Lo ¨²ltimo en Par¨ªs: dormir en una librer¨ªa

En 1919 Sylvia Beach fund¨® Shakespeare and Company, la librer¨ªa m¨¢s famosa de Par¨ªs, primero en la Rue Dupuytren y luego en la Rue de l¡¯Od¨¦on. Lo hizo con el ¨¢nimo de que escritores extranjeros y lectores encontraran en la capital francesa novedades en ingl¨¦s y un lugar de reuni¨®n. Tambi¨¦n fue editora, y entre sus mayores riesgos (o, mejor dicho, logros) quedar¨¢ para la historia el haber editado el Ulisses de James Joyce. Beach muri¨® en 1962, y el fondo y el nombre de la librer¨ªa fueron adquiridos por George Whitman, que la traslad¨® a su ubicaci¨®n actual, en el Barrio Latino, junto al Sena, a la sombra de Notre Dame. Todav¨ªa hoy tiene una cama en la planta de arriba, tal vez como emblema de lo que fue durante a?os refugio para todo tipo de escritores, trompetistas, noct¨¢mbulos y poetas sin obra que pernoctaron en ella, convirti¨¦ndola por momentos en un hospicio digno de Dickens. Seg¨²n confes¨® Whitman al escritor Jeremy Mercer cuando escrib¨ªa su libro La librer¨ªa m¨¢s famosa del mundo (Malpaso), hab¨ªa alojado ?a m¨¢s de 40.000 personas!

En la coqueta Rue Parrot se sit¨²a ?L¡¯?picerie, donde se conservan utensilios como una antigua b¨¢scula

Pues bien, sirva este pre¨¢mbulo para constatar que hoy, casi cien a?os despu¨¦s, a Shakespeare and Company le ha salido competencia en su faceta de albergue. Porque en Par¨ªs existe otra librer¨ªa en la que se puede pernoctar, sea uno o no artista: La Librairie. Se trata de uno de los dos alojamientos en funcionamiento de Paris Boutik, un nuevo concepto de hotel ideado por David Lecullier, cabeza visible (junto a otros dos socios) de un proyecto que est¨¢ dando mucho que hablar y que despierta admiraci¨®n en clientes (basta con ver sus puntuaciones y comentarios en Internet) y en revistas especializadas de todo el mundo.

La idea es restaurar establecimientos tradicionales que hayan quedado en desuso y convertirlos en alojamientos. ¡°Las tiendas de Par¨ªs forman parte del car¨¢cter de la ciudad, le dan personalidad, y nos disgusta verlas desaparecer. Decidimos reconvertirlas en suites conservando su esencia, para as¨ª revalorizar los barrios y proponer una experiencia parisiense ¨²nica¡±, dice Lecullier. Para llevar a cabo la restauraci¨®n de los espacios se ha contado con Aur¨¦lie Cattelain y Cl¨¦ment Karam, del estudio de dise?o de interiores CKA.

La Librairie

La librer¨ªa de la Rue Caffarelli (que en su d¨ªa fue una librer¨ªa de viejo) es un espacio a pie de calle muy acogedor. Se duerme y se vive en una gran biblioteca entre unos 4.500 libros (bastante buenos, por cierto), en la que cualquier letraherido sin rumbo encontrar¨¢ el norte. Tambi¨¦n hay todo tipo de servicios (m¨¢quina de caf¨¦, fregadero, minibar gratuito) en un interior de 45 metros cuadrados pensado para hasta cuatro personas. Bien equipado (ay, ese doble colch¨®n king size invita al sue?o a primera vista), el espacio est¨¢ completamente insonorizado y aislado del exterior gracias a un cristal y cortinas especiales para garantizar intimidad.

La Librairie se encuentra en el Marais alto, un barrio con reclamos constantes y cl¨¢sicos de la gastronom¨ªa como el cusc¨²s de Chez Omar, el colorista March¨¦ des Enfants Rouges o el refinado Caf¨¦ Charlot, los tres en la Rue de Bretagne. Adem¨¢s de comercios delicados como Papier Tigre o Bibi Idea Shop, aplaudidas firmas de moda (?tudes, Cuisse de Grenouille, Commune de Paris, Mont Saint-Michel) o fromageries como Jouannault o La Petite Ferme d¡¯Ines Slimania. Justo al lado de La Librairie se sit¨²a la Galerie Gl¨¦nat, enfocada al c¨®mic.

L¡¯?picerie

En el local de un antiguo ultramarinos de la coqueta Rue Parrot se sit¨²a L¡¯?picerie, resultado de otra renovaci¨®n arquitect¨®nica exquisita. Mediante suelo acristalado y escaleras se unen la antigua cava (donde ahora est¨¢ la cama) con el resto del espacio creando un alojamiento d¨²plex. Se ha mantenido el esp¨ªritu original con una decoraci¨®n que integra utensilios propios de un ultramarinos, como por ejemplo una b¨¢scula antigua y estanter¨ªas repletas de conservas y otros productos artesanos envasados.

El barrio, Bastille, es otro n¨²cleo palpitante en el que conviene tener en cuenta el mercado de Aligre y sus alrededores (?hay algo m¨¢s placentero que acudir a Le Baron Rouge a comer ostras y charcuterie?). Adem¨¢s, en la Gare de Lyon se encuentra Le Train Bleu, restaurante abierto en 1901. El arquitecto Marius Toudoire levant¨® esta gran estaci¨®n de trenes con forma (y vocaci¨®n) de palacio (basta observar la torre-reloj de 64 metros y su monumental fachada) para dar salida y entrada a los trenes de la l¨ªnea Lyon-Marseille que deber¨ªan participar de la gran exposici¨®n de 1900. Para albergar a la nueva ¨¦lite viajera se cre¨® tambi¨¦n un buf¨¦ que simbolizara el lujo y el prestigio. En 1963, Albert Chazal rebautiz¨® ese espacio con el nombre de Le Train Bleu en honor del tren Par¨ªs-Vintimille, legendario convoy que iba a las playas de la Costa Azul. Aqu¨ª se han rodado escenas de pel¨ªculas como Nikita, de Luc Besson, o Place Vend?me, de Nicole Garcia.

Si Beckett, Ana?s Nin, William Burroughs, Henry Miller y otros clientes de Shakespeare and Company hubieran conocido La Librairie o L¡¯?picerie, tal vez hubieran escrito mucho m¨¢s, porque no hubieran salido de la habitaci¨®n. David Lecullier tiene previsto abrir otras cinco suites para 2019. Cuando se le pregunta por las localizaciones, solo dice una palabra: ¡°Secret¡±.