Nueve razones para enamorarse de Dubrovnik
Laber¨ªnticas callejuelas de m¨¢rmol, imponentes murallas lamidas por las olas del Adri¨¢tico, fastuosos palacios y los placeres de la costa de Dalmacia. Claves para disfrutar de esta m¨¢gica ciudad croata
Probablemente, todo viajero sue?e con asomarse, alg¨²n d¨ªa, a la costa d¨¢lmata desde las murallas de Dubrovnik, una aut¨¦ntica fantas¨ªa medieval que los seguidores de Juego de tronos ubican, seguramente, entre los mejores escenarios de la serie para visitar. La localidad croata es una aut¨¦ntica ciudad monumento, rodeada de impresionantes murallas defensivas cuya base se sumerge en el transparente mar Adri¨¢tico.
Peque?a, encerrada en s¨ª misma, el turismo ha sido su salvaci¨®n y quiz¨¢ tambi¨¦n puede ser su condena ¡ªno hay crucero por el Mediterr¨¢neo oriental que no haga escala aqu¨ª¡ª, pues miles de visitantes recorren cada d¨ªa sus calles de m¨¢rmol, sus laber¨ªnticos callejones y Placa, la fabulosa calle principal. Muchos alternan el paseo con alguno de sus muchos museos, especialmente el Palacio del Rector, mientras otros suben (en telef¨¦rico) hasta la cima del monte Srd o curiosean por los barrios glamurosos de Ploce y Viktorija. Son menos los que rematan la visita con un ba?o en la playa Sveti Jakov. Eso s¨ª, no hay nadie que no salga impresionado por la ciudad croata.?
1 A pie por las murallas
El gran atractivo de Dubrovnik es pasear por sus murallas. Puede ser arduo en verano, debido al calor y a que tienen pocos lugares donde refugiarse del sol. Adem¨¢s, suele haber colas, pero merece la pena. Son el elemento arquitect¨®nico que mejor define a la ciudad; muros imponentes al pie (literalmente) del mar que envuelven el centro hist¨®rico. Desde el agua, el color gris ros¨¢ceo de esta masa de piedra contrasta con el intenso azul del Adri¨¢tico, pero desde lo alto, desde el adarve, sorprende el laberinto de calles de m¨¢rmol que se extiende tras ellas, jalonado por las torres de las iglesias y los tejados de terracota.
Las murallas son la raz¨®n de ser de esta ciudad, que se apoy¨® en sus or¨ªgenes en la protecci¨®n natural de los acantilados rocosos que permiti¨® a los refugiados de la ciudad romana de Epidauro (la actual Caytat) asentarse aqu¨ª en el siglo VII. Estos muros resistieron asedios en diversos momentos de la historia, reforzados continuamente con fortificaciones hasta completar una barrera de piedra de dos kil¨®metros de largo y 25 metros de alto. El fuerte de Minceta protege el extremo que da a tierra, mientras que los de Bokar y San Lorenzo, al oeste, defend¨ªan el extremos que da al mar. Los baluartes de Revelin y San Juan custodiaban el lado oriental y el puerto viejo. Los dos accesos hist¨®ricos a la ciudadela son las puertas de Pile, al oeste, y Ploce, al este, ambas con puentes levadizos que se izaban al atardecer, cuando se cerraban las puertas y se entregaban las llaves al rector, hasta su apertura a la ma?ana siguiente. En 1907 se abri¨® un tercer acceso, la puerta de Buza, en la muralla norte.
Recorrer las murallas no es gratis. Hay que sacar una entrada (unos 27 euros) y recorrerlas (obligatoriamente) en sentido contrario a las agujas del reloj. La panor¨¢mica del casco antiguo y el resplandeciente Adri¨¢tico merece la pena, pero tambi¨¦n detenerse en los patios y jardines ocultos que no se ven paseando por sus calles. El punto culminante del paseo es el fuerte de San Juan, enorme fortaleza del siglo XVI, anclada sobre otra fortaleza m¨¢s antigua. Es uno de los varios fuertes que jalonan la fortificaci¨®n: en el otro extremo de la ciudad, est¨¢ el fuerte de San Lorenzo, con unas vistas fabulosas del casco antiguo y un gran patio que acoge obras de teatro y conciertos en verano, y el m¨¢s grande es el fuerte Revelin, fuera de las murallas, una elaborada estructura defensiva, que adem¨¢s es el que defiende el puente viejo.
