Seis bosques en Espa?a para una excursi¨®n bajo los ¨¢rboles m¨¢s grandes
Del Robl¨®n de Estalaya a los tejos del arroyo Barondillo, caminatas a la sombra de gigantes verdes que permiten esconderse del sol cuando m¨¢s pica. Y, para rematar, un chapuz¨®n en aguas dulces y fr¨ªas
Espa?a no es un p¨¢ramo pelado rodeado de playas y sombrillas, sino el tercer pa¨ªs m¨¢s boscoso de la Uni¨®n Europea, con 18,5 millones de hect¨¢reas de superficie arbolada. Quiz¨¢ las ardillas ya no puedan atravesarla saltando de rama en rama, como en tiempos de Estrab¨®n, pero tampoco desfallecen de una insolaci¨®n. Hemos seleccionado seis bosques sombr¨ªos y asombrosos, de robles copudos, secuoyas inmensas y tejos milenarios, ideales para pasear en verano. Adem¨¢s, son propuestas en las que no solo es preciso vestir un buen calzado, tambi¨¦n hace falta llevar un ba?ador en la mochila, porque donde hay un bosque suele haber un r¨ªo y alguna poza para zambullirse. Aunque tampoco es una prenda obligatoria.
El Robl¨®n de Estalaya (Palencia)
Un rayo lo hiri¨® y hace 60 a?os estuvo a punto de ser talado, pero ah¨ª sigue este ejemplar enorme de roble albar, en lo alto del cerro de San Crist¨®bal, dominando un hermoso panorama de la Monta?a Palentina. El r¨ªo Pisuerga, que acaba de nacer, se para con respeto a sus pies, en el embalse de Requejada. Al Robl¨®n de Estalaya, un coloso de 17 metros de alto y unos 10,6 metros de per¨ªmetro, hay expertos que le echan 800 a?os, de modo que puede ser coet¨¢neo de la colegiata de San Salvador de Cantamuda, joya del rom¨¢nico del norte de Palencia, que no anda lejos (a unos 10 kil¨®metros en coche). La senda del Robl¨®n ¡ªcircular, de 4,6 kil¨®metros y una hora y media de duraci¨®n¡ª lleva hasta ¨¦l por un camino sombreado por otros robles albares, rebollos, hayas, acebos, espinos, serbales y mostajos. La caminata comienza en el kil¨®metro 5 de la carretera PP-2173, a 500 metros de Estalaya, donde hay un aparcamiento y un panel informativo. Y se describe con detalle en la web de Palencia Turismo.
Fraga de Catas¨®s (Pontevedra)
A cuatro kil¨®metros de Lal¨ªn, yendo por la carretera N-525 hacia Ourense, se descubre a mano izquierda la Fraga de Catas¨®s, un bosque de cinco hect¨¢reas (como 10 campos de f¨²tbol), poblado por robles y casta?os monstruosos. Cuenta con una senda perimetral bien se?alizada, muy c¨®moda y andadera, de poco m¨¢s de un kil¨®metro, cuya mayor dificultad es no contracturarse el cuello de tanto levantar la cabeza para admirar estos ¨¢rboles gigantescos, que solo un cataclismo puede derribar. De hecho, junto al camino se halla el toc¨®n de uno abatido en 1984 por el hurac¨¢n Hortensia, en el que se ven y se cuentan 300 anillos de crecimiento, uno por a?o, hasta llegar a su coraz¨®n, formado en tiempos de Carlos II El Hechizado. Entre todos estos gigantes, destacan algunos casta?os de hasta 30 metros de altura y cinco de per¨ªmetro. Protegidos bajo la figura de Monumento Natural, su tama?o formidable se explica porque tienen la mayor tasa de crecimiento anual de Europa, gracias a un clima y a un suelo ideales, y porque no han sufrido poda alguna, pues nunca se trat¨® de mejorar ni aprovechar sus frutos. En cambio, eran muy apreciados para labrar las vigas de los pazos se?oriales. La madera de roble se consideraba peor: era para la plebe.
Casta?os de la Pesanca (Asturias)
Otros casta?os de a¨²pa son los que asombran las mesas y las praderas ribere?as del ¨¢rea recreativa de La Pesanca, junto al r¨ªo del Infierno, en el concejo asturiano de Pilo?a. A 11 kil¨®metros de la poblaci¨®n de Infiesto, al final de la carretera PI-4, se encuentra esta zona de p¨ªcnic, la m¨¢s antigua y encantadora del Principado, donde acaba el asfalto y nace una pista forestal que invita a seguir avanzando a pie valle arriba, como por un t¨²nel abierto en la espesura de casta?os, robles, alisos y hayas. En media hora, chapuz¨®n obligado en las pozas que forma el r¨ªo en el estrecho de la Lanchosa, al pie de preciosas cascadas. Se puede continuar subiendo un par de horas para admirar la espectacular Foz de Mo?acos o regresar al ¨¢rea recreativa de La Pesanca para bajar en coche a Espinar¨¦u, que es un pueblo bien bonito, el que m¨¢s h¨®rreos tiene de todo el Principado: 26. Son antiqu¨ªsimos: ?hay uno de 1548! No hace falta decir de qu¨¦ madera est¨¢n hechos.
