Un d¨ªa en Asunci¨®n, la animada y desconocida capital de Paraguay

Una ¡°isla rodeada de tierra¡±. As¨ª defini¨® Paraguay el escritor Augusto Roa Bastos, premio Cervantes de 1989. No tener salida al mar y sufrir la dictadura m¨¢s larga de Am¨¦rica del Sur (1954-1989) han contribuido a que el pa¨ªs est¨¦ fuera de las rutas tur¨ªsticas m¨¢s concurridas del continente. La naturaleza subtropical es omnipresente en Paraguay y su riqueza cultural ¡ªfruto de la mezcla de sus habitantes nativos con africanos y europeos¡ª, fascinante y desconocida. Aunque poco a poco los viajeros descubren su belleza. La Secretar¨ªa de Turismo de Paraguay (Senatur) calcula que los visitantes extranjeros han aumentado un 20% anual en los ¨²ltimos tres a?os, hasta alcanzar un mill¨®n y medio en 2017. Una cifra significativa para sus casi siete millones de habitantes. Pero en las calles de Asunci¨®n (ciudad con algo m¨¢s de medio mill¨®n de vecinos) eso no se nota. Fundada por el espa?ol Juan de Salazar en 1537, es conocida como Madre de Ciudades, porque desde aqu¨ª partieron expediciones para fundar otras urbes suramericanas.

8.30 ¡®Chipaguas¨²¡¯ y zumo

Alojamientos emblem¨¢ticos como el Gran Hotel del Paraguay o el Hotel Guaran¨ª (1) y tambi¨¦n alternativas m¨¢s baratas y modernas como La Ilona o El Jard¨ªn Hostal (2) son buenas opciones para instalarse. Asunci¨®n se extiende a la vera del r¨ªo Paraguay, el responsable de la humedad que lo abraza todo. Empezamos el paseo frente al Pante¨®n de los H¨¦roes, reci¨¦n restaurado. Tras verlo por dentro y por fuera se puede desayunar en el Lido Bar (3). Quiz¨¢s un chipaguas¨², la torta de ma¨ªz y queso m¨¢s t¨ªpica, o una sopa paraguaya, que en realidad es un bizcocho salado de harina de ma¨ªz. Un zumo natural de mango, guayaba o maracuy¨¢ puede ser el acompa?amiento perfecto.

Caminamos las cuatro plazas al costado del Pante¨®n. Es un buen lugar para degustar la chipa, un panecillo a base de almid¨®n de mandioca y queso. Cualquier ma?ana laboral, los vendedores de comida, plantas medicinales y artesan¨ªas dan vida a esta zona. Avanzamos por la calle de Palma (4), donde se puede comprar a muy buen precio ropa, bolsos y tejidos artesanales con encajes (?andut¨ª) o bordados (ao po¡¯i) tradicionales. Tambi¨¦n prendas de cuero y los enormes termos donde todo paraguayo y paraguaya que se precie lleva dos litros de agua y hielo para tomar su terer¨¦ (yerba mate con agua fr¨ªa) y as¨ª aguantar el habitual calor.

11.00 Al ritmo de una guarania

Sin salir del centro podemos caminar hasta el Museo de la Estaci¨®n Central del Ferrocarril (5), una de las primeras de Am¨¦rica, ver las esculturas de la plaza Uruguaya y el barrio m¨¢s antiguo de la capital, Ricardo Brugada, tambi¨¦n conocido como Chacarita, y que ahora alberga, en Punta Karap¨¢, el Museo Jos¨¦ Asunci¨®n Flores (6) en homenaje al compositor y creador de la guarania, un melanc¨®lico g¨¦nero musical paraguayo. Una vez al mes se celebran all¨ª conciertos en directo con comida, excelentes vistas a la bah¨ªa y buenos tragos. De ah¨ª, paseamos hasta el Palacio de Gobierno, parando en la Casa de la Independencia y en la plaza de Armas (7), ubicada frente al Congreso Nacional. All¨ª est¨¢n tambi¨¦n la catedral Metropolitana (8) y la Universidad Cat¨®lica.

Exquisitas casonas centenarias est¨¢n pintadas de rosa o azul chill¨®n, altas torres grises se mezclan con otras decoradas con murales multicolores. Los tajys (lapachos en guaran¨ª, el idioma oficial de Paraguay junto al castellano) crecen en cualquier lugar y florecen en rosa, amarillo y blanco junto a enormes ¨¢rboles de mango que se entrelazan con cables telef¨®nicos.

13.00 La playa de la bah¨ªa

En la plaza de los Desaparecidos se descubre una obra del artista pl¨¢stico Carlos Colombino (1937-2013) (9), que literalmente aplast¨® una antigua estatua del dictador paraguayo Alfredo Stroessner entre dos bloques de cemento, una intervenci¨®n art¨ªstica en homenaje a las v¨ªctimas de su sanguinario r¨¦gimen. Justo al lado comienza la Costanera (10), la avenida que va paralela a la bah¨ªa del r¨ªo Paraguay y que se puede caminar o recorrer en bicicletas que se alquilan ah¨ª mismo. En la playa de la bah¨ªa se puede montar, por menos de dos euros, en peque?as embarcaciones. Otra opci¨®n es ir al barrio de Loma San Jer¨®nimo, donde los vecinos ofrecen en sus propias casas bebidas y comidas. Se puede almorzar en Bolsi (11), restaurante c¨¦ntrico, bonito y tradicional abierto las 24 horas. Muy recomendable su sopa de surub¨ª (un pescado de r¨ªo local) al curri. ?Una delicia!

14.30 El nuevo Asunci¨®n

Es buena idea pasar por las avenidas del Mariscal L¨®pez o de Espa?a para sorprenderse con las mansiones. Avanzamos hasta alcanzar el paseo de luces y escaparates del nuevo barrio rico de Asunci¨®n que estalla en torres, carteler¨ªas y pantallas gigantes, con grandes hoteles internacionales como el Sheraton y nuevos centros comerciales, en la confluencia de las avenidas de Santa Teresa y Aviadores del Chaco. No muy lejos est¨¢ el Centro de Artes Visuales Museo del Barro (12), que ofrece un viaje hist¨®rico y multicultural por el arte en Paraguay a trav¨¦s de casi 9.000 piezas. De vuelta en el centro hay otros dos espacios donde palpita el mundo art¨ªstico: el Centro Cultural de Espa?a Juan de Salazar (13) y la flamante Fundaci¨®n Texo (14).

16.00 Voces y sabores

Nos movemos al Mercado 4 (15), la zona comercial a cielo abierto m¨¢s grande del centro y que fue inmortalizada en la trepidante pel¨ªcula 7 cajas (2012). All¨ª el viajero entender¨¢ la vigencia e importancia de la lengua guaran¨ª, adem¨¢s de poder comprar todo tipo de alimentos y recuerdos.

20.30 Hasta el amanecer

Para cenar carne se puede optar por alguna churrasquer¨ªa como La Cabrera, Acuarela, O Gaucho o Paulista Grill. M¨¢s sofisticados son Tierra Colorada Gastro, donde el chef Rodolfo Angenscheidt explora y experimenta con los sabores de la cocina paraguaya, o el restaurante del Hotel Boutique La Misi¨®n (16). Cerveza, vino y m¨²sica en directo se encuentran en Dr¨¢cena (17). Y la noche se alarga en bares como Rockero, Arsenal Cue, Poniente y Garage S¨®nico.