R¨¢vena, la ciudad de los mosaicos
De la bas¨ªlica de San Vitale al Caff¨¨ Corte Cavour, una jornada en la sorprendente localidad italiana donde Dante Alighieri termin¨® ¡®La divina comedia¡¯ y muri¨® en 1321
Para el viajero acostumbrado a la monumentalidad abrumadora de las ciudades italianas, R¨¢vena puede parecer una localidad sin mucho que ofrecer. Pero tras la desnudez y sobriedad de sus fachadas, esta urbe a pocos kil¨®metros del mar Adri¨¢tico guarda ocho tesoros del arte paleocristiano declarados patrimonio de la Unesco en 1996. La que fue la ¨²ltima capital del Imperio Romano de Occidente (entre 402 y 476) es una caja de sorpresas, y sus mosaicos, un prol¨ªfico legado y un desaf¨ªo a la tradicional iconograf¨ªa cristiana.
10.00 Im¨¢genes de vivos colores
Basta una hora y media para viajar en tren desde Bolonia, capital de la regi¨®n de Emilia?Roma?a, a R¨¢vena. La estaci¨®n (1) est¨¢ a pocos minutos a pie del centro y en esa direcci¨®n se encuentran algunos de los puntos obligados de la visita, como la bas¨ªlica de Sant¡¯Apollinare Nuovo (2) (Via di Roma, 53). Su fachada de ladrillo no anticipa lo que guarda en su interior: mosaicos de vivos colores en perfecto estado de conservaci¨®n que en ocasiones son poco ortodoxos. Es el caso de La ¨²ltima cena, en la que Jes¨²s no est¨¢ sentado en el centro y el banquete no se limita a pan y vino. Hay otros detalles poco usuales, como la presencia de decenas de mujeres en las im¨¢genes.
11.00 El mausoleo de la emperatriz
La llegada de las tropas napole¨®nicas fue la salvaci¨®n de los mosaicos de la bas¨ªlica de San Vitale (3) (Via San Vitale, 17). La invasi¨®n interrumpi¨® los planes de renovaci¨®n de los monjes benedictinos, empe?ados en sustituir las obras paleocristianas por frescos. Gracias a ello, pinturas y dise?os de teselas conviven en este templo de planta octogonal, aunque los mosaicos se llevan el protagonismo. No hay que perderse el de la emperatriz Teodora (a la derecha del altar), que antes de convertirse en esposa de Justiniano ejerci¨® como prostituta y bailarina.
Justo al lado de San Vitale no hay que perderse el mausoleo de Gala Placidia (4), tambi¨¦n patrimonio mundial. El cuerpo de la emperatriz nunca repos¨® aqu¨ª, pero los mosaicos de su interior, del siglo V, son los m¨¢s antiguos y mejor conservados de la ciudad.
Conviene reservar tambi¨¦n algo de tiempo para visitar el Domus dei Tappeti di Pietra (5) (Via Barbiani, 2), uno de los hallazgos m¨¢s importantes de la arqueolog¨ªa italiana del ¨²ltimo decenio. El palacete, de entre el final del Imperio Romano y el comienzo del bizantino, est¨¢ compuesto por 14 estancias y su relevancia se debe a los mosaicos de los siglos IV, V y VI, y en especial al de La danza de las cuatro estaciones.
13.00 Un buen plato de pasta
Tras la ma?ana entre mosaicos, para comer es una buena elecci¨®n degustar uno de los platos m¨¢s representativos de la Emilia?Roma?a: los cappelletti al rag¨´ (pasta rellena), y acompa?arlos de una copa de vino local Sangiovese. Lo mejor es dirigirse a C¨¢ de V¨¨n?(6) (Via Corrado Ricci, 24), un mes¨®n con ¨¦xito entre los raveneses que se caracteriza por sus largas mesas. Para presupuestos ajustados, La Piadina del Melarancio (7) (Via Quattro Novembre, 31) y sus tradicionales tortas por unos dos euros es buena opci¨®n.
