12 razones para enamorarse de Lisboa
De la plaza del Comercio a la torre de Bel¨¦m, mejor a pie. En Alfama se escucha buen fado, y en un palacete del Rossio, el cante alentejano. Ritos muy lisboetas
1. Subir al cielo
El puente 25 de abril o de Alc¨¢ntara de Lisboa ha estrenado ascensor p¨²blico. Del interior de su pilar 7 sube un elevador de suelo transparente hasta el nivel de los coches que circulan. Da un poco de v¨¦rtigo y la vista de la capital portuguesa tampoco es la m¨¢s excepcional, pero s¨ª son interesantes los entresijos arquitect¨®nicos del puente con sus cables y sus ingenios.
2. Andar 7.000 metros
Los siete kil¨®metros que separan la plaza del Comercio y la torre de Bel¨¦m ¡ªo al rev¨¦s¡ª son un paseo ¨²nico para lisboear por la ribera del Tajo. Desde la majestuosa plaza se bordea la estaci¨®n de Cais de Sodr¨¦, se sigue orillando viejos almacenes navales, nuevas discotecas, el ¨²nico hippieparking gratuito de Europa, astilleros, casas de colores, estibas (parada obligada en la parrilla ?ltimo Porto), estaciones fluviales con mosaicos de Almada Negreiros, el puente de Alc¨¢ntara con su incesante sonido de trenes y coches, el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnolog¨ªa (MAAT), tan espectacular en la ca¨ªda de sol, para acabar en los Jer¨®nimos y Bel¨¦m, ejemplos del estilo manuelino. Servicios de bicis o tuk tuks suavizan el camino de regreso de los m¨¢s perezosos.
3. Bajar al agua
Si sale el sol como solo amanece en Lisboa hay que subir hasta la c¨¢rcel en forma de Exin Castillo, luego colocarse a sus espaldas, en el centro del parque Eduardo VII, hacerse un selfie y empezar a descender todo recto hasta tocar agua; bajar por el c¨¦sped del jard¨ªn, la avenida Liberdade, el Rossio y la plaza del Comercio y ya estamos en el Tajo, de ma?ana plateado, al atardecer dorado.
4. Sumergirse en el oc¨¦ano
El Ocean¨¢rio es bonito, did¨¢ctico y entretenido y, adem¨¢s, se encuentra en el Parque de las Naciones pues fue construido para la Expo ¡¯98. Muy completo y bien conservado, recomendable para ni?os y mayores, fue elegido el mejor del mundo en 2017 y debe seguir si¨¦ndolo hoy. Es un barrio todo nuevo, o sea, sin especial encanto, pero crece junto al r¨ªo, tiene agradables paseos y un funicular. Hasta la explanada Dom Carlos donde se encuentra se puede llegar en metro.
5. Contemplar el infierno
En la deliciosa calle de las Janelas Verdes (ventanas verdes) hay un ramillete de madonnas. En el n¨²mero 92 vive la de carne y hueso, la cantante Madonna, y casi enfrente las madonnas de Filipe Pimentel, director del Museo de Arte Antiguo. Tras inventarse la exposici¨®n de cuadros en plazas lisboetas, en su museo es fundamental sentarse ante Las tentaciones de san Ant¨®n, el tr¨ªptico de El Bosco sobre la lujuria y la avaricia. A diferencia de otros Boscos del mundo, aqu¨ª no hay colas; despu¨¦s, rel¨¢jese en la terraza del museo, con vistas mejores que las de Madonna.
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6. ¡®Tranviar¡¯
El tranv¨ªa lisboeta (el 28, por favor, y con bonob¨²s para evitar pagar de m¨¢s) es como el de San Francisco pero mejor. Se estropea tanto como aquel, se viaja igual de apretado y no faltan empinadas cuestas, pero en la capital portuguesa son tan estrechas que cuando pasa por Alfama el paseante debe saltar de la acera y refugiarse en un portal. Mi trayecto preferido: del parque de Estrela en direcci¨®n al castillo de San Jorge, hasta Gra?a, parada en la que bajar para visitar la colonia Villa Bertha y los dos miradores.
