Hotel del Oso, un jard¨ªn a los pies de los Picos de Europa

A Cosgaya se llega despu¨¦s de jalonar un paisaje sinuoso de entalladuras, crester¨ªas erizadas y pradales cadentes en tr¨¢nsito hacia el telef¨¦rico de Fuente D¨¦. Un peque?o viaducto a la derecha sobre el r¨ªo Deva nos aproxima a la amplia zona de aparcamiento con que cuenta este hotel. Cuatro d¨¦cadas atr¨¢s, la familia Rivas tuvo que aposentarse en un peque?o caser¨®n situado en la orilla izquierda para abordar las obras de este encantador alojamiento. El Hotel del Oso marca el inicio de las peregrinaciones veraniegas a Li¨¦bana, y en sus fogones se prepara uno de los mejores cocidos lebaniegos del que uno puede dar raz¨®n.

Si en invierno el alma del desfiladero se cubre de nieve y la vida dormita en la profundidad del valle, en verano los balcones aclaman jubilosos el movimiento viajero desde sus maceteros henchidos de flores a rabiar. Para qu¨¦ encerrarse en unas habitaciones escuetas y funcionales, dise?adas para dormir seg¨²n la costumbre de otros siglos, cuando los jardines frondosos inspiran alegr¨ªa y ox¨ªgeno. Para qu¨¦ resguardarse en el sal¨®n de la tele cuando la galer¨ªa porticada invita a sestear o conversar entre amigos con una copa en la mano.

Mientras el solaz marca la agenda de los hu¨¦spedes ¡ªdesayuno constituyente con pan de hogaza, excursi¨®n por los Picos de Europa, lectura entre horas de Alejandro G¨¢ndara, cocido o trucha lebaniega para la cena¡ª, las hermanas Ana, Teresa, Irene y Caridad Rivas se afanan en la atenci¨®n del hu¨¦sped y el correcto mantenimiento del hotel.

Jubilados ya sus padres, nadie mejor que ellas para ejercitar lo que aprendieron de peque?as entre s¨¢banas, fogones y chanzas amistosas con la clientela. Las habitaciones se dividen entre la casa original guardada por los a?osos san bernardos (Bra?a y Catalina) de la familia y el edificio anexo donde se aposentaron durante las obras del hotel, incluido despu¨¦s como ap¨¦ndice a la izquierda de la carretera.

Ambas construcciones se dominan a la par desde la zona privada de la piscina exterior, circundada por un vergel de plantas aut¨®ctonas con vistas al r¨ªo y a la iglesia de Cosgaya. A punto de concluir el A?o Jubilar Lebaniego, conviene no perderse una visita al monasterio pr¨®ximo de Santo Toribio.