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A 30 metros bajo tierra, unas peque?as l¨ªneas dibujadas con ¨®xido ferroso han cambiado la historia del arte. Representan la crin de un caballo y fueron realizadas hace 65.000 a?os por un neandertal. Es una de las tres muestras de arte rupestre m¨¢s antiguas del mundo. A su alrededor hay 253 paneles con 1.010 motivos prehist¨®ricos que solo ven 15 personas al d¨ªa. ¡°Aqu¨ª siempre ha primado la investigaci¨®n sobre el turismo¡±, cuenta Pedro Cantalejo, conservador de la cueva de Ardales, en M¨¢laga, donde se oculta la singular colecci¨®n art¨ªstica. La cavidad fue descubierta tras el terremoto de 1821. Y aunque fue explotada a mediados del siglo XIX por Trinidad Grund ¡ªlleg¨® a celebrar en su interior cotillones de Nochevieja para la alta burgues¨ªa, que pagaba dos reales de plata para asistir¡ª, hoy pasa pr¨¢cticamente inadvertida entre caminos de tierra.

M¨¢s all¨¢ de los escalones que daban acceso a la clase alta hace casi dos siglos, el impacto tur¨ªstico es casi nulo. Su interior est¨¢ pr¨¢cticamente igual a como estaba cuando nuestros antepasados dibujaron en sus paredes buena parte de su dieta. Ciervos, toros o cabras principalmente. Tambi¨¦n un cet¨¢ceo, que quiz¨¢s encontraron varado en la costa malague?a. Se ubica a 15 kil¨®metros del Caminito del Rey, que ha ejercido de agujero negro atrayendo la mayor parte del turismo que visita la comarca. El recorrido de v¨¦rtigo ha servido tambi¨¦n de excusa para demostrar que M¨¢laga es mucho m¨¢s que la Costa del Sol, como confirma el tri¨¢ngulo m¨¢gico conformado por la cueva de Ardales, las ruinas de Bobastro y la necr¨®polis del Cerro de las Aguilillas. Patrimonio hist¨®rico y cultural que se puede conocer en un ¨²nico d¨ªa. ¡°Son lugares excepcionales¡±, afirma Carlos Vasserot, que dirige un grupo formado por cinco personas empe?adas en defender su candidatura conjunta como patrimonio mundial. Por ello se han denominado a s¨ª mismos como equipo Unesco.

Desde Ardales y su viejo castillo (siglo IX), la nacional A-357 se desv¨ªa por otra comarcal hacia el norte. Una estrecha v¨ªa con baches que bordea el embalse del Conde del Guadalhorce. Tras superar el centro de visitantes del Caminito del Rey se llega al entorno del pantano, plagado de restaurantes que sirven platos tradicionales y empresas de turismo activo que ofertan desde paseos en kayak hasta rutas de escalada en un entorno que da protecci¨®n a 3.000 especies de flora y fauna.

A pocos metros del hotel La Posada del Conde parte una peque?a pista de tierra que se adentra sinuosamente por un pinar. Tras unos 45 minutos de trayecto, entre los ¨¢rboles se distingue la llamada necr¨®polis del Cerro de las Aguilillas, un conjunto de siete tumbas excavadas en roca hace 4.200 a?os. ¡°Son muy similares al sepulcro donde se enterr¨® a Jes¨²s¡±, compara Cantalejo, que explica que en estas c¨¢maras funerarias se depositaban los restos de clanes familiares. Se han hallado restos de 51 pobladores neol¨ªticos, as¨ª como dos millares de piezas arqueol¨®gicas entre herramientas, cer¨¢micas y conchas de mar usadas como abalorios, entre otras.

Basti¨®n de un rebelde

Volviendo hacia el sur, la carretera MA-5403 recuerda sobre su asfalto los nombres de numerosos ciclistas que participaron en la etapa de la Vuelta en 2015 que acab¨® en el Alto de la Mesa, con Esteban Chaves como vencedor. Lejos de la multitud que acompa?¨® al pelot¨®n, una peque?a caseta da la bienvenida ahora a este lugar donde reina el silencio. Empieza ah¨ª un coqueto sendero entre jaras y esparto que permite recorrer con calma las ruinas del poblado de Bobastro, cuyo perfil se funde con el paisaje. Fue el gran basti¨®n del mulad¨ª Omar Ben Hafs¨²n, rebelde con causa que puso en jaque al emirato Omeya cordob¨¦s. No solo lo derrot¨® en varias batallas, tambi¨¦n lo desaf¨ªo construyendo la ¨²nica bas¨ªlica rupestre moz¨¢rabe del siglo IX en Al Andalus. La esculpi¨® en piedra y a¨²n sigue en pie. El resto de la fortaleza queda pr¨¢cticamente para la imaginaci¨®n ¡ªapenas se pueden ver unos muros all¨¢, unas rocas ac¨¢¡ª, aunque las visitas guiadas ofrecen una completa visi¨®n del papel que jug¨® este emplazamiento en la Edad Media. La carretera acaba un poco m¨¢s arriba, en el mirador Tajo de la Encantada, para la foto panor¨¢mica de rigor.

Hamacas y vino local

Desde all¨ª se divisa el desfiladero de los Gaitanes, un alucinante ca?¨®n de 320 metros de altura erosionado en sus dos terceras partes por el mar. La obra fue culminada por el r¨ªo Guadalhorce en un proceso que dur¨® m¨¢s de 100 millones de a?os. El turquesa del agua a sus pies es el perfecto contrapunto a la claridad de la piedra caliza. Y si es llamativo recorrerlo por las plataformas instaladas en 2015, tambi¨¦n es recomendable observar la vista completa desde la lejan¨ªa. Las hamacas de la piscina del complejo tur¨ªstico La Garganta son una opci¨®n. La pl¨¢cida vista es similar a la existente desde las cristaleras de su restaurante, renovado recientemente. Un buen potaje de jud¨ªas o un plato de migas son dos grandes elecciones all¨ª, como el chivo lechal malague?o o la tabla de chacinas. El establecimiento dispone de vinos como Vega del Geva (?lora) o Andresito (Almargen), elaborados en bodegas cercanas.

Toca entonces decidir si es el momento de descansar y planificar los pr¨®ximos movimientos de un viaje que puede seguir hacia los castillos de ?lora y Teba o el Torcal de Antequera. Tambi¨¦n es buena idea dejarse llevar hasta perderse por las carreteras que rodean el pantano de El Chorro, que atesoran bonitos rincones y sorprendentes casas rurales. M¨¢s all¨¢, diversas rutas senderistas para reconocer el terreno paso a paso, como lo hicieron los neandertales que habitaron la comarca y dejaron su huella en la cueva de Ardales.