Mi hotel es un pueblo
De Huesca a M¨¢laga, aldeas abandonadas cuyas casas y calles se han convertido en habitaciones y pasillos de una original f¨®rmula de alojamiento rural
Los mapas esconden aldeas deshabitadas a las que el progreso fue dejando al margen de las rutas principales. Ruinas sin techo de las que se hab¨ªan olvidado hasta sus antiguos habitantes. Pero el inter¨¦s por disfrutar de destinos aut¨¦nticos y de entornos naturales ha propiciado en algunos casos la recuperaci¨®n de peque?as poblaciones como alojamientos tur¨ªsticos. A veces sus instalaciones ocupan el pueblo por completo, otras veces gran parte. Con aires de casa rural o de hoteles boutique. Espa?a, Portugal, Grecia, Croacia y Suiza esconden algunos ejemplos, e Italia tiene incluso una figura tur¨ªstica propia: albergo diffuso (algo as¨ª como posada dispersa). Muchos parten de iniciativas familiares, otros son el resultado de la compra de las casas. Pero todos intentan contar una historia y regalar una experiencia llena de tradiciones a sus hu¨¦spedes.
El Torrej¨®n
La provincia de Burgos tiene 403 pueblos que no llegan al medio centenar de habitantes. Villalibado perdi¨® sus ¨²ltimos dos vecinos permanentes en 1998, seg¨²n indica el calendario que encontr¨® Juan As¨®tegui en una de las casas en ruinas. Profesor de dibujo, licenciado en Bellas Artes, escultor y amante de la arquitectura popular, convenci¨® a sus tres hermanos para rehabilitar esta pedan¨ªa a 35 minutos de Burgos, donde los antiguos vecinos hac¨ªan peque?os arreglos de a?o en a?o para recuperar sus caminos mientras los muros se ca¨ªan por turnos.
Todo empez¨® en 2006, con la compra a un amigo y antiguo vecino del pueblo de El Torrej¨®n, una torre medieval desmochada que formaba parte de una casa solariega. Despu¨¦s compr¨® toda la manzana, cuatro casas, y con ayuda de un alba?il y un cantero, Juan volvi¨® a levantarlas. As¨ª naci¨® el alojamiento rural Las de Villadiego (+34 699 76 36 38), un complejo de turismo dividido en dos partes: La Solariega, formada por siete casas rurales con piscina y por El Torrej¨®n, que se alquila para eventos, y El Convento, una casa para 12 personas m¨¢s un hotel rural para 14 con pista de p¨¢del y piscina. Tienen un restaurante, enBarbecho, que est¨¢ abierto en julio y agosto (el resto del a?o solo bajo demanda), donde el plato estrella es el cordero deshuesado cocinado a baja temperatura y maridado con un crianza de Ribera del Duero.
Alojarse en Las de Villadiego cuesta entre 60 y 70 euros por persona el fin de semana. La mayor¨ªa de sus hu¨¦spedes son extranjeros. Entre los puntos de inter¨¦s en los alrededores est¨¢ Sasam¨®n, una villa a 10 minutos declarada Bien de Inter¨¦s Cultural por su patrimonio hist¨®rico y art¨ªstico. All¨ª se encuentra la f¨¢brica de quesos del mismo nombre, cuyo preciado producto l¨¢cteo ha sido ganador varios a?os en el certamen de World Cheese.