Bosque de Secuoyas de Cabez¨®n de la Sal (Cantabria)
Como todos los montes situados cerca de la costa, este de Cabez¨®n de la Sal fue esquilmado por la Marina: construir un nav¨ªo de 70 ca?ones exig¨ªa talar una superficie arbolada equivalente a 50 campos de f¨²tbol. Para repoblarlo, en los a?os cuarenta del pasado siglo, se plantaron ¨¢rboles m¨¢s productivos que el roble aut¨®ctono: pinos, eucaliptos, abetos de Douglas, casta?os japoneses, robles americanos... Entre ellos, tambi¨¦n 850 secuoyas que hoy dejan at¨®nitos a quienes se acercan a conocerlas, no tanto por su enorme tama?o, sino por lo poco que les ha costado alcanzarlo. 80 a?os, para seres que viven 3.000, son dos telediarios. Este ins¨®lito bosque est¨¢ a tres minutos de Cabez¨®n, muy cerca de la autov¨ªa A-8, bien indicado junto a la carretera que lleva a Comillas (CA-135). Hay un aparcamiento, paneles informativos, cinco sendas se?alizadas e incluso un par de pasarelas para adentrarse en ¨¦l en silla de ruedas. Aunque las sendas marcadas suman m¨¢s de cinco kil¨®metros, el cogollo del monte, donde se yerguen majestuosas las secuoyas, se recorre c¨®modamente en una hora, sin necesidad de indicaciones ni posibilidad de extrav¨ªo. Y es que dif¨ªcilmente uno puede perderse ni perder de vista un bosque ¡ªdeclarado Monumento Natural por decreto del Gobierno de Cantabria en 2003¡ª donde las secuoyas destacan sobre los dem¨¢s ¨¢rboles como Pau Gasol en un parvulario. Tres personas har¨ªan falta, como poco, para abrazar a estos gigantes de 30 metros de altura. Pero no se debe hacer, como han pedido el alcalde de la localidad y organizaciones ecologistas, para as¨ª evitar su deterioro y asegurar su conservaci¨®n.
Hayedo de Altube (?lava)
No como Gasol en un parvulario, sino como un luchador de sumo en una sala de neonatos: as¨ª destacan las gruesas hayas centenarias, rodeadas de miles m¨¢s j¨®venes, que salpican la falda suroccidental del Gorbea, el monte m¨¢s alto (1.481 metros) del Pa¨ªs Vasco y su parque natural m¨¢s extenso (20.016 hect¨¢reas). Desde el puerto de Altube, una sencilla senda permite recorrer este fabuloso hayedo en un par de horas. Si no queremos andar ni eso, frente a la Casa del Parque de Sarria, junto al aparcamiento, hay un ¨¢rea recreativa extraordinaria asombrada por hayas colosales, a orillas del r¨ªo Baias. Paseando un cuarto de hora por la pista forestal que sube cerca del r¨ªo, veremos m¨¢s hayas corpulentas, robles tambi¨¦n grandecitos y las cascadas y pozas de Zaldibartxo, id¨®neas para saltar y nadar en sus aguas puras y profundas. Eso s¨ª: calientes no est¨¢n.
Tejos del arroyo Barondillo (Comunidad de Madrid)
1.200 a?os, 1.500, 1.800, 2.000¡ Nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢nto tiempo llevan estos tejos en el alto valle del Lozoya, en Rascafr¨ªa, pero viendo lo que miden sus troncos ¡ª9,10 metros de per¨ªmetro, el mayor¡ª y lo lent¨ªsimo que crece esta especie ¡ª23 cent¨ªmetros, tambi¨¦n de cintura, cada 30 a?os¡ª, cabe suponer que una eternidad. Para verlos, se ha de aparcar en el ¨¢rea recreativa de La Isla, en el kil¨®metro 32 de la carretera M-604, que une Rascafr¨ªa y el puerto de Cotos, y hacer una ruta a pie de un par de horas, tal como se describe en la p¨¢gina web de Wikiloc. Es un plan perfecto para el verano: todo el camino discurre a la sombra de un magn¨ªfico bosque de pinos silvestres ¡ªel hist¨®rico pinar de los Belgas¡ª y, despu¨¦s, podemos darnos un ba?o en las pozas que hay un poco m¨¢s arriba del puente de la Angostura, en las primeras aguas del Lozoya.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiraci¨®n para tus pr¨®ximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, X e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.