer, incluidos alg¨²n toco o alg¨²n gib¨®n de Borneo (aunque lo m¨¢s probable es que solo llegues a o¨ªrlos).?
C¨®mo ver el parque: botes y pasarelas
Uno de los encantos del parque nacional de Ulu Temburong es que solo se puede acceder en un termuai (un bote iban de poco calado). El viaje r¨ªo arriba desde Batang Duri resulta complicado, incluso para los barqueros experimentados, que necesitan una gran habilidad para sortear los r¨¢pidos de forma parecida a la de los salmones: esquivar pedruscos sumergidos y troncos, evitar bejucos colgantes y sacar el bote del agua en el momento preciso.
La principal atracci¨®n del parque para los visitantes es una fr¨¢gil pasarela de aluminio, asegurada con cables, que transita a 60 metros del suelo, entre las copas de los ¨¢rboles. Las vistas de las colinas y valles circundantes son sobrecogedoras, si es que no se padece de v¨¦rtigo: la torre, construida por Shell utulizando la tecnolog¨ªa de andamiaje de sus plataformas petrol¨ªferas, se balancea con el viento. La ausencia de carteles explicativos requiere la compa?¨ªa de un buen gu¨ªa que explique la riqueza (y el valor) de este ecosistema, detallando, por ejemplo, la gran variedad de los organismos que habitan en un solo ¨¢rbol.
Si se duerme en el Ulu Ulu Resort, se puede hacer el paseo por el dosel al amanecer, cuando hay m¨¢s probabilidades de ver animales.
2 Navegar entre manglares
Otra de las grandes aventuras que reserva Brun¨¦i a sus visitantes es abrirse paso con una lancha entre v¨ªas fluviales flanqueadas por manglares desde Bandar Seri Begawan, la capital, hasta Bangar. La peque?a Bangar, a orillas del Sungai Temburong, es la puerta de entrada a este distrito conocido por el parque Nacional y tambi¨¦n es su centro administrativo.
Se puede visitar en una excursi¨®n de un d¨ªa en lancha motora desde la capital, pero se captar¨¢ mejor su ritmo relajado si se pernocta. As¨ª, por ejemplo, podremos descubrir la Reserva Forestal de Peradayan y subir hasta la cima del Bukit Patoi (310 metros) por un sendero bien se?alizado. La recompensa en la cima son unas estupendas vistas. Si queremos explorar la selva tropical de?Brun¨¦i sin la log¨ªstica y los gastos que conlleva un viaje r¨ªo arriba, Peradayan es una buena alternativa.
3 Vida sobre el agua
Una de las experiencias m¨¢s gratificantes en la capital de Brun¨¦i es coger un taxi acu¨¢tico hasta el pueblo acu¨¢tico de Kampung Ayer, de unos 30.000 habitantes. Es el pueblo acu¨¢tico m¨¢s grande del mundo, un peque?o fragmento del pasado que es un buen reflejo del apego que se tiene en Brunei por la intimidad y la nostalgia.
En realidad, Kampung Ayer son 42 aldeas contiguas levantadas?sobre pilotes a lo largo del r¨ªo Brun¨¦i. Hace un siglo, la mitad de la poblaci¨®n del pa¨ªs viv¨ªa en esta zona y a¨²n hoy muchos bruneanos prefieren el estilo de vida acu¨¢tico al de tierra firme. La poblaci¨®n tiene escuelas, mezquitas, comisar¨ªas de polic¨ªa y bomberos y para cruzar el r¨ªo solo hay que esperar en alg¨²n punto de amarre al primer un taxi acu¨¢tico que pase.