Juan As¨®tegui traz¨® de nuevo las calles de Villalibado, plant¨® chopos, instal¨® riego por goteo y devolvi¨® la plaza y su antiguo lavadero a los vecinos. ¡°No tiene sentido arreglar solo una casa, es igual de importante mejorar el entorno, cuidarlo y sentirlo tuyo. Aqu¨ª los conceptos de p¨²blico y privado se desdibujan. La relaci¨®n con los pocos propietarios que quedan es muy buena¡±, cuenta. Ya no viven en el pueblo, pero a¨²n son una fuerza activa para no perderlo. De hecho, hab¨ªan rehabilitado su iglesia y vuelven cada a?o para la fiesta grande en la que se juntan hasta 300 personas que se confunden con los hu¨¦spedes de las casas rurales. Hay m¨²sica, comida y rosquillas¡
Junto al r¨ªo Cinca
En la provincia de Huesca hay 125 aldeas con menos de 50 habitantes, muchas de ellas quedaron vac¨ªas tras la construcci¨®n del embalse de El Grado. Arag¨®n es una de las comunidades que m¨¢s pueblos abandonados ha recuperado. Una veintena de n¨²cleos urbanos de titularidad p¨²blica han recobrado la vida, aunque solo unos pocos como centros vacacionales. Por ejemplo, Puy de Cinca, centrado en campamentos, e Is¨ªn, que acoge alojamientos adaptados a personas con discapacidad f¨ªsica. A finales de la d¨¦cada de 1980 los sindicatos CC OO y UGT de Arag¨®n llegaron a un acuerdo con el gobierno auton¨®mico para recuperar Morillo de Tou y Lig¨¹erre de Cinca, este ¨²ltimo ubicado en un terreno de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro, por su cercan¨ªa al r¨ªo del mismo nombre. El pantano de El Grado hab¨ªa causado la despoblaci¨®n de la zona. La intenci¨®n era combatirla y fijar poblaci¨®n durante la construcci¨®n de los complejos y, despu¨¦s, desestacionalizar el turismo en el Pirineo, y poner en valor las zonas del Sobrarbe, Guara, Ordesa¡
En la carretera que lleva a Lig¨¹erre de Cinca (Huesca) los ¨¢rboles van d¨¢ndose el relevo. Bosques de pinos, tejos, hayas y fresnos esconden construcciones derruidas a las que la v¨ªa principal, la A-138, fue dando de lado. Un gran cartel indica que a la derecha, direcci¨®n A¨ªnsa, est¨¢ Lig¨¹erre Etnoturismo (+34 974 50 08 00), que durante a?os fue una aldea abandonada. El empe?o de sus due?os ha sido recuperarla, pero romper con todo lo antiguo. ¡°Quer¨ªamos alejarnos del concepto m¨¢s tradicional, repensar todo. Aprovechar el espacio y la historia del sitio, pero que todo fuera moderno. Desde las habitaciones hasta los platos que se sirven en el restaurante¡±, cuenta Jes¨²s Morant, socio desde 2014 y gerente del ¨¢rea de gastronom¨ªa y enoturismo. En el primer desv¨ªo, a mano derecha, aparece la primera parte del proyecto, menos lujosa, donde se encuentra una zona de acampada y de caba?as, con precios desde 19 euros por persona. En esta ¨¢rea, llamada El Mes¨®n, tambi¨¦n est¨¢ el hotel La Panader¨ªa y se est¨¢ terminando de rehabilitar un restaurante que servir¨¢ tapas y pinchos. M¨¢s arriba est¨¢ Lig¨¹erre Resort, al que se accede por una carretera serpenteante rodeada de monta?as y campos con ganado; vi?as, olivos, cultivos de alfalfa, pirigallo y cebada. Pronto se percibe el azul del r¨ªo Cinca, el protagonista de la panor¨¢mica que se descuelga de los balcones de los dos hoteles que hay en el complejo: Casa Sebasti¨¢n, que conserva una decoraci¨®n tradicional, y Casa Broto, con habitaciones desde 100 euros por persona y noche.
Los trazados de las calles son pr¨¢cticamente los mismos que eran cuando el pueblo a¨²n se manten¨ªa en pie hace d¨¦cadas. El cartel en la fachada de la primera casa del pueblo recuerda el nombre de una de las familias que all¨ª viv¨ªan, pero hace a?os que Casa Garc¨¦s vio marcharse a sus inquilinos. La vieja iglesia se usa ahora como sala de reuniones y tambi¨¦n hay una capilla y un enorme sal¨®n acristalado para los banquetes. Su restaurante gastron¨®mico El Entrem¨®n, en el que se cocina con el aceite de oliva que elaboran ellos mismos, est¨¢ orientado a men¨²s degustaci¨®n (45 euros) para grupos. Se cocina el ternasco de Arag¨®n, jabal¨ª y corzo, y en ¨¦poca de setas se pueden probar en un arroz meloso con longaniza de Graus. Los quesos Fonz y Radiquero, mezcla de leche de ovejas, cabras y vacas criadas en libertad en la zona, son otra de sus especialidades.
