George Town: muros llenos de vida
El arte urbano convive con casas de aire colonial, suntuosas residencias chinas del siglo XIX y ricos puestos de comida en la capital de la isla malasia de Penang
Una de las primeras cosas que llama la atenci¨®n en Malasia es lo mucho que su gente sonr¨ªe. Esta impresi¨®n se reafirma cuando se visita George Town, una meca para los amantes del arte callejero y la gastronom¨ªa a unos 350 kil¨®metros al norte de Kuala Lumpur. En la capital de la isla malaya de Penang las pinturas murales se diseminan por los desvencijados edificios de un casco hist¨®rico de aire colonial, en el que late de forma acompasada la nostalgia y el dinamismo. El street art se ha adue?ado de los muros y los rincones m¨¢s ins¨®litos de esta ciudad patrimonio mundial de la Unesco desde 2008 y fascina a los visitantes con divertidos juegos de perspectiva.
La ruta de los murales
Una de las obras m¨¢s visitadas es Brother and Sister on a Swing (63, Gat Lebuh Chulia), del artista local Louis Gan. Son habituales las colas para sentarse en uno de los columpios y fotografiarse junto a los dos ni?os de pie en el columpio vecino (que, claro est¨¢, en realidad est¨¢n pintados sobre la pared destartalada). La municipalidad de?George Town encarg¨® en 2012 al lituano Ernest Zacharevic una serie de obras para el festival de arte anual de la ciudad. Los murales e instalaciones creadas por este artista, con escenas cotidianas y gente local como protagonista (algunos incorporan objetos reales como una motocicleta), trazan una nueva ruta tur¨ªstica. Adem¨¢s hay repartidas por las paredes del centro hist¨®rico una serie de obras realizadas en hierro que, con gran humor y casi a modo de vi?etas, retratan tradiciones y costumbres de la zona. Una producci¨®n art¨ªstica que ha generado una fuente de negocio a trav¨¦s de su comercializaci¨®n en m¨²ltiples formas, hasta tal punto que el propio Zacharevic ha criticado su mercantilizaci¨®n y c¨®mo est¨¢ contribuyendo a la gentrificaci¨®n de George Town.
Aunque se han montado rutas para ver las obras, nada como recurrir a la f¨®rmula que nunca falla: recorrer las calles y dejarse sorprender. De esta forma, el visitante descubrir¨¢ adem¨¢s peque?as tiendas de recuerdos y de artesan¨ªas, adem¨¢s de caf¨¦s instalados en t¨ªpicas casas coloniales chinas, con su patio interior y los nichos en la fachada en los que se colocan barritas de incienso y ofrendas de frutas. No es dif¨ªcil encontrar galer¨ªas de arte en estas casas que suelen tener dos alturas, dise?adas para acoger en la planta baja la tienda y el almac¨¦n, mientras que en la planta alta se instalaba la vivienda.
Un toque de nostalgia
Se ha emprendido una ingente labor de restauraci¨®n, pero todav¨ªa queda mucho por hacer. El brillo del pasado se aprecia especialmente en las llamadas casas de los clanes, algunas de las cuales quedan en pie. Se trata de suntuosas residencias de fines del siglo XIX y comienzos del XX, lugares de reuni¨®n que erigieron diferentes clanes de emigrantes chinos. Una de las m¨¢s esplendorosas es la de Khoo Kongsi, que cuenta con un templo y un escenario para representaciones de ¨®pera china.
En la Casa Azul se puede evocar la nostalgia de la pel¨ªcu?la Indochina, la cinta francesa de R¨¦gis Wargnier protagonizada por Catherine Deneuve que gan¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera en 1993 y para la que esta mansi¨®n sirvi¨® de escenario.
Y hablando de casas coloniales, los m¨¢s cin¨¦filos no querr¨¢n perderse la Casa Azul, la lujosa residencia ¡ªcon su fachada pintada en intenso azul ¨ªndigo y labrados interiores en madera¡ª que se hizo construir el rico empresario Cheong Fatt Tze a finales del siglo XIX y que hoy alberga un hotel. Si el dinero no alcanza para pasar aqu¨ª la noche, al menos hay que darse el gusto de participar en la visita guiada. En su interior se puede evocar la nostalgia de la pel¨ªcu?la?Indochina, la cinta francesa de R¨¦gis Wargnier protagonizada por Catherine Deneuve que gan¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera en 1993 y para la que esta mansi¨®n sirvi¨® de escenario.
Fusi¨®n total
Situada en el norte de Malasia,?George Town fue denominada as¨ª por los brit¨¢nicos ¡ªque llegaron a fines del siglo XVIII a la isla¡ª en honor del entonces pr¨ªncipe de Gales Jorge IV. Siempre ha sido considerada como una de las ciudades de mayor riqueza cultural del peque?o pa¨ªs asi¨¢tico por la diversidad de sus gentes. As¨ª, en una misma calle (Jalan Masjid Kapitan Keling) se pueden encontrar la iglesia anglicana de Saint George, el templo tao¨ªsta God?dess of Mercy y el templo hind¨² Sri Mahamariamman. Y, a escasa distancia, se alza el minarete de la mezquita de Acheen Street, que rivaliza en encanto con otros templos de la ciudad y es bastante frecuentada por los lugare?os (el 60% de la poblaci¨®n del pa¨ªs es musulm¨¢n).
Para disfrutar el relajado ambiente de la noche es imprescindible ir a la calle de Love Lane, donde est¨¢n los locales de moda, hostales para mochileros y bares para disfrutar de una copa con la que combatir el calor
Esa tradici¨®n malaya de fusi¨®n de culturas y religiones tambi¨¦n se refleja en su gastronom¨ªa. Aunque el casco antiguo de?George Town es de clara herencia china, en la ciudad se pueden degustar deliciosos platos malayos, chinos y nyonya (la fusi¨®n de las dos gastronom¨ªas anteriores) as¨ª como indios o persas, entre otros. Si en Occidente los food trucks son m¨¢s o menos recientes, aqu¨ª los puestos ambulantes de comida inundan algunas calles desde tiempos inmemoriales con apenas unos sencillos taburetes y mesas de pl¨¢stico. La variedad es tan amplia que casi hay que hacer un m¨¢ster para saber qu¨¦ elegir (webs como penang-traveltips.com ayudan a distinguirlos, aparte de ofrecer buenos consejos para viajar por la isla de Penang). Otra opci¨®n es dejarse guiar en un tour gastron¨®mico.
La noche
Para disfrutar el relajado ambiente de la noche es imprescindible ir a la calle de Love Lane, donde est¨¢n los locales de moda, hostales para mochileros y bares para disfrutar de una copa con la que combatir el calor. Tampoco hay que perderse los food courts, una suerte de amplio almac¨¦n o gran comedor con diferentes puestos de comida, donde hasta los paladares m¨¢s exigentes sucumbir¨¢n a la rica gastronom¨ªa, algo que seguro les har¨¢ recordar la isla con una amplia sonrisa.
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