7. Dar el cante (alentejano)
El cante alentejano, patrimonio mundial desde 2014, es un canto coral y varonil, sin instrumentos ni voces femeninas, con letras que abordan los temas del pueblo, la mina, la sequ¨ªa o de los cambios sociales. En la Casa del Alentejo (Rua Portas de Santo Ant?o, 58) hay conciertos los fines de semana, una de las buenas excusas para visitar este palacete del siglo XVII, enclavado en el barrio del Rossio. Si naci¨® con estilo ¨¢rabe, se reconvirti¨® en casino versallesco y ahora es propiedad alentejana. Es muy interesante la visita al edificio; se come bien y a buen precio. No hay que perderse el baile de los s¨¢bados en el sal¨®n de la Diosa Fortuna (1 euro la entrada).
8. Refugiarse en A Tentadora
Lisboa han cerrado muchos lugares aut¨¦nticos, sitios emblem¨¢ticos que el Ayuntamiento de la ciudad trata de proteger. A Tentadora es pura Lisboa, y goza de muy buena salud pese a la edad de gran parte de la parroquia. El local (R¨²a Ferreira Borges 1) te reconforta con el mundo por 10 euros (comida, bebida, postre y caf¨¦. No son solo los precios o los parroquianos, es el lugar: en la mejor esquina de Campo de Ourique, en un edificio art nouveau, con azulejer¨ªa floral y forjados en balcones y ca?er¨ªas.
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9. Escuchar
Mesa de Frades, en las cuestas de Alfama (Rua dos Rem¨¦dios, 139), es el mejor lugar para escuchar fado de verdad y en boca de los y las grandes. Se puede asistir a las cena-concierto, pero para encontrarse con algo extraordinario lo mejor es llegar after hours, es decir a medianoche, cuando los fadistas regresan de sus respectivas actuaciones y se re¨²nen all¨ª para tomarse unas copas y echarse unos lamentos. Nada hay programado ni previsto, puede que pase algo o puede que el viaje sea en balde. Por eso se llama extraordinario.
10. Perderse
Si es un turista que quiere salir de las t¨ªpicas rutas y pasar del barrio Alto y Cais de Sodr¨¦, coja un taxi direcci¨®n al barrio Padre Cruz. Es un conjunto de viviendas sociales y casetas de uralita, pac¨ªfico y aut¨¦ntico. Desde hace dos a?os lo es algo menos porque 30 artistas urbanos, de lo mejorcito del mundo, pintaron enormes fachadas, peque?as paredes, rincones y callejuelas, cada uno en su estilo y con su inspiraci¨®n, entre ellos Vhils, Bordalo, Fant¨®nio, Smile... Es una experiencia ¨²nica.
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11. Beber con la Anticrista
Enfrente del gigantesco Sagrado Coraz¨®n, unidos umbilicalmente por el puente de Alc¨¢ntara, en la azotea de una vieja f¨¢brica fracasada de una colonia industrial ahora llamada LX Factory (Rua Rodrigues de Faria 103) est¨¢ el grastrobar R¨ªo Maravilha. Lo que era el lugar de convivencia de los trabajadores es hoy punto de encuentro de la juventud internacional, una azotea de m¨²sica, luces, ba?os ingeniosos, decoraci¨®n sorprendente, algo de comer y sobre todo la contemplaci¨®n nocturna del r¨ªo, el puente desde una enorme figura de mujer desnuda que mira de frente al Jesucristo del otro lado del r¨ªo.
12. Despedida en paz
El cementerio dos Prazeres (de los placeres, de las alegr¨ªas, en castellano), en el barrio Campo de Ourique, es tranquilo, lindo y est¨¢ lleno de historias mudas. Se puede ir por libre o siguiendo una visita guiada. Aqu¨ª, en principio, fue enterrado Pessoa y aqu¨ª yace, en la parte de escritores portugueses, el italiano Antonio Tabucchi, el autor de la m¨ªtica Sostiene Pereira. Hay panteones preciosos, como el de la aristocr¨¢tica familia Palmela, considerado el mayor de Europa.
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