Astronom¨ªa y setas
Tambi¨¦n cerca de A¨ªnsa (Huesca), Morillo de Tou (+34 974 50 07 93) se ve desde la carretera, aunque los cipreses protegen su privacidad. Se plantaron cuando comenzaron las obras para salvaguardar lo que quedaba de piedra. A la entrada hay un parking de tierra y est¨¢ la recepci¨®n, una peque?a casita donde se explican las actividades que se realizan en el complejo (y que est¨¢n abiertas a los pueblos de alrededor), como sesiones de astronom¨ªa, conciertos y encuentros de alfareros, mic¨®logos y amantes de la bicicleta de monta?a. Tambi¨¦n ofrecen un mapa para no perderse en el pueblo, que cuenta con zona de campings y caravanas, apartamentos, tres albergues y dos hostales, una biblioteca y una piscina. Un puente de piedra da acceso a la terraza del bar y el restaurante, que se surte de un huerto propio y que sirve productos de temporada con una carta sencilla. ¡°La restauraci¨®n deber¨ªa siempre tirar de productos locales, pero especialmente en sitios despoblados. Es dar trabajo a los pocos vecinos que hay y ayuda a fijar poblaci¨®n¡±, dice Pedro Arb¨®, gerente de Morillo. Los viajeros y los trabajadores que all¨ª viven se dan cita alrededor de la plaza, muy cerca de la iglesia desacralizada, que en la d¨¦cada de 1990 era un pub lleno de humo y conversaciones. El cementerio a¨²n recibe visitas cada primero de noviembre.
En Morillo el suministro el¨¦ctrico es de fuentes renovables. En la reconstrucci¨®n (que a¨²n contin¨²a, como puede comprobarse por los obreros que trabajan en el pueblo) se ha respetado el trazado original de calles y vol¨²menes. Todas las zonas est¨¢n adaptadas a minusv¨¢lidos, y como Lig¨¹erre, ofrece alojamientos para todo tipo de viajeros a lo largo de todo el a?o. Por eso el abanico de precios es enorme; en temporada media una parcela del camping con electricidad cuesta algo m¨¢s de 14 euros por d¨ªa, los ecobungalows para cuatro personas rondan los 100 euros por noche y alojarse en el hostal Casa Cambra, alrededor de 43 euros por persona. ¡°La idea es que todo tipo de viajeros pudieran disfrutar de la experiencia de pasar las vacaciones en el pueblo¡±, cuenta Arb¨®.
De Castell¨®n a Portugal
Hay m¨¢s proyectos en Espa?a que han convertido poblaciones abandonadas en alojamientos. Por ejemplo, el conjunto de casas rurales del pueblo serrano de Valdelavilla, en Soria. Couso Gal¨¢n, junto al r¨ªo Limia, en la provincia de Ourense, es una aldea dedicada ¨ªntegramente al turismo, un albergo diffuso que cuenta con una veintena de alojamientos. El Acebuchal, en M¨¢laga, fue pueblo fantasma hasta que una familia lo reconstruy¨® hace dos d¨¦cadas para dotarlo de varias casas rurales y un par de restaurantes. Y Aldearoqueta, en Culla (Castell¨®n), es una encantadora aldea del Maestrazgo de Castell¨®n, junto al parque natural del Desierto de las Palmas, rehabilitada como n¨²cleo de viviendas de piedra, barro cocido y madera antigua entre pinares y almendros que cuenta con zonas comunes, piscina y restaurante. La poblaci¨®n de Bastar¨¢s, renombrada Guara Rural, en el parque natural de la Sierra y Ca?ones de Guara (Huesca), es otro ejemplo. All¨ª, aunque no existe arraigo de los fundadores en el pueblo, se ha apostado por construir un museo con todo lo que se fue encontrando durante la construcci¨®n de las calles y la preparaci¨®n de las casas. Se conserva la iglesia y se ocupan de dar valor al entorno arquitect¨®nico y natural que les rodea. El Pueblo Astur, que forma parte de la localidad de Cofi?o, en Asturias, es un complejo que se define como eco resort y funciona como hotel de bienestar, con su propio spa. Tambi¨¦n en la vecina Portugal existen ejemplos, como Casas do Coro, que ofrece habitaciones, suites, casas rurales de alquiler completo y un spa que abarcan una decena de edificios de la peque?a aldea hist¨®rica de Marialva, en el distrito de Guarda.
