Santander, arte y pinchos en la bah¨ªa
Un paseo por el frente mar¨ªtimo hasta el Centro Bot¨ªn, de Renzo Piano, sala de exposiciones y mirador al mar. Y luego, las mejores direcciones para entregarse a la gastronom¨ªa local
Con casi 200.000 habitantes, Santander atrapa al visitante con su car¨¢cter mar¨ªtimo, su gastronom¨ªa y su Centro Bot¨ªn. Para recorrer en un solo d¨ªa sus apacibles pero bulliciosas calles, visitar su interesante anillo cultural y disfrutar de los pinchos de la capital c¨¢ntabra faltar¨¢ tiempo.
7.30 Amanecer hacia Puertochico
Toca madrugar para ver la espectacular salida del sol en la bah¨ªa. Desde La Duna (1), frente al Palacio de Festivales (Gamazo, s/n), se puede pasear hac¨ªa el oeste rumbo a Puertochico, el antiguo barrio pesquero con una intensa vida nocturna. En el paseo mar¨ªtimo (2) hay paradas indispensables: el monumento a Los Raqueros ¡ªas¨ª llamaban a los ni?os que se lanzaban al agua a por las monedas arrojadas por los viandantes¡ª, el Palacete del Embarcadero ¡ªque alberga exposiciones¡ª y la Gr¨²a de Piedra, recuerdo de la tradici¨®n industrial de la ciudad. En paralelo a la bah¨ªa, en el paseo de Pereda, encontramos un buen lugar para el desayuno: el Caf¨¦ Suizo (3), desde el que se pueden admirar edificios con las t¨ªpicas balconadas.
10.00 Vistas desde el Cant¨¢brico
La ampliaci¨®n en 2014 de los Jardines de Pereda invita a contemplar el Centro Bot¨ªn (4) (Muelle de Albareda, s/n) desde diferentes perspectivas. Suspendido parcialmente sobre el mar, el edificio proyectado por Renzo Piano es todo un espect¨¢culo, con sus plazas y pasarelas de acero y vidrio. Adem¨¢s de disfrutar de las exposiciones y talleres, merece la pena subir las escaleras exteriores: las vistas de la bah¨ªa son impresionantes.
Para conocer Santander desde el Cant¨¢brico, en el muelle hay empresas que recorren la bah¨ªa en barco desde esta zona (Los Reginas) y desde el dique de Gamazo (Santander Bah¨ªa Tours) hasta el Sardinero y la isla de Mouro. Otras opciones pasan por el r¨ªo Cubas hasta la playa de El Puntal, o a Pedre?a y Somo. Pocas ciudades tienen tantas playas (El Sardinero, El Camello, Bikini¡).
12.00 En el refugio antia¨¦reo
De nuevo en tierra firme, adem¨¢s del Centro Bot¨ªn, otros seis espacios conforman el llamado Anillo Cultural. Dos est¨¢n a pocos minutos a pie: el Centro Arqueol¨®gico de la Muralla Medieval (5), bajo la plaza de Velarde, ideal para entender la evoluci¨®n de la ciudad desde el medievo, y el refugio antia¨¦reo de la Guerra Civil (6) (plaza del Pr¨ªncipe), no apto para claustrof¨®bicos. Otros dos tienen pr¨®xima su apertura: el Centro de Interpretaci¨®n de los Antiguos Muelles (descubrieron estructuras portuarias de los siglos XVI al XIX al ampliar el aparcamiento bajo la plaza de Alfonso XIII) y el centro asociado del Reina Sof¨ªa, en la antigua sede del Banco de Espa?a.
14.00 Una marmita inolvidable
Antes de seguir con la dosis cultural, es hora de reponer fuerzas en la barra de pinchos de Casa Lita (7) (paseo de Pereda, 37). Son inolvidables su marmita y su suculento calabac¨ªn relleno. Aunque en cualquier rinc¨®n de Santander se come de esc¨¢ndalo, ya sea cocido monta?¨¦s, las t¨ªpicas rabas, pescado y marisco, quesucos o una buena carne de vaca, y por supuesto, las cl¨¢sicas anchoas.
Despu¨¦s de comer, si viaja con ni?os, el parque de la Magdalena (8) (Familia Real, 8) tiene un peque?o zoo, tren tur¨ªstico y una gran zona de juegos. Si prefiere darse un capricho en un lugar emblem¨¢tico, anote el caf¨¦ del Eurostars Hotel Real (9) (avenida de P¨¦rez Gald¨®s, 28). Apodado La Dama Blanca, tiene m¨¢s de un siglo de historia. Para helados de primera est¨¢n Regma (10) o La Polar (paseo de Pereda, n¨²meros 5 y 34).
17.00 El Soho santanderino
El anillo cultural se remata con el Centro de Interpretaci¨®n de la Historia de la Ciudad (Somorrostro, s/n), que esconde una de las panor¨¢micas m¨¢s imponentes de Santander desde la torre del campanario de la catedral de la Asunci¨®n (11) ¡ªrequiere cita previa¡ª, y el Museo de Prehistoria y Arqueolog¨ªa de Cantabria (?MUPAC) (12), con m¨¢s de 2.000 piezas de excavaciones. Est¨¢ emplazado en el rehabilitado Mercado del Este (Hern¨¢n Cort¨¦s, 4), donde se encuentra el llamado Soho santanderino. Numerosas tiendas de j¨®venes creadores conviven aqu¨ª con otras m¨¢s veteranas, ejemplos del peque?o comercio que resiste en la ciudad, invadiendo las callejuelas que corren paralelas a la bah¨ªa, desde la plaza Porticada hasta Puertochico. Otra opci¨®n para la tarde es subirse en el funicular (13) (calle del R¨ªo de la Pila, 36) gratuito y disfrutar de unas vistas bonitas.
19.00 Quesada para merendar
Si a¨²n quedan energ¨ªas para pasear, se pueden recorrer los lugares del centro hist¨®rico que el fuego arras¨® en 1941 y visitar la zona del Ayuntamiento. A pocos metros est¨¢ el bullicioso Mercado de la Esperanza (14) (plaza de la Esperanza, s/n), un edificio modernista de piedra, hierro y vidrio. En el interior se encuentran los puestos donde se venden pescados, carnes y verduras, y en el exterior, los de ropa y calzado. Si prefiere probar un dulce, no se pierda las tartaletas, los batidos naturales y smoothies de Gallofa & Co. (15) (Hern¨¢n Cort¨¦s, 7), o los t¨ªpicos sobaos y quesadas de la confiter¨ªa M¨¢ximo G¨®mez (16) (paseo de Pereda, 21).
22.00 La ¨²ltima copa, en la playa
Dos ideas originales para la noche pueden ser una fiesta a bordo de barcos que navegan por la bah¨ªa (las organiza, por ejemplo, Sunset Santander) o una visita con degustaci¨®n gastron¨®mica, como las rutas de pinchos que organiza Fun & Food. Una pista para la cena sin moverse del centro es la plaza del Ca?ad¨ªo (17). Primera parada: Patiochico (Jos¨¦ Ram¨®n L¨®pez D¨®riga, 3), para una ca?a. Luego vienen los pinchos del imprescindible Ca?ad¨ªo (G¨®mez Ore?a, 15) y una copa en El Ventilador, en la misma plaza. Si lo suyo es trasnochar, una buena opci¨®n es la zona de terrazas de las playas de El Sardinero. Y la ¨²ltima copa en el Balneario de la Concha (18) (Reina Victoria, 46), con acceso directo al mar. Un final que deja con ganas de volver a Santander.
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