15.00 Cripta inundada
El lugar de sepultura de Dante Alighieri ha sido objeto de conflicto durante siglos entre la ciudad natal del poeta italiano m¨¢s reconocido, Florencia, y R¨¢vena, donde finaliz¨® La divina comedia y muri¨® exiliado. Ambas ciudades poseen una tumba con su nombre, pero solo la de R¨¢vena alberga sus restos?(8) (Via Dante Alighieri, 9). Esta ubicaci¨®n definitiva lleg¨® siglos despu¨¦s de su muerte en 1321. Antes, los monjes franciscanos pasaron sus restos de un lugar a otro para protegerlos. Una de esas localizaciones fue la bas¨ªlica de San Francesco (9) (Via Guido da Polenta, 6), a pocos pasos del mausoleo actual. Bajo el altar mayor del templo se encuentra una cripta decorada con mosaicos e inundada de agua, una especie de acuario que sirve de hogar a carpas de diferentes colores.
16.00 El baptisterio Neoniano
Otra particularidad de la que presume R¨¢vena es de tener dos baptisterios que corresponden a cada una de las dos confesiones cristianas que convivieron en R¨¢vena. Si por falta de tiempo hay que elegir entre el baptisterio Arriano (Piazzetta degli Ariani) y el Neoniano (10) u ortodoxo (Piazza Duomo, 1), conviene decantarse por este ¨²ltimo. La imagen que alberga en la c¨²pula es la evidencia m¨¢s antigua del bautismo de Cristo en mosaico.
Esta es una zona en la que tambi¨¦n se concentran dos de los museos de la ciudad: el Arcivescovile (Piazza Arcivescovado, 1), donde est¨¢ la c¨¢tedra de marfil del arzobispo Maximiano y la capilla arzobispal (otra de las estructuras patrimonio de la Unesco), y el Museo Tamo (Via Rondinelli, 2), donde descubrir m¨¢s sobre el pasado y el presente del arte del mosaico.
Tras una ma?ana entre mosaicos, es el momento de degustar los ¡®cappelletti al rag¨´¡¯, plato t¨ªpico de la Emilia?Roma?a
18.00 Lord Byron y Oscar Wilde
A pesar de su aspecto de ciudad sencilla, que descubrieron ya en el siglo XIX Lord Byron, Oscar Wilde (que le dedic¨® un poema) o Gustav Klimt, no faltan en R¨¢vena las principales firmas de lujo italianas. El final de la tarde puede ser un buen momento para empaparse de las tendencias en Via Cavour?(11) y, de paso, observar los frescos que se conservan en el interior de algunas boutiques, como Max Mara y Falconieri. Si todav¨ªa no ha reparado en ello, vale la pena aprovechar el paseo para fijarse en las placas con los nombres de las calles. En ellas se encuentran representados algunos de los mosaicos m¨¢s famosos del lugar.
20.00 Aperitivo vespertino
No hay final del d¨ªa que se precie en Italia sin el aperitivo. Entre las 18.00 y las 21.00 casi todos los locales ofrecen un tentempi¨¦, e incluso platos, con cada consumici¨®n. Para disfrutarlo en un sitio emblem¨¢tico lo mejor es ir a Caff¨¨ Corte Cavour (12) (Via Camillo Benso Cavour, 51). Si as¨ª no se ha conseguido matar el hambre, la Osteria Passatelli (13) (Via Ponte Marino, 19) sirve recetas tradicionales de la regi¨®n en una sala que anta?o fue un cine. El local, luminoso y moderno, est¨¢ presidido por una gran pantalla en la que se exhiben cl¨¢sicos del s¨¦ptimo arte. Y para quien quiera rematar la jornada con un buen c¨®ctel, en Il Roma (14) (Piazza del Popolo, 17) los prepara un premiado barman.
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