Lonely Planet te descubre las ciudades del Mundial
De Mosc¨² y la bella San Petersburgo a la ol¨ªmpica Sochi y desconocidas como Nizhni o Saransk, la visitas imprescindibles en las 11 sedes de la gran cita del f¨²tbol
Mosc¨², capital del f¨²tbol
Pese a sus dimensiones y proporciones fara¨®nicas, sorprende lo f¨¢cil que resulta pasear o moverse en metro por Mosc¨² (12 millones de habitantes) para conocer la capital rusa, que los partidos del Mundial en los estadios Luzhinki y Otkritie Arena, y tambi¨¦n a miles de aficionados. Si en Nueva York muchos turistas buscan hacerse una foto con la Estatua de la Libertad, aqu¨ª toca hacerlo en la Plaza Roja, el gran emblema de la ciudad, con la colorida Catedral de San Basilio y el GUM, el centro comercial m¨¢s lujoso de Rusia (frente a la tumba de Lenin). A pocos pasos se encuentra una de las novedades de la ciudad, el flamante parque Zaryadye, a lo largo del r¨ªo Moscova, dentro del hist¨®rico barrio de Kitay Gorod. En ¨¦l se han mezclado las calles hist¨®ricas con la naturaleza en diferentes sectores que representan las zonas geogr¨¢ficas rusas.
El barrio comercial y de prestigio de Mosc¨² es Presnya, donde est¨¢ el Teatro Bolsoi, as¨ª como galer¨ªas de prestigio y caf¨¦s deliciosos, como el decimon¨®nico Caf¨¦ Pushkin, que mezcla la gastronom¨ªa rusa y francesa. Para esp¨ªritus m¨¢s inquietos hay varios museos imprescindibles; el Pushkin, la nueva Galer¨ªa Tretyakov, el famoso metro de Mosc¨² ¨Cuna obra de arte en s¨ª misma¨C o el convento de Novodevichy.
Para escapar de multitudes tur¨ªsticas hay muchas opciones, como el Museo de la Cosmona¨²tica o la antigua zona industrial de Winzavoy, tras la estaci¨®n de trenes Kursky, donde emerge la nueva cultura contempor¨¢nea con galer¨ªas de arte, tiendas curiosas y showrooms de moda, caf¨¦s o cines. Por ejemplo, Art Play, un centro de dise?o a modo de laberinto (con fant¨¢sticas vistas desde arriba) ubicado en una vieja factor¨ªa. Tambi¨¦n podemos deambular por la nueva zona de rascacielos de Mosc¨², adonde acuden los moscovitas para contemplar la puesta de sol y fotografiarse ante los enormes edificios de cristal.
Samara, playas y cerveza junto al Volga
Esta ciudad pr¨¢cticamente desconocida fuera de Rusia ha levantado un estadio especialmente para la cita mundialista, con capacidad para m¨¢s de 60.000 espectadores. Samara es la capital de la industria aeroespacial rusa, pero tambi¨¦n un destino de tur¨ªstico dom¨¦stico gracias a la belleza natural de esta regi¨®n del Volga. A orillas del gran r¨ªo ruso, la urbe, tranquila y agradable, cuenta con una playa fluvial que en verano se llena de ba?istas, patinadores y amantes de la cerveza: aqu¨ª se encuentra la hist¨®rica cervecera Zhiguli, construida por el arist¨®crata austriaco Alfred von Wakano en 1881 en estilo modernista alem¨¢n.
Samara naci¨® como ciudad fronteriza para controlar el tr¨¢fico fluvial en el Volga y ha protagonizado momentos importantes de la historia rusa: aqu¨ª empez¨® la guerra civil (se convirti¨® en baluarte del ej¨¦rcito blanco) y fue, durante la Segunda Guerra Mundial, la otra capital rusa. De aquella ¨¦poca se conserva un importante atractivo para quienes la visitan: el b¨²nker construido para Stalin a 37 metros bajo tierra. Al albergar industrias militares, la ciudad se cerr¨® a los extranjeros en la posguerra y se rebautiz¨® como Kuybyshev, pero con la llegada de la Perestroika volvi¨® a abrirse y retom¨® su nombre original.
