Placeres estivales en la playa del Papagayo

Hay un chiringuito en mitad del Atl¨¢ntico, m¨¢s all¨¢ de las Columnas de H¨¦rcules, al sur de Lanzarote ¡ªla m¨¢s africana de las Islas Afortunadas¡ª que tiene todo lo que un veraneante pueda so?ar. Una playa preciosa y de nombre pirata, Papagayo, sol amable, arena fina bajo los pies descalzos, aguas limpias y azules, c¨®cteles, pescado fresco, arroces, buena m¨²sica, bellas vistas, naturaleza virgen y atardeceres de ensue?o.

Se llama El Chiringuito de El Papagayo y emerge como un templo en lo alto de un risco sobre la playa recogida que le da nombre. Est¨¢ en un lugar que bien podr¨ªan ser los restos de la Atl¨¢ntida o del Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides: el interior del espacio protegido del parque natural de Los Ajaches. Las carreteras de tierra dentro de los l¨ªmites del macizo volc¨¢nico serpentean por la costa y desembocan en cinco playas sin edificaciones, de arena dorada o parda y aguas claras, calmas y turquesas: Mujeres, El Pozo, caleta del Congrio, Puerto Muelas y Papagayo.

En esta ¨²ltima el tiempo se ralentiza y, por momentos, cede a los breves encantos de la felicidad. Desde la terraza del chiringuito con vistas al Atl¨¢ntico, en mesas de madera bajo paraguas de brezo, hay que darse el gusto de la dicha pasajera y hacerlo a base de arroces (negro, a banda o caldoso con carabineros) o pescados del d¨ªa. Y, de colof¨®n, la visi¨®n del ocaso ¡ªmojito en mano¡ª, arrullado por la m¨²sica.

Al llegar la noche no queda m¨¢s remedio que regresar. Se sale a medio camino entre Fem¨¦s y Playa Blanca, en el municipio de Yaiza (hogar de las salinas de Janubio, Los Hervideros, La Geria y el parque nacional de Timanfaya). Una opci¨®n es bajar hasta Playa Blanca porque en Marina Rubic¨®n est¨¢n el One Bar, aut¨¦ntico "sailors bar" donde merece la pena tomarse algo, y las oficinas del Museo Atl¨¢ntico, done conseguir entradas para el primer museo submarino de Europa, con obras de Jason deCaires Taylor.

La otra opci¨®n es regresar por la carretera en pendiente hasta Fem¨¦s, desde cuya atalaya se obtiene una vasta panor¨¢mica del sur de la isla, rumbo a la Bodega de Uga. Un restaurante familiar abierto en una antigua casa canaria que ofrece una experiencia gastron¨®mica a la altura de este d¨ªa playero. Despu¨¦s ya solo queda retirarse a dormir y el sitio perfecto para hacerlo es la cercana y elegante Buenavista Lanzarote, en cualquiera de sus cinco y rom¨¢nticas suites rurales entre vi?edos y volcanes. Para verter as¨ª la ¨²ltima y perfecta gota que desborde el vaso de la felicidad.