2 Paseo entre calles de m¨¢rmol
Al bajar de la muralla se descubre un casco hist¨®rico compacto y bien conservado. Entre 1991 y 1992, Dubrovnik fue bombardeada con m¨¢s de 2.000 proyectiles que causaron muertes y numerosos da?os ¡ªel 68% de los edificios del centro hist¨®rico resultaron afectados¡ª, aunque actualmente la ciudad ya restaurada luce con casi todo su esplendor original. El eje de todo es la calle Stradun (tambi¨¦n conocida como Placa), en torno a la que se distribuyen las mejores tiendas, los restaurantes y tambi¨¦n los turistas y artistas callejeros. La calle, de m¨¢s de 300 metros de largo, divide el casco antiguo en dos, aunque originalmente fue un canal, desecado en el siglo XIII. Despu¨¦s de un devastador terremoto en 1667, Dubrovnick comenz¨® a reconstruirse alrededor de esta calle y debido a eso actualmente encontramos edificaciones del siglo XVII a lo largo de toda la v¨ªa.
La visita imprescindible aqu¨ª es el palacio del Rector, del siglo XV, donde se alojaba el gobernante de la ciudad. Este palacio g¨®tico-renacentista albergaba los aposentos privados del rector, las oficinas administrativas y tambi¨¦n una mazmorra. Actualmente es la sede del Museo de Historia Natural. Entre los edificios palaciegos que conserva la ciudad ¡ªla mayor¨ªa quedaron destruidos en el se¨ªsmo del siglo XVII¡ª, se encuentra el palacio de Sponza, que fue aduana, casa de la moneda, erario, arsenal y banco, y que hoy presenta una mezcla de estilos bastante curiosa. Tambi¨¦n se mantienen en pie varias iglesias y monasterios, como la catedral de la Asunci¨®n, barroca pero levantada sobre una antigua bas¨ªlica del siglo VII, o la iglesia de San Blas, tambi¨¦n barroca.
Entre los museos de Dubrovnik destaca el curioso Love Stories Museum, alegre contrapunto al popular museo de las Relaciones Rotas de Zagreb. Aqu¨ª se intenta llegar a la fibra sensible del visitante con historias rom¨¢nticas, leyendas locales, escenas sentimentales de pel¨ªculas y canciones de amor, aunque lo mejor es su colecci¨®n de objetos con valor sentimental donados por gente corriente y las historias que hay detr¨¢s. La otra visita que casi nadie se suele perder es la galer¨ªa War Photo Limited, con exposiciones sobre la guerra de los Balcanes.?
3 Duvrovnik desde el aire
El telef¨¦rico al monte Srd traslada a los viajeros desde el norte de las murallas hasta la cima en menos de cuatro minutos. Es toda una experiencia: desde 412 metros de altura el casco antiguo de Dubrovnik se muestra m¨¢s surrealista de lo habitual y parece una maqueta a escala o la ilustraci¨®n de un libro. Las vistas abarcan toda Dubrovnik y Lokrum, con las islas Elafiti en el horizonte. Su estrat¨¦gica posici¨®n hizo que fuera un objetivo b¨¦lico clave durante la guerra de la d¨¦cada de 1990.
Cuando se construy¨® el telef¨¦rico, en 1969, fue el primero de su clase en el Adri¨¢tico. La gran cruz contigua al edificio de la estaci¨®n superior, esculpida con la famosa piedra blanca de la isla de Brac, se erigi¨® en 1935 pero el telef¨¦rico y la cruz actuales son r¨¦plicas de los originales, destruidos en 1991 durante el asedio de Dubrovnik. El edificio de la estaci¨®n superior alberga un restaurante, una tienda de recuerdos, aseos y una plataforma de observaci¨®n con telescopios. Para obtener las mejores vistas, lo mejor es colocarse en el extremo del telef¨¦rico que da a la ciudad. Las vistas desde el Restaurante Panorama, en la estaci¨®n superior del telef¨¦rico, son insuperables, aunque el restaurante no es barato.
Hay una alternativa gratuita al telef¨¦rico: seguir el viacrucis, que empieza en la carretera por encima del casco antiguo. Lleva cerca de una hora recorrer el camino de subida, bordeado de relieves de lat¨®n que ilustran las 14 estaciones del viacrucis. Una vez arriba, hay que visitar la exposici¨®n Dubrovnik en la Guerra de la Patria (as¨ª se conoce en Croacia a la guerra de los Balcanes de la d¨¦cada de 1990), instalada en el ruinoso Fuerte Imperial napole¨®nico (completado en 1812), cerca de la estaci¨®n, y dedicada al asedio de la ciudad; al conservar el control de este baluarte, las tropas locales ayudaron a que la ciudad no fuera tomada. Las exposiciones ofrecen un punto de vista parcial, pero tambi¨¦n una exhaustiva cobertura de los acontecimientos.