El asentamiento tiene m¨¢s de 1.000 a?os de historia y ya el veneciano Pigafetta, cuando visit¨® el lugar en 1521, la bautiz¨® la Venecia del Este. Un poco exagerado porque, a pesar de que las casas de madera est¨¢n pintadas de colores (verdes, rosas, azules y amarillos), Kampung Ayer resulta bastante humilde. Entre su poblaci¨®n se encuentran, de hecho, muchos inmigrantes indocumentados que engrosan la parte m¨¢s marginal de la sociedad bruneana. Un buen punto para comenzar la visita a este barrio acu¨¢tico es la Galer¨ªa Cultural y Tur¨ªstica, un centro cultural que nos familiarizar¨¢ con el Brun¨¦i anterior al petr¨®leo y que, adem¨¢s, tiene un mirador acristalado con vistas panor¨¢micas.
4 Ostentaciones capitalinas
Dos lugares que muestran la inmensa riqueza que acumula el sultanato est¨¢n en su capital. El primero es la Mezquita de Omar Ali Saifuddien, rodeada por un lado artificial en el que se refleja, y cuyo lujos¨ªsimo interior combina m¨¢rmoles italianos, l¨¢mparas de ara?a brit¨¢nicas y ricas alfombras hechas a mano en Arabia Saud¨ª. Y, por supuesto, todo un derroche de oro por todas partes. Su minarete es la estructura m¨¢s alta del centro de la ciudad y est¨¢ prohibido que ning¨²n otro edificio se eleve por encima. En torno a la mezquita se desarrolla la vida nocturna de Bandar que consiste, b¨¢sicamente, en gente que sale de compras o a cenar (de beber nada, porque est¨¢ prohibido el alcohol).
Otro demostraci¨®n del lujo del sultanato es el Museo de los Presentes reales, donde se exhiben los curiosos (y nada baratos) regalos que ha recibido el sult¨¢n de Brun¨¦i, uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo.
5 La vida bajo el agua
Explorar los pecios y arrecifes es uno de los grandes atractivos para los que visitan Brun¨¦i. Aunque relativamente nueva, la floreciente industria del submarinismo en el pa¨ªs tiene la gran ventaja de la calidad de los operadores, pero sin el inconveniente de las aglomeraciones que ya sufren otros destinos m¨¢s populares en el sudeste asi¨¢tico.
Hay varios pecios interesantes, algunos de ellos de la II Guerra Mundial, y muchos arrecifes intactos, incluso pr¨¢cticamente inexplorados. En casi todos los lugares de inmersi¨®n hay coloridos corales duros y blancos, como gorgonias y acroporas. Se puede bucear entre sepias, pulpos, morenas, peces erizo, peces globo y alguna que otra culebra marina. El centro de submarinismo m¨¢s grande de Brun¨¦i es Poni Divers, que opera desde la playa de Serasa.
6 Para dormir como sultanes
En Brun¨¦i hay todo tipo de alojamientos, desde albergues juveniles para mochileros (hombres por un lado y mujeres por otro, por supuesto) hasta hoteles internacionales, como el Radisson. Pero en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo es l¨®gico encontrarse con experiencias extravagantes y ampulosas, dignas de un sult¨¢n, como el Empire Hotel & Country Club. De opulencia y proporciones fara¨®nicas, este espect¨¢culo arquitect¨®nico de 522 habitaciones fue un encargo del pr¨ªncipe Jefri para albergar a los invitados de la familia real y pronto se transform¨® en un complejo hotelero de gama alta. El pr¨ªncipe, hermano menor del sult¨¢n, se hizo famoso en los a?os 90, siendo ministro de Finanzas de Brun¨¦i, por sus extravagantes gastos personales y p¨²blicos. De esta ¨¦poca de derroches desproporcionados queda, por ejemplo, el barrio de Jerudong, al estilo de Las Vegas, donde hay una rotonda adornada con la enorme r¨¦plica de un anillo de diamantes o el que lleg¨® a ser el parque de atracciones m¨¢s moderno del sureste asi¨¢tico, y orgullo del pa¨ªs.
