Golf y cena de ?ngel Le¨®n en la costa gaditana

Novo Sancti Petri es una urbanizaci¨®n surgida de la domesticaci¨®n del viento por los grandes emporios hoteleros que conforman la geograf¨ªa veraniega espa?ola. Ha tardado medio siglo en desarrollarse, es cierto. Pero es que al levante que sopla por estas latitudes solo lo doman unos pocos constructores globales como Meli¨¢ ¡ªla primera cadena vacacional del mundo¡ª y, ahora, el universal chef del mar que es ?ngel Le¨®n. Su segunda marca, Alevante, fondea en un comedor del hotel Sancti Petri con los galones obtenidos durante m¨¢s de una d¨¦cada en el restaurante gaditano Aponiente. Pocos juegan en un campo de golf de 36 hoyos dise?ado por Severiano Ballesteros sin el premio ¨²ltimo de una cena en Alevante. El Bono Experiencia consistente en una corta selecci¨®n de su carta tradicional (mantequilla de plancton marino, berlina de calamar, mollete de pescado, pasta con matices y¨®dicos y otras sorpresas), con un precio de partida de 110 euros. L¨¢stima que el interiorismo del espacio no est¨¦ a la altura de la cocina de ?ngel Le¨®n.

En lo concerniente a las instalaciones hoteleras, persiste con peque?as actualizaciones el dise?o original de ?lvaro Sans ¡ªcasi un funcionario arquitect¨®nico para Meli¨¢¡ª que recre¨® en primera l¨ªnea de La Barrosa Playa un complejo ar¨¢bigo-andaluz de vol¨²menes caprichosos y est¨¦tica l¨²dica, alejado de las tentaciones megal¨®manas urdidas en Canc¨²n o Las Vegas. Aqu¨ª, la retina encuentra el tamiz de un primer patio claustral flanqueado por decenas de arcos de herradura en tonos almagre. Otro patio posterior, armado de parterres florales, saltos de agua y una llamativa piscina con forma de ¨¦mbolo, proyecta una filigrana de terrazas con fachadas ocres y blancas hacia el mar, donde un renovado beach club acoge a los ba?istas.

Amplias y luminosas, con una decoraci¨®n en tonos suaves y ba?os de muchos quilates, las habitaciones vuelan sobre el azul de los estanques, las piscinas y, las m¨¢s altas, el horizonte oce¨¢nico. Sus clientes aprecian por encima del equipamiento mobiliario la vivacidad de la animaci¨®n cotidiana y los reclamos geogr¨¢ficos de la costa gaditana.