El negocio de la recuperaci¨®n de aldeas abandonadas resulta atractivo para los inversores privados, hasta existen inmobiliarias que venden este tipo de propiedades en ruinas. En alguno de sus anuncios pueden leerse mensajes como ¡°Aldea conjunto rural con casas, edificaciones, r¨ªo, h¨®rreo y finca¡±, por unos 150.000 euros. Juanjo Manzano, director de AlmaNatura, una consultora que trabaja con la tem¨¢tica de la despoblaci¨®n, insiste en que ser¨ªa deseable que ¡°este tipo de proyectos los lleven a cabo personas que lo hagan de forma sostenible, dando valor al sitio y su gente¡±. Sin duda, la experiencia del viajero se ve enriquecida cuando un lugar recupera de esta manera su historia y su entorno.
Italia, tierra del ¡®albergo diffuso¡¯
En Italia se cre¨® en la d¨¦cada de 1990 la figura del albergo diffuso, que define los alojamientos cuyas instalaciones ¡ªdesde habitaciones hasta recepci¨®n, restaurantes y otras zonas comunes¡ª est¨¢n dispersas por varios edificios de una aldea o un pueblo. Existen desde hotelitos austeros y bed and breakfast hasta hoteles de dise?o.
Uno de los primeros albergo diffuso fue Santo Stefano di Sessanio, un proyecto de dise?o con una est¨¦tica pretendidamente tan austera como la de la ¨¦poca de la que data esta aldea medieval amurallada construida en piedra caliza blanca y techos de tejas de arcilla. Est¨¢ en la provincia de L'Aquila. Las habitaciones dobles, desde 198 a 493 euros la noche, mantienen la esencia ¨ªntegra de la residencia tal y como eran en la Edad Media. Las recetas que se preparan en sus restaurantes (L'Elisir del Poeta, Locanda Sotto Gli Archi Sextantio y Locanda del Palazzo) responden a esta misma filosof¨ªa de lo esencial y la recuperaci¨®n de las tradiciones.
Borgo Giusto es un albergo diffuso de alta categor¨ªa a 18 kil¨®metros de Lucca, al noroeste de la Toscana. Fueron los Gaffino quienes reformaron esta aldea, que se remonta al siglo XVII y donde nacieron varias generaciones de esta familia, como el bisabuelo de Francesca Gaffino, amigo del compositor Giacomo Puccini, natural de Lucca, que sol¨ªa visitar el lugar. Empez¨® como un bed and breakfast, pero ahora hay hasta piscina y spa. "Mi padre se empe?¨® en recuperar nuestro pueblo, haci¨¦ndose con las casas abandonadas tras la Segunda Guerra Mundial y las rehabilit¨®. Los nombres de los vecinos se pueden leer en las casas. Puedes ver la casa de Mar¨ªa, del polic¨ªa, del cartero¡ Y cada habitaci¨®n es distinta", cuenta Francesca Gaffino. La noche sale entre los 100 y 350 euros por persona.
Tambi¨¦n hay aldeas recuperadas en Grecia, como Old Perithia, una villa de Corf¨² recuperada en 2010. En Suiza existe un proyecto de micromecenazgo premiado en 2017 con el hotel Innovations Award cuyo fin es recuperar para el turismo Corippo, un bello pueblo de monta?a del cant¨®n Ticino.
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