El Empire Hotel formaba parte de estos proyectos grandiosos del pr¨ªncipe, cost¨® m¨¢s de mil millones de euros y es famoso por su enorme atrio de cristal y una l¨¢mpara de oro y cristal de Baccarat que cuelga en el vest¨ªbulo. Hasta las habitaciones m¨¢s econ¨®micas tienen control remoto para todo, alfombras tejidas a mano, tomas de corriente chapadas en oro y ba?os enormes con suelos de m¨¢rmol. Y por supuesto, muchos restaurantes y un lujoso complejo de piscinas frente al mar (que se puede disfrutar sin estar alojado, por 25 d¨®lares de Brun¨¦i) Por internet se pueden encontrar ofertas algo m¨¢s asequibles de la tarifa oficial.??
7 Experiencia 'eco' en Borneo
Frente a los excesos de Bandar Seri Begawan, el distrito de Temburong propone alternativas opuestas pero igualmente relajantes entre la espesura selv¨¢tica. A 12 kil¨®metros al sur de la capital, Batang Duri es el punto de partida de las embarcaciones que se dirigen al parque nacional. A medida que se baja hacia el sur, la pista asfaltada pasa por asentamientos malayos, aldeas de los murut (Lun Bawang) y, por ¨²ltimo, algunas longhouses iban, en parte modernas.
Estamos en el rinc¨®n del pa¨ªs donde se puede disfrutar de la experiencia m¨¢s ecol¨®gica, en plena jungla. Si se busca un campamento en medio de la naturaleza y ambiente relajado, el sitio es el Sumbiling Eco Village, respetuoso con el medio ambiente e instalado junto al r¨ªo. Ofrece una sabrosa cocina iban y alojamiento en tiendas de campa?a o caba?as de bamb¨² con camas, mosquiteras y ventiladores.
Pero adem¨¢s de descansar en una hamaca, se pueden practicar muchas actividades al aire libre (que conviene reservar con antelaci¨®n), como visitar al cercano parque de Ulu Temburong, realizar caminatas nocturnas y dormir en plena selva, o descender en neum¨¢tico por el r¨ªo. El campamento est¨¢ gestionado por una agencia local, en colaboraci¨®n con la comunidad de esta regi¨®n.
8 Comer al estilo de Brun¨¦i
Pejajoso, pringoso y empalagoso, as¨ª podr¨ªamos definir el ambuyat, el plato nacional (no oficial) de Brun¨¦i. Una especie de papilla viscosa y gelatinosa hecha con la m¨¦dula de la palma de sag¨², molida hasta reducirla a polvo y mezclada con agua, que se toma con diferentes salsas. El ambuyat por s¨ª solo es ins¨ªpido, as¨ª que suele enrollarse en unos palillos o en una especie de horquillas largas y suele mojarse en cacah, una salsa agridulce de sambal belacan (el condimento m¨¢s t¨ªpico de la zona, hecho de pasta de gamba y chiles) y tamarindo. Tambi¨¦n puede acompa?arse de marisco hervido o ahumado y ensaladas.?
Si al viajero lo invitan a una casa, seguramente le ofrecer¨¢n t¨¦ con buahulu, un postre sencillo hecho con huevo, harina y az¨²car. El kuripit sagu es una variante del buahulu en forma de galleta, aromatizada con coco.
Para comer en la capital hay buenos sitios a lo largo del paseo ribere?o y todos los grandes centros comerciales tienen estupendas zonas de restauraci¨®n. Lo mejor es elegir un sitio que parezca concurrido, como el Tamu Selera, un tradicional centro gastron¨®mico en un parque sombreado, donde se sirven buenos platos malasios e indonesios baratos bajo toldos de colores y ventiladores. O pasarse por el mercado nocturno de Pasar Malam Gadong, donde la gente compra comida para llevar.
M¨¢s informaci¨®n en la gu¨ªa Malasia, Singapur y Brunei y Sureste asi¨¢tico para mochileros y en www.lonelyplanet.es
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