Envuelta en un aire todav¨ªa muy sovi¨¦tico, destacan puntos como el monasterio de mujeres Iversky ¨Cacog¨ªa a muchas hijas de mercaderes convertidas en monjas¨C, casas de destacados personajes de la historia rusa (como el propio Lenin) y un varios museos interesantes. Pero lo m¨¢s agradable es navegar por el Volga, pasear por sus calles, parques y mercadillos. Samara tambi¨¦n invita a escaparse al parque nacional de la Curva de Samara, zona privilegiada para hacer excursiones con inmejorables vistas sobre el Volga.
Kaliningrado, una ciudad rusa (que no est¨¢ en Rusia)
Durante siglos esta curiosa ciudad fue alemana (K?nigsber), pero tras la Segunda Guerra Mundial fue entregada a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, convirti¨¦ndose en una isla (rodeada por pa¨ªses que no requieren visado a viajeros espa?oles) a 600 kil¨®metros de Rusia. Kaliningrado es un sitio interesante, y una de las zonas m¨¢s liberales del pa¨ªs, con una interesante mezcla de museos y monumentos, centros comerciales, parques frondosos y espacios abiertos que contrarestan la brutalidad de los edificios sovi¨¦ticos.
Antes de la guerra, K?nisberg era una joya de la arquitectura centroeuropea, comparable a Praga o Cracovia, pero la guerra y las d¨¦cadas de presencia sovi¨¦tica acabaron con todo. Sobrevivieron algunos barrios de estilo prusiano que nos recuerdan a la antigua K?nigsber, fundada en 1255 y, durante siglos, un destacado puerto del B¨¢ltico. La ciudad era alemana por los cuatro costados, y en ella naci¨®, vivi¨® y muri¨® uno de los grandes fil¨®sofos alemanes, Inmanuel Kant, que nunca se alej¨® m¨¢s de 150 kil¨®metros de K?nigsber. Durante la etapa sovi¨¦tica el castillo fue dinamitado y reemplazado por la Casa de los Soviets, edificios de extra?a apariencia. Tambi¨¦n cambiaron de uso los edificios religiosos, como la catedral, s¨ªmbolo de la ciudad y hoy escenario de conciertos.
El nuevo estadio de f¨²tbol de Kaliningrado, que acoger¨¢ a 35 mil espectadores en cuatro encuentros del mundial, se encuentra en una isla rodeada por las aguas del r¨ªo Pregolia, al oeste de una ciudad cuyos puntos m¨¢s interesantes son la puerta de Brandeburgo, enorme y de estilo neocl¨¢sico; el Museo de los Oc¨¦anos del Mundo, con el buque cient¨ªfico Vityaz como m¨¢xima atracci¨®n; la catedral de ladrillo en la isla de Kant, salpicada de esculturas, tiendas y edificios antiguos, como la Bolsa, y dos enclaves m¨¢s, donde empaparse del pasado de la ciudad: el Museo del ?mbar, situado en la Torre Dohna, con aut¨¦nticas joyas en este material, y el Museo de Historia y Artes, en una reconstruida sala de conciertos art nouveau, que nos cuenta la historia rusa y alemana de la ciudad.
Y si nos apecete un poco de naturaleza despu¨¦s del f¨²tbol, podemos recorrer el istmo de Curlandia, una serie de estrechas lenguas de arena entre el Mar B¨¢ltico y la laguna de Curlandia, declaradas patrimonio mundial por la Unesco.
Kaz¨¢n, una Estambul en el Volga
Los rusos aseguran que esta ciudad ubicada a 800 kil¨®metros de la capital es el tercer destino m¨¢s atractivo del pa¨ªs, en el que Europa y Asia se contemplan con curiosidad desde sus iglesias y minaretes. Kaz¨¢n es 150 a?os m¨¢s antigua que la Mosc¨² (celebro su milenio en 2005) y es la capital de la rep¨²blica de Tatarst¨¢n, la tierra de los t¨¢rtaros del Volga. Encontraremos indicadores biling¨¹es (t¨¢rtaro y ruso) en las calles, y un renacer de la moda musulmana y la literatura en lengua t¨¢rtara que nos hablan de un renaciente nacionalismo t¨¢rtaro, aunque no radical. Lleg¨® a ser una de las capitales econ¨®micas y culturales de Rusia y en ella se contruy¨® la tercera universidad del pa¨ªs en 1805. Pero la joya de Kaz¨¢n es su impresioante Kremlin, que acoge oficinas gubernamentales, agradables parques y varios edificios religiosos como la catedral de la Anunciaci¨®n (sobre los cimientos de una mezquita de ocho minaretes) y, sobre todo, la mezquita de Kul Sharif, finalizada en 2005. Al lado de la catedral encontramos la torre de Siuyumbik¨¦, que protagoniza diversas leyendas rom¨¢nticas.
