Y al final, la Sirenita

Adem¨¢s de idear guiones televisivos, David Linares urdi¨® el genial proyecto Una cabina para Mercero, con el que logr¨® que el Ayuntamiento de Madrid instale en 2019 en la plaza del Conde del Valle de Suchil una cabina telef¨®nica como la que aparec¨ªa en la pel¨ªcula del director de La cabina. Aqu¨ª cuenta un viaje reciente a Escandinavia.

Visit¨® dos pa¨ªses en cinco d¨ªas.

S¨ª, Dinamarca y Suecia. Es que Copenhague y la ciudad sueca de Malmoe est¨¢n separadas tan solo por un puente. Es genial, porque desde la estaci¨®n central de la capital danesa coges un tren que lo cruza.

?Le hizo buen tiempo?

Era marzo y en Dinamarca nevaba, pero en Malmoe hac¨ªa sol. En Copenhague me manejaba mal con tanta nieve, pero en cambio ve¨ªa a los lugare?os caminando tan tranquilos, incluso montando en bici.

?Qu¨¦ hizo para resguardarse?

Cuando me pill¨® una gran nevada, me pas¨¦ dos horas leyendo tranquilamente en un caf¨¦. Cuando par¨® de nevar, fui al conocido barrio de Christiania.

?Sigue siendo un reducto hippy?

Es maravilloso. Es como viajar a otra dimensi¨®n: por todas partes hay mensajes a favor de la paz y el amor libre. Por la calle hay gente vendiendo marihuana, hab¨ªa una tienda donde arreglaban bicis y sitios para comer.

?Se sinti¨® obligado a visitar a la Sirenita?

S¨ª, un poco para cumplir con las cinco cosas m¨¢s t¨ªpicas de Copenhague. Pero la dej¨¦ para el final. Te pegas una caminata incre¨ªble para verla y es una figura peque?ita rodeada de gente.

Y en Malmoe, ?cu¨¢ntos d¨ªas estuvo?

Solo uno. Me pate¨¦ la ciudad entera. Me gust¨® mucho la plaza de Lilla Torg y su monumento: una l¨¢mpara de mesa gigante llamada Ljuset Pa. La leyenda dice que por all¨ª pasan gigantes, y esa l¨¢mpara est¨¢ por si alguno quiere leer.

?Es muy distinta de Copenhague?

Se nota el contraste. Es muy multicultural, se escuchan varios idiomas por la calle. Tiene un casco hist¨®rico central con un castillo y construcciones modernas. Llama la atenci¨®n esta convivencia de culturas y dise?os.