La habitaci¨®n de Edith Stein

En la Baja Silesia, al suroeste de Polonia junto al r¨ªo Oder se encuentra la bell¨ªsima y culta ciudad de Breslau o Wroclaw en polaco (y Breslavia en castellano). Una ciudad con canales, una docena de islas y m¨¢s de un centenar de puentes. Quiz¨¢ por su belleza, riquezas, situaci¨®n geogr¨¢fica y encuentro de culturas y civilizaciones, sufri¨® la generosidad de la historia. Su origen se remonta al siglo X, cuando el rey Vratislav de Bohemia erigiera all¨ª un castillo, aunque una de las primeras representaciones gr¨¢ficas de la ciudad apareci¨® en ese maravilloso libro que es la Cr¨®nica de N¨²remberg (1493). Desde este territorio, en el a?o 1813, se alzaron las tropas prusianas contra Napole¨®n. La posterior unificaci¨®n alemana, en 1871, la convirti¨® en una de las ciudades m¨¢s importantes de este naciente pa¨ªs. La comunidad jud¨ªa fue una de las m¨¢s destacadas del imperio alem¨¢n. Silesia fue rica en materias primas, en industrias y un nudo ferroviario de comunicaci¨®n esencial.

Su universidad sigue siendo important¨ªsima, Wroclaw est¨¢ repleta de j¨®venes universitarios de toda Europa. All¨ª Brahms fue nombrado doctor honoris causa y Alois Alzheimer fue el jefe del departamento de psiquiatr¨ªa en el a?o 1912. En esta ciudad han nacido personajes tan relevantes como el fil¨®sofo Angelus Silesius, el soci¨®logo jud¨ªo alem¨¢n Norbert Elias, el aviador Von Richthofen (el Bar¨®n Rojo), el premio Nobel de Econom¨ªa de 1994 Reinhard Selten o el gran ensayista Ernst Cassirer, entre otros muchos. En 1932 los nazis ganaron en Breslau y construyeron all¨ª el campo de concentraci¨®n Breslau-D¨¹rrgoy, donde encerraron a polacos disidentes y a m¨¢s de 10.000 jud¨ªos. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue asediada por los rusos y qued¨® pr¨¢cticamente destruida. Casi todo lo que vemos hoy ha sido reconstruido ejemplarmente. Los acuerdos de Yalta y Potsdam retornaron a Polonia la ciudad y toda Silesia.

La Ostr¨®w Tumski es la parte m¨¢s vieja de la ciudad, una antigua isla en medio del Oder. El ayuntamiento, de estilo g¨®tico tard¨ªo, es del siglo XIII y se encuentra en la plaza del Mercado. El bell¨ªsimo y elegante puente Tumski, de acero, se alza sobre el Oder. La catedral cat¨®lica de San Juan Bautista es de arquitectura g¨®tica y lo ¨²nico original que qued¨® de ella fue su p¨®rtico. Otros lugares interesantes son el jard¨ªn bot¨¢nico, el Museo Nacional, el Museo Etnogr¨¢fico o el Museo Pan Tadeusz, en honor de Adam Mickiewicz, el poeta rom¨¢ntico y nacionalista polaco por excelencia del siglo XIX.

Pero mi visita a Wroclaw tiene como objetivo otro lugar: la casa museo de una de sus m¨¢s ilustres hijas, ?Edith Stein (1891-1942). ¡°?Qu¨¦ le dir¨¦, yo, jud¨ªo del Nuevo Testamento,?/ Yo, que espero desde hace dos mil a?os el retorno de Jes¨²s??/ Mi cuerpo destrozado me delatar¨¢ ante su mirada?/ Y me contar¨¢ entre los ayudantes de la muerte:?/ Los incircuncisos¡±. Son versos de Czeslaw Milosz (1911-2004) del poema Un pobre cristiano mira el gueto. La Iglesia cat¨®lica actu¨® decidida en muchos casos contra el nazismo y en otros se mostr¨® m¨¢s fr¨ªa y calculadora. Sin embargo, en todo el complejo de los diferentes Auschwitz (I, II y III, m¨¢s los campos adyacentes) fueron asesinados un buen n¨²mero de monjas y sacerdotes. En Auschwitz II-Birkenau, Edith Stein junto con su hermana Rosa, tambi¨¦n religiosa. Ambas eran jud¨ªas que se hab¨ªan convertido al cristianismo, con gran esc¨¢ndalo familiar. Edith era una fil¨®sofa, ensayista y profesora universitaria que lo dej¨® todo para ingresar en el Carmelo. Sus hermanos Elfriede y Paul tambi¨¦n fueron deportados y asesinados. El 2 de agosto de 1942 Edith fue arrestada por las SS. Junto con su hermana, la condujeron al campo de concentraci¨®n de Amersfoort y luego a Westerbork. Pocos d¨ªas despu¨¦s las llevaron a Ausch?witz II-Birkenau. Y dos d¨ªas despu¨¦s fueron asesinadas. En 1987 Juan Pablo?II la beatific¨® en Colonia. Y m¨¢s tarde el mismo Papa la canoniz¨®.

¡®La s¨¦ptima morada¡¯

Edith hab¨ªa nacido en el a?o 1891 en la Breslau alemana. Doctora en Filosof¨ªa, fue enfermera de la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial. Hay un magn¨ªfico filme de la directora h¨²ngara M¨¢rta M¨¦sz¨¢ros, La s¨¦ptima morada (1996), donde se cuenta su biograf¨ªa. La casa hoy convertida en museo la compr¨® su madre, que se hab¨ªa quedado viuda. All¨ª vivi¨® la familia entre 1910 y 1939, cuando fue embargada por los nazis. La fachada tiene un aire neocl¨¢sico. Desde la d¨¦cada de 1990, la Sociedad Cultural Edith Stein desarrolla aqu¨ª cursos y seminarios de car¨¢cter hist¨®rico, religioso, filos¨®fico, educativo, m¨¦dico, antropol¨®gico o teol¨®gico. Adem¨¢s de una exposici¨®n permanente sobre Edith y su habitaci¨®n, algunas salas se dedican a otra m¨¢rtir, la jovenc¨ªsima Sophie Scholl, la universitaria de M¨²nich perteneciente a la resistencia contra los nazis a trav¨¦s de la asociaci¨®n La Rosa Blanca.

La universidad, el cementerio jud¨ªo, la plaza del Mercado y las orillas del r¨ªo Oder forman parte de la ruta

En Breslavia hay muchos otros lugares donde se puede seguir la pista de Edith Stein: la universidad; el cementerio jud¨ªo, donde est¨¢n enterrados sus padres; la plaza del Mercado, por la que pase¨® en su juventud; las orillas del r¨ªo¡­ Una gran escultura en su honor se alza a los pies de la torre sur de la catedral y un busto suyo en la planta baja del Museo de Arte Burgu¨¦s en Stary Ratusz, el Viejo Ayuntamiento.

En el testamento que redact¨® en junio de 1939 escribi¨®: ¡°Ya desde ahora acepto con gozo, en completa sumisi¨®n y seg¨²n su sant¨ªsima voluntad, la muerte que Dios me haya destinado¡±.

C¨¦sar Antonio Molina, exministro de Cultura, es autor de Todo se arregla caminando (editorial Destino).