El Kaz¨¢n Arena, dise?ado por los mismos arquitectos del londinense estadio Wembley, es uno de los campos de f¨²tbol m¨¢s importantes del pa¨ªs, con capacidad para 45.000 personas en una ciudad universitaria con m¨¢s de 200.000 estudiantes y ambiente festivo asegurado.
La escapada preferida por los artistas de Kaz¨¢n es la isla ovalada de Sviyazhsk, con vistas impresionantes en todas las direcciones y un aire melanc¨®lico genuinamente ruso.
Nizhni Novgorod, tranquila y orgullosa
Esta ciudad del Volga es conocida como la tercera capital de Rusia. A 430 kil¨®metros de Mosc¨², Nizhni presume de unas vistas espl¨¦ndidas y un ambiente relajado que invita a pasear a orillas del Volga, tomar una cerveza en la terraza de un caf¨¦ junto al kremlin y dar una vuelta en barco hasta Gorodets, la ciudad de los pintores, a unos 50 kil¨®metros. Nada que ver con el estr¨¦s moscovita o el ambiente m¨¢s tur¨ªstico de San Petersburgo.
El impresionante kremlin domina desde lo alto de un acantilado la confluencia del Volga y el Oka, y es el lugar donde el mercader Kuzma Minin y el conde Dmitri Pozharski congregaron un ej¨¦rcito popular contra los polacos en 1612. De ello est¨¢n muy orgullosos los habitantes de este importante centro comercial desde la Edad Media. Durante la ¨¦poca sovi¨¦tica, la ciudad se llam¨® Gorki, por el escritor M¨¢ximo Gorki, que naci¨® aqu¨ª en 1868. Cerrada a los forasteros, fue la ciudad escogida por el f¨ªsico disidente Andr¨¦i Saj¨¢rov para su exilio.
Pero adem¨¢s de visitar el Kremlim, una fortificaci¨®n de dos kil¨®metros de longitud y trece torres (y, dicen, unas mazmorras que ocultan la biblioteca del Iv¨¢n el Terrible), en Nizhni hay que pasear por la calle Bolshaya Pokrovskaya, con algunos de los edificios hist¨®ricos m¨¢s interesantes, varios museos (el de Gorki y el S¨¢jarov, incluidos) y un teatro dram¨¢tico con varios siglos de historia, orgullo cultural de la ciudad.
Rostov, cuna del rap ruso
La ciudad m¨¢s grande y cosmopolita del sur de Rusia (m¨¢s de un mill¨®n de habitantes) es famosa tambi¨¦n por Egor y Artiom, dos m¨²sicos muy populares por su grupo Pes¨®chnye Liudi (Los hombres de arena, en castellano), que han impulsado la cultura hip-hop en el sur del pa¨ªs, y defienden un estilo propio.
Normalmente a Rostov no llegan muchos turistas internacionales, pero el Mundial puede ser una buena excusa para descubrir esta zona pr¨®xima al mar de Azov, cuyos puntos m¨¢s interesantes son el terrapl¨¦n del r¨ªo Don ¨Ccasi dos kil¨®metros para pasear y disfrutar del r¨ªo¨C, la Catedral de la Natividad y la avenida Pushkinskaya, calle peatonal donde se concentran muchos bares y restaurantes. Merece la pena asomarse a alguna de las grandes casas de mercaderes y grandes hombres, convertidas en casas-museo, as¨ª como al mercado central.
San Petersburgo, la ciudad de los zares
El Zenit Arena, un estadio junto al mar B¨¢ltico que parece una nave espacial, techo retr¨¢ctil incluido, acoger¨¢ siete partidos del Mundial. Pero los que vayan solo a ver f¨²tbol se perder¨¢n gran parte de los encantos San Petersburgo, Peter para los rusos, una de las ciudades m¨¢s bellas del mundo y la m¨¢s europea entre las rusas, construida por Pedro el Grande para llevar la corte al B¨¢ltico. Habr¨ªa que dedicarle varios d¨ªas, pero para quienes vayan con prisa la ciudad ha preparado rutas especiales en autob¨²s que permite ver en tres horas los principales atractivos tur¨ªsticos, incluyendo el Hermitage, el museo de arte m¨¢s grande del mundo; incluso se ha dise?ado una excursi¨®n gastron¨®mica. Tambi¨¦n se est¨¢n organizando otro tipo de rutas tem¨¢ticas, que incluyen visitas nocturnas, excursiones con ni?os o un crucero para contemplar la ciudad desde los canales.