4 Ploce y Viktorija, la otra cara de Dubrovnik
Estos dos barrios al este de la ciudad amurallada acogieron lujosos hoteles y villas en las d¨¦cadas de 1920 y 1930, explotando las espectaculares vistas del casco antiguo y algunas bonitas playas. Al pasear por la carretera que bordea la costa se otea esta lujosa zona de Dubrovnik. Aqu¨ª encontraremos restaurantes y pizzer¨ªas con terraza, y tambi¨¦n modernas tiendas de dise?o croata, como Kawa, galer¨ªas y centros de arte; por ejemplo, el Centro Lazareti, instalado en un complejo de edificios y patios hist¨®ricos levantados entre 1590 y 1642 como centro de cuarentena para proteger a la ciudad de la peste. Ahora alberga exposiciones de arte, cine, noches de discoteca, m¨²sica en directo y danza tradicional. Como colof¨®n se puede visitar el Museo de Arte Moderno, una galer¨ªa interesante por su arquitectura y las vistas desde su terraza de esculturas, pero sobre todo por su excelente colecci¨®n de arte croata. Construida en la d¨¦cada de 1930 como residencia para un naviero de Dubrovnik, incluye elementos modernistas a la vez que hace un gui?o a la arquitectura g¨®tica y renacentista del casco antiguo. El paseo puede terminar ¡ªpasando ante las casas m¨¢s lujosas de la ciudad¡ª en la playa Sveti Jakov, desde donde contemplar c¨®mo se pone el sol por encima del casco antiguo de Dubrovnik.
5 Escapada a Lokrum
Dejar atr¨¢s las aglomeraciones del casco antiguo de Dubrovnik es sencillo: basta con subir a bordo del ferri que, en unos 10 minutos, lleva hasta la isla de Lokrum, habitada por pavos reales y otras 150 especies de aves. Se trata de una reserva natural protegida cubierta de bosques de encinas, fresnos negros, pinos y olivos, y muy popular para darse un ba?o, aunque las playas son de roca.
Adem¨¢s, hay visitas interesantes, como el monasterio medieval benedictino ubicado en el centro de la isla. Se cree que los primeros monjes se instalaron aqu¨ª a principios del siglo X, y los ¨²ltimos fueron expulsados en 1799, cuando la Rep¨²blica de Ragusa (desaparecida en el siglo XIX) decidi¨® vender el islote. Finalmente, Lokrum fue a parar a manos del archiduque austriaco Fernando Maximiliano, futuro emperador de M¨¦xico, que se hizo construir una villa de verano dentro del complejo mon¨¢stico en la d¨¦cada de 1860. Maximiliano fue el responsable de recuperar el fabuloso jard¨ªn del claustro y de crear un bonito jard¨ªn bot¨¢nico con grandes agaves y ex¨®ticas palmeras. Uno de los edificios del monasterio acoge una exposici¨®n sobre la historia de la isla, que incluye referencias a Juego de tronos, incluida una r¨¦plica del Trono de Hierro donde el viajero puede sentarse para hacerse una foto. Los seguidores de la serie podr¨¢n reconocer en el jard¨ªn del claustro el escenario de la recepci¨®n de Daenerys en Qarth. En el punto m¨¢s elevado de la isla (97 metros) se ubica una fortificaci¨®n circular levantada por las tropas de Napole¨®n poco despu¨¦s de apoderarse de Dubrovnik, en 1806, y desde cuya azotea se disfrutan vistas hacia el casco antiguo de la ciudad adri¨¢tica.
Lokrum est¨¢ rodeada de salientes rocosos planos y los visitantes suelen conformarse con encontrar uno tranquilo en el que tumbarse. Otra popular zona de ba?o es el peque?o lago de agua salada conocido como mar Muerto, al sur del monasterio.
6 Comer bien en Dubrovnik
Como cualquier ciudad supertur¨ªstica, Dubrovnik est¨¢ repleta de locales anodinos, pensados para turistas que, probablemente, no vuelvan m¨¢s. Pero la ciudad tiene restaurantes que s¨ª merecen la pena. El Restaurant 360?, uno de los m¨¢s lujosos, propone alta gastronom¨ªa croata: cocina creativa y bien presentada, gran carta de vinos y buen servicio. Pero lo mejor es la ubicaci¨®n de sus mesas, en lo alto de las murallas, para contemplar el puerto a trav¨¦s de las almenas. Otro buen restaurante es el Nautika, tambi¨¦n en una situaci¨®n incre¨ªble, con vistas al mar y a las murallas. La comida es sofisticada, pero cl¨¢sica, con buenos productos locales, como sus magn¨ªficos pescados a la sal. Otra opci¨®n interesante es el Proto, famoso por su pescado fresco y su ambiente evocador, en el casco antiguo. Lleva abierto desde 1886 y por aqu¨ª han pasado muchos personajes ilustres. Y por ¨²ltimo, el Restaurant Dubrovnik, uno de los m¨¢s sofisticados de la ciudad, con toques franceses en sus fogones, est¨¢ instalado en una azotea cubierta entre los antiguos edificios de piedra del centro hist¨®rico de la ciudad.
