Managua, ciudad en construcci¨®n
Del animado mercado Oriental al monumento a Rub¨¦n Dar¨ªo, la capital nicarag¨¹ense invita a pasear por su remozado malec¨®n y a bailar ritmos caribe?os al anochecer
Fundada a comienzos del siglo XIX, Managua (2,2 millones de habitantes) se extiende sin control con una disposici¨®n urban¨ªstica ca¨®tica y extra?a, caprichosa, fruto de la devastaci¨®n de diversas cat¨¢strofes naturales, de la guerra civil que asol¨® el pa¨ªs durante m¨¢s de diez a?os, de la revoluci¨®n sandinista y de una despiadada especulaci¨®n inmobiliaria. Actualmente se halla en una reconstrucci¨®n paulatina donde priman los centros comerciales y los edificios de negocios. Antiguo pueblo de pescadores, con el lago de Managua ¡ª?tambi¨¦n llamado Xolotl¨¢n¡ª en sus orillas, poco a poco est¨¢ siendo dotada de un semblante renovado y en algunos ?casos atractivo. Para desplazarse, los taxis son una buena y econ¨®mica opci¨®n, siempre y cuando no nos importe compartirlos con otros posibles clientes. Pero mucho m¨¢s barato es ir en autobuses urbanos, llamados rutas. Se ?pueden consultar los itinerarios en www.mapanica.net
7.00 Desayuno con gallopinto
En Nicaragua no puede faltar en nuestro plato, junto al caf¨¦, el tradicional gallopinto, que es el plato nacional nicarag¨¹ense, mezcla de arroz y frijoles. Cada receta cocina el gallopinto de una manera distinta, pero suele llevar alg¨²n trocito de cebollita frita salteada o chiltoma (pimiento). Adem¨¢s, se suele acompa?ar de pl¨¢tano maduro, huevos revueltos con un poco de culantro criollo y algo de fruta como la pi?a, a ser posible dorada, o papaya. Aqu¨ª las frutas son un goce de los sentidos.
8.00 Las lagunas
Bordean Managua varios lagos o lagunas. La m¨¢s c¨¦ntrica es la de Tiscapa (1), ubicada en una loma, desde donde se tienen extraordinarias vistas. Otra opci¨®n, a pocos kil¨®metros ¡ªse toma el autob¨²s en la terminal de la UCA¡ª, es la ciudad vecina de Masaya, que tambi¨¦n cuenta con una preciosa laguna, y que tiene un innegable sabor colonial y una plaza muy pintoresca, con sus famosos jugos o licuados servidos en sillas de colores muy altas. Recomendable visitar el Mercado de Artesan¨ªas (2). Hay excursiones organizadas al volc¨¢n hom¨®nimo (3) que bien merecen la pena.
11.00 Los mercados
De vuelta a Managua, tanto el mercado Roberto Huembes (4) como el mercado Oriental (5) ofrecen, m¨¢s que una visita para comprar, un paseo cultural o experiencia antropol¨®gica que no nos dejar¨¢ indiferentes. Aqu¨ª toma fuerza el regateo compulsivo y el consumismo implacable, entre la muchedumbre que a veces incluso se empuja. El mercado Oriental, por cierto, es uno de los m¨¢s grandes de Centroam¨¦rica, con m¨¢s de 10.000 personas empleadas girando alrededor, y destila un sabor a bazar y a laberinto de callejas estrech¨ªsimas, como esos lugares donde encuentras de todo, como un submundo. No nos debemos dejar impresionar por la cantidad de personas que nos ofrecen cualquier cosa. Hay que sopesar bien los precios y las calidades.