Los turistas que vayan por su cuenta tendr¨¢n que seleccionar, porque verlo todo es complicado: adem¨¢s del Hermitage, la Fortaleza de Pedro y Pablo, los canales y los puentes sobre el Neva, la Iglesia del Salvador, la elegante perspectiva Nevski (cuatro kil¨®metros de avenida desde el Almirantazgo al monasterio Alexander Nevsky), con caf¨¦s como el Singer o el Teatro Mariinski, donde (si se ha reservado con tiempo) asistir incluso a una ¨®pera o al ballet. Y el Palacio Yusupov, una de las visitas preferidas entre los interesados en la ¨¦poca de los zares, en cuyo fastuoso interior se supone que muri¨® asesinado Rasput¨ªn.
Para tomar una copa o ver arte underground hay que ir a Vosstaniya y pasar por el Loft Project ETAGI, fant¨¢stica reconversi¨®n de una antigua panificadora con locales de cocina callejera creativa, arte contempor¨¢neo y tiendas de moda; escuchar jazz en el ambiente retro del Hat; tomar c¨®cteles en el sofisticado Dead Poets Bar o saborear cerveza artesana local en Redrum uno de los mejores bares de la ciudad.
La escapada imprescindible en San Petersburgo son los palacios de recreo de los zares, como Peterhof, el palacio de verano, a menos de una hora del centro.
Saransk, coraz¨®n de Mordavia
Entre las sedes del Mundial, una de las m¨¢s peque?as y sorprendentes es Saransk, ciudad de provincias que ha levantado para la ocasi¨®n un estadio con 45.000 asientos y tribunas desmontables, as¨ª como una terminal provisional en su aeropuerto; es decir, nada de ¡°gigantes¡± que luego queden en ruinas. A 650 kil¨®metros de Mosc¨², Saransk era conocida por sus c¨¢rceles y por el actor Gerad Depardieu (tiene aqu¨ª su residencia desde 2013, cuando obtuvo la nacionalidad rusa).
La capital de la rep¨²blica de Mordavia es una ciudad compacta, a la que se llega en pocos minutos a todas partes. Se puede conocer la historia de esta regi¨®n en el coraz¨®n de Rusia visitando sus iglesias y capillas (m¨¢s de 40), o pasearse por el centro hist¨®rico, que sufri¨® un terrible incendio en 1852. Aunque no han sobrevivido edificaciones anteriores a la revoluci¨®n, se conserva el edificio que acogi¨® el consejo de diputados del pueblo de Saransk. En la Plaza Roja se encuentra adem¨¢s el monumental edificio de la Casa de la Rep¨²blica, residencia del presidente de Mordovia, de estilo puramente sovi¨¦tico.
Lo mejor es seguir una l¨ªnea roja marcada sobre el suelo de sus calles que recorre los 30 lugares principales de la ciudad. Y si hay m¨¢s tiempo, la ciudad ofrece m¨¢s de 50 museos para elegir, como el de Bellas Artes, muy interesante por su colecci¨®n de vanguardistas rusas de las d¨¦cadas de 1910 y 1920, o el de los Escritores de los Urales, uno de los museos literarios m¨¢s grandes de Rusia.
Sochi, la Riviera rusa
Conocida albergar los Juegos Ol¨ªmpicos de invierno de 2014, y destino muy popular entre los rusos desde tiempos de Stalin ¨Cla convirti¨® en su residencia de verano y cre¨® un complejo de balnearios para el proletariado¨C, Sochi se vende como una especie de Miami ruso, y las olimpiadas trajeron nuevos hoteles, restaurantes y comunicaciones, como un aeropuerto m¨¢s moderno y trenes r¨¢pidos. Tambi¨¦n se ha convertido en un destino de turismo de aventura y deporte (ciclismo, esqu¨ª, jumping, rafting), ya que en su entorno encontraremos espacios naturales, playas turquesas, buen tiempo y ba?os medicinales. Una imagen que poco tiene que ver con la Rusia fr¨ªa y extrema que todos imaginamos. Aqu¨ª las pistas de esqu¨ª est¨¢n a solo 90 kil¨®metros del mar, as¨ª que la oferta es completa.