7 D¨®nde darse un ba?o
No hay que irse muy lejos para darse un chapuz¨®n en el Adri¨¢tico. Aunque de guijarros, la playa m¨¢s deslumbrante, y concurrida, de Dubrovnik es Banje, al este del casco antiguo. Muchos acuden tambi¨¦n a tomar algo en un lujoso bar de playa, que por la noche muta en beach club. Cuando los locales quieren refrescarse van a Porporela, el muelle contiguo al fuerte de San Juan, en el puerto viejo. La base rocosa de las murallas puede que no sea el lugar m¨¢s amable para darse un ba?o, pero es bastante popular. Unos escalones descienden desde los bares Buza y Bard Mala Buza ¡ªcuya terraza a la sombra invita a pasar el d¨ªa entero contemplando el Adri¨¢tico¡ª, ambos ubicados sobre el acantilado, hasta los espacios cementados entre las rocas. A la sombra del fuerte de San Lorenzo y los acantilados circundantes, la peque?a bah¨ªa de Sulic es otro de los lugares populares para tomar el sol. Y por debajo de un viejo monasterio a los pies del parque Gradac, unos 600 metros al oeste de la puerta Pile, la playa de Dance ofrece aguas turquesas y un sistema de terrazas para tomar el sol. M¨¢s al oeste, la playa Bellevue (Montovjerna), de guijarros, est¨¢ resguardada por altos acantilados.
8 Excursi¨®n a las islas Elafiti
Este archipi¨¦lago al noroeste de Dubrovnik est¨¢ integrado por 14 islas, pero solo las tres m¨¢s grandes est¨¢n habitadas y pueden visitarse en un circuito organizado de un d¨ªa desde el puerto viejo, o tomando uno de los ferris regulares desde el puerto Gruz. La m¨¢s cercana es la peque?a y encantadora isla de Kolocep; solo acoge a 163 vecinos y est¨¢ cubierta de pinares centenarios, olivares y huertas de naranjos y limoneros. Una playa de arena se extiende desde el pueblo principal ¡ªfrente a un hotel resort¡ª y m¨¢s all¨¢, al doblar la esquina, hay una bonita pero rocosa zona nudista.
Lopud es una isla sin autom¨®viles y con un atractivo pueblo de casas de piedra rodeado de jardines ex¨®ticos, que se contempla desde las alturas de varias fortalezas en ruinas. La primera visi¨®n al llegar a su puerto es la muralla y el campanario (de 30 metros de altura) del monasterio franciscano del siglo XV. La ¨²nica parte que est¨¢ regularmente abierta al p¨²blico es la iglesia de Santa Mar¨ªa de la Cueva, construida en 1483, interesante por las sillas del coro, intrincadamente talladas, y su retablo del siglo XVI. M¨¢s all¨¢, en el paseo mar¨ªtimo, est¨¢ el frondoso parque Dordic-Mayneri, de finales del XIX, creado por la bisnieta del ¨²ltimo rector de Dubrovnik, con especies bot¨¢nicas de todo el mundo. El pueblo tiene una peque?a playa, pero es mejor atravesar la isla hasta el arenal de Sunj.
Con 16 kil¨®metros cuadrados, Sipan es la m¨¢s grande de las Elafiti y fue frecuentada por la aristocracia de Dubrovnik, que construy¨® casas en ella. Casi todos los ferris atracan en Sudurad, peque?o puerto bordeado por casas de piedra y por la gran torre de Skocibuha, villa fortificada del siglo XVI. Al otro lado de la isla, el pueblo de Sipanska Luka alberga los restos de una villa romana y un palacio ducal g¨®tico del siglo XV. Ambas localidades est¨¢n conectadas por autobuses, programados para coincidir con los ferris.
9. Los escenarios de Juego de tronos
Los seguidores de Juego de tronos tienen muchos motivos para dar alas a su fantas¨ªa en Dubrovnik, ya que parte de la popular serie de televisi¨®n se rod¨® en la ciudad. Aunque Split y Sibenik tambi¨¦n se usaron como localizaciones, Dubrovnik es la que m¨¢s aparece, ya que sirvi¨® para recrear las ficticias ciudades de Desembarco del Rey y Qarth. Si al viajero le apetece hacer su propio paseo por algunas de las calles de Poniente, repasamos aqu¨ª algunos puntos clave:
- Las murallas y fuertes de Dubrovnik tienen un papel destacado en la serie. El fuerte Minceta se us¨® para las tomas exteriores de la Casa de los Eternos en Qarth.
- