Junto al r¨ªo de la trufa negra en Castell¨®n
La comarca interior de Alto Palancia, basti¨®n republicano durante la Guerra Civil, invita a una escapada entre la naturaleza y pueblos como Segorbe y Altura
La comarca del Alto Palancia est¨¢ situada en el interior al sur de la provincia de Castell¨®n. Por sus paisajes y su patrimonio, es una maravilla a¨²n poco frecuentada por el turismo. Solo el entorno natural ya la hace merecedora de una visita: su territorio se sit¨²a en medio de dos grandes parques naturales, la Calderona y la sierra de Espad¨¢n. El primero, que comienza apenas a 20 kil¨®metros de Valencia, es el aut¨¦ntico pulm¨®n verde de esta ciudad. El segundo, que contiene la mayor reserva de alcornoques de la Comunidad Valenciana, posee una flora y fauna de especial riqueza. Entre ambos parques encontramos Alto Palancia, que debe su nombre al r¨ªo que nace al norte de la comarca y desemboca entre Sagunto y Canet de Berenguer, tras 85 kil¨®metros de recorrido. Pero el Palancia no constituye la totalidad de las reservas l¨ªquidas de la zona. Castell¨®n es un territorio rico en aguas minerales, aunque pocos son conscientes de que muchas de las marcas m¨¢s conocidas en Espa?a provienen de este rinc¨®n fluvialmente privilegiado.
Por aqu¨ª pasa la v¨ªa verde de Ojos Negros, que nos descubre recovecos del paisaje de una belleza superlativa
Si comenzamos el recorrido de sur a norte, podemos comprobar que en la comarca hay tres pisos clim¨¢ticos. Viniendo del mar, el primer pueblo que encontramos es Sot de Ferrer, una peque?a villa de apenas 500 habitantes que exhibe con orgullo su iglesia y el palacio g¨®tico de los duques de Liria. El pueblo est¨¢ a poco m¨¢s de 200 metros sobre el nivel del mar. En esta zona, a¨²n t¨ªpicamente mediterr¨¢nea, el paisaje de la vega del Palancia ofrece una huerta ub¨¦rrima y bien aprovechada: naranjas, caquis, n¨ªsperos.
Si seguimos ascendiendo, dejaremos a nuestra espalda Segorbe, la capital comarcal. Entre Altura y Viver encontramos el segundo piso clim¨¢tico. Aqu¨ª la agricultura es de secano. El paisaje est¨¢ dominado por las figuras adustas e inmemoriales de los olivos y los almendros. El aceite de esta zona (de la variedad de aceituna serrana de Espad¨¢n) es de una calidad contrastada y muy buscada.
El tercer piso clim¨¢tico lo hallamos ya alrededor de los mil metros de altitud, en la zona de Barracas y El Toro. Aqu¨ª se cultivan b¨¢sicamente cereales (cebada, centeno, avena), aunque el producto estrella sea la trufa negra (Tuber melanosporum), cuyo comercio semiclandestino ocasiona un anecdotario tan prolijo como los beneficios reportados por este apreciado hongo.
Siendo esta una tierra de paso entre Teruel, Castell¨®n y Valencia, unido a sus peculiaridades orogr¨¢ficas, es l¨®gico que se constituya en un peque?o para¨ªso para los amigos del ciclismo y del excursionismo. Por aqu¨ª pasa la v¨ªa verde que va desde Ojos Negros (Teruel) hasta Sagunto. Con sus 160 kil¨®metros de longitud, es una antigua v¨ªa f¨¦rrea minera que ha sido reconvertida en un paseo para caminantes y ciclistas. En su paso por el Alto Palancia nos descubre recovecos del paisaje de una belleza superlativa.
Sin embargo, si somos amantes de las circunstancias monumentales, tambi¨¦n aqu¨ª las encontraremos. Solo hay que ir a Segorbe para toparse con un n¨²cleo ciudadano poblado desde el Paleol¨ªtico Medio. Su pasado espec¨ªficamente medieval y su condici¨®n de sede episcopal nos han proporcionado el lujo muy macizo de su catedral y sus murallas (siglo XIII), el acueducto y la torre del Botx¨ª o la de la C¨¢rcel (siglo XIV). M¨¢s modernamente, Segorbe es la sede de la Fundaci¨®n Max Aub, un centro internacional dedicado a la memoria de uno de los m¨¢s interesantes escritores exiliados tras 1939.
Precisamente la memoria de la Segunda Rep¨²blica tiene un vigor extraordinario en estos lares. Tal como me cuenta Ram¨®n Mart¨ªnez Peir¨®, mi gu¨ªa, no son extra?as las casas donde se conserva una bandera tricolor como oro en pa?o, la misma que preside l¨ªvidos entierros de gentes de insobornables convicciones. Curiosamente, los republicanos de Segorbe tend¨ªan a la derecha, mientras los del resto de la comarca eran m¨¢s de izquierdas. Este y otros motivos han contribuido a cimentar la t¨ªpica y t¨®pica rivalidad entre la capital y los municipios aleda?os.
La Guerra Civil otorg¨® al Alto Palancia un protagonismo destacado. Aqu¨ª se situaba la l¨ªnea XYZ, con la que los mandos republicanos pretend¨ªan parar el avance del ej¨¦rcito de Franco sobre Valencia. La pervivencia de m¨²ltiples restos de esta l¨ªnea (b¨²nkeres, nidos de ametralladora, un aer¨®dromo en El Toro¡) es un atractivo para los amantes del turismo b¨¦lico.
No deber¨ªamos abandonar el lugar sin visitar, al menos, dos poblaciones singulares: Altura y Navajas. En la primera se sit¨²a la cartuja de Vall de Crist, del siglo XIV (crucial en la historia de la Corona de Arag¨®n). La segunda, a su vez, tiene una antigua tradici¨®n tur¨ªstica. Aqu¨ª est¨¢, por ejemplo, el Salto de la Novia, una espectacular cascada, que despierta en sus visitantes la fascinaci¨®n caracter¨ªstica del limpio derroche del agua desplom¨¢ndose.
Joan Gar¨ª es autor del libro L¡¯¨²nica passi¨® noble (editorial Onada).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.