Entre las visitas obligadas en Sochi se encuentra el Jard¨ªn Bot¨¢nico Dendray, el m¨¢s grande de Rusia, con ¨¢rboles de todos los continentes y, m¨¢s all¨¢ del centro urbano, bosques subtropicales cercanos en el Monte Akhun, el m¨¢s alto de la zona, desde cuya cumbre se puede ver la costa turca al otro lado del Mar Negro. Hay muchas rutas de senderismo que nos llevan a las Cataratas de Agura o a las cascadas de Lazarevskoe, una de las grandes bellezas de la zona.
Volgogrado, la ciudad de la batalla
A esta ciudad del Volga todav¨ªa se la conoce por el nombre que tuvo en la ¨¦poca sovi¨¦tica: Estalingrado. En 1942 se convirti¨® en el escenario de la batalla ¨¦pica en la que murieron m¨¢s de dos millones de personas y que cambi¨® el curso de la Segunda Guerra Mundial. Despu¨¦s hubo que reconstruir completamente la ciudad y esto explica el aire estalinista de los grandes edificios p¨²blicos y sus amplias avenidas: barroquismo sovi¨¦tico en estado puro. Un punto culminante es el Mamayev Kugan, el conjunto monumental construido en honor a los ca¨ªdos en la batalla de Estalingrado sobre una colina y coronado por una gigantesca estatua de la Madre Rusia, uno de los s¨ªmbolos de la ciudad. Justo enfrente se encuentra el Volgogrado Arena, construido para el Mundial.
Pero Volgogrado es algo m¨¢s que sus recuerdos b¨¦licos y su aire constructivista. En uno de los extremos de la ciudad se puede admirar uno de los hitos de la ingenier¨ªa sovi¨¦tica, la primera esclusa del canal Volga-Don, y muy cerca, los edificios cuidadosamente restaurados del barrio alem¨¢n de Tsaritsyn, que demuestran c¨®mo dos guerras mundiales no consiguieron eliminar del todo los siglos de intercambio cultural entre estas dos grandes potencias europeas. Otra visita obligada para los interesados en la historia es el Museo Estatal Panor¨¢mico, donde se exhibe un gigantesto diorama de la Batalla de Estalingrado.
Pero la vida real de la ciudad y el ocio (diurno y nocturno) est¨¢ a orillas del Volga, en el Embarcadero, un sitio de lo m¨¢s concurrido en verano.
Ekaterimburgo, entre Europa y Asia
Hist¨®rica capital pol¨ªtica de los Urales, Ekaterimburgo es hoy es la cuarta ciudad m¨¢s grande de Rusia y uno de sus principales centros financieros, culturales e industriales, aunque realmente estamos en Asia. Parada importante del famoso Transiberiano, se ubica a 1.667 kil¨®metros de distancia al este de Mosc¨², en el lado oriental de los Urales, y rodeada por los bosques de la taiga.
Los visitantes internacionales siguen asociando la ciudad al asesinato del zar Nicol¨¢s II y su familia, ya que aparece en todos los libros de historia, en un mont¨®n de novelas y, de hecho, una vez all¨ª, todos suelen acercarse al lugar de ejecuci¨®n de los Romanov, se?alizado por una cruz de hierro y una segunda de m¨¢rmol (aunque los restos de la familia de los zares est¨¢n en un mausoleo familiar de San Petersburgo). El lugar est¨¢ dominado por la enorme iglesia de la Sangre Derramada, de estilo bizantino, y se dice que contiene el icono m¨¢s caro de todo el pa¨ªs.
El otro lugar al que los visitantes suelen ir es la estela simb¨®lica que representa la frontera entre Europa y Asia, en el kil¨®metro 17 de la carretera de Mosc¨². Por el resto de la ciudad, mezclados con edificios ultramordernos y de la ¨¦poca sovi¨¦tica, hay dispersos otros monumentos arquitect¨®nicos e iglesias clasicistas, de los siglos XVIII y XIX, entre los que llama la atenci¨®n el Ayuntamiento, con los s¨ªmbolos sovi¨¦ticos en lo alto del edificio.
M¨¢s informaci¨®n en la nueva gu¨ªa de Mosc¨² y San Petersburgo de cerca y en lonelyplanet.es
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