3 Cabos, grandes vistas al mar Cant¨¢brico

Trabajaba localizando escenarios para filmaciones publicitarias hasta que un d¨ªa localiz¨® la atalaya de su vida. Ah¨ª, en esos Altos de El Vall¨ªn que miran a la poblaci¨®n asturiana de Luarca, decidi¨® establecerse y subsistir esta vez localizando amigos, que es siempre el modo m¨¢s c¨¢lido de dar hospitalidad al pr¨®jimo. Tom¨¢s Bernar arregl¨® una casona centenaria rodeada de una hect¨¢rea de prado y consigui¨® todos los permisos para adosar a la ruina un cubo medio transparente y otro anexo de tres dormitorios que sumar a las seis habitaciones primigenias de 3 Cabos. Esa caja de madera y cristal habilitada para comedor es probablemente uno de los mejores miradores que hoy tiene el Principado asturiano sobre el Cant¨¢brico. Su buen ojo no lo enga?¨®. El hotel da nombre a los tres cabos ¡ªBusto, Vidio y Pe?as¡ª que se divisan desde estas cristaleras, perfectas para encontrar ideas, sensaciones.

Su clientela mayoritaria est¨¢ formada por parejas con deseos de descubrir la identidad del otro a trav¨¦s de la lente anasf¨¦rica del amor. Por eso, el sal¨®n de estar cuenta con un telescopio, varios espacios de lectura y, sorprendentemente, unos DVD que los clientes solicitan en un revival f¨ªlmico. Acorde al paralelep¨ªpedo arquitect¨®nico, la decoraci¨®n resume la personalidad racionalista de unos paramentos rugosos y una iluminaci¨®n c¨¢lida obtenida gracias a los nuevos materiales y las superficies m¨¢s pulidas de maderas y aceros que proporciona la tecnolog¨ªa inmobiliaria. Colores vivos e intensos. Objetos vanguardistas. Comodidades de libro.

A las seis estancias cl¨¢sicas, donde todav¨ªa se percibe la fragancia de la piedra h¨²meda y la madera noble, no les falta ninguna de esas cualidades formales ni funcionales descritas para los espacios comunes, si acaso con mayores gestos ornamentales, como el estarcido de un manzano en la pared, la viguer¨ªa tozuda en el techo o unos ventanales inconmensurables para asistir al espect¨¢culo paisaj¨ªstico de la puesta de sol. Todas, incluidas las tres nuevas piezas, se dejan dormir por el masaje de sus almohadas rellenas de c¨¢scara de mijo org¨¢nico.

Bernar no habr¨ªa mudado su existencia si la experiencia no incluyese una cocina honrada basada en el producto local y una mesa con la panor¨¢mica de los aludidos cabos. Para descubrir a qu¨¦ sabe una lubina salvaje pescada esa misma ma?ana hay que pernoctar aqu¨ª. El hotel no depende de Luarca, sino al rev¨¦s. Es un destino tur¨ªstico en s¨ª mismo.