13.00 Enchiladas boaque?as
Cualquier turista o visitante de Managua debe pasar indefectiblemente por el restaurante La Cocina de Do?a ?Hayde¨¦ (6), uno de los mejores para comer. Por la noche, adem¨¢s, suele tener m¨²sica en vivo. De entrada, tostadas mixtas o enchiladas boaque?as. Y siempre acompa?ado de una cerveza To?a bien helada. La excepcionalidad de su oferta gastron¨®mica se puede comprobar con un plato combinado que incluye el vigor¨®n, el guiso de chilote (la mazorca de ma¨ªz peque?ita y tierna), indio viejo o el caballo bayo. En los postres hay varias opciones: P¨ªo?V, tres leches o, la que yo prefiero, torta de elote.
15.30 Hacia el malec¨®n
Nos situamos en Plaza Inter (7) para contemplar la inmensa efigie de Hugo Ch¨¢vez (monumento kitsch de 10 metros rodeado de¨¢rboles de la vida de 13 metros), en una rotonda que lleva el nombre del desaparecido pol¨ªtico y militar venezolano. All¨ª tomamos un caf¨¦ en el tiangue que lleva tambi¨¦n su nombre, un lugar popular amenizado con m¨²sica folcl¨®rica en directo. Hacia el malec¨®n Puerto Salvador Allende (8) hay un hervidero de puestos de comidas, tiangues y espacios para el asueto. Por la calle no hay que dejar de probar el mango verde, as¨ª como las tajadas de pl¨¢tano frito o la yuca frita, aut¨¦nticas especialidades deliciosas.
16.30 El verso azul
Llegamos a la plaza de la Revoluci¨®n y frente a la antigua catedral (9), semiderruida, vemos el Palacio de la Cultura (10). Managua no posee centro o periferia, pero esto es lo m¨¢s c¨¦ntrico que existe. A pocos metros, el exquisito monumento marm¨®reo a Rub¨¦n Dar¨ªo (11) (uno de los padres de la patria, de quien se han cumplido 100 a?os de su muerte en 2016) nos recuerda fragmentos de poemas como Coloquio de los Centauros, Yo soy aquel¡ y Los motivos del lobo. Inmortales versos, sin duda: ¡°Yo soy aquel que ayer no m¨¢s dec¨ªa?/ el verso azul y la canci¨®n profana?/ en cuya noche un ruise?or hab¨ªa?/ que era alondra de luz por la ma?ana¡±.
17.30 Un avi¨®n enorme
Llegamos al paseo Xolotl¨¢n, justo a las puertas del malec¨®n, en la plaza de la Fe San Juan Pablo II, quien ya dispone de un museo (12) con reliquias en su honor. Al lado, el Teatro Nacional Rub¨¦n Dar¨ªo (13) o el monumento ecuestre a Sim¨®n Bol¨ªvar (14). Es una zona perfecta para ir con ni?os, con espacios de recreo, y se suelen realizar ferias. Como curiosidad, tambi¨¦n hay un avi¨®n enorme, un Boeing 737. Comienza a anochecer sobre las 17.30.
19.00 Una picadita
Como aqu¨ª se cena muy temprano, se recomienda sentarse en alg¨²n local del malec¨®n y disfrutar de una picadita o antojitos con una cerveza helada frente al lago, escuchando algo de m¨²sica latina y viendo la gente pasar. El malec¨®n hace unos a?os no era nada recomendable, pero hoy d¨ªa est¨¢ totalmente remozado y es muy agradable. Y m¨¢s tarde toca m¨²sica de baile, ritmos caribe?os; bachata o salsa. Antes de irnos a dormir, siempre podemos sacarle jugo a la noche en el bar El Caramanchel (15) (se encuentra cerca del malec¨®n), donde tambi¨¦n se puede comer. En Nicaragua, la mayor¨ªa de los bares ofrecen un buen servicio de cocina. En todo caso, nosotros vamos a degustar un ron Flor de Ca?a Gran Reserva de siete a?os. No se olviden, porque hay pocos placeres iguales.
Juan Carlos Abril es autor de Lecturas de oro. Un panorama de la poes¨ªa espa?ola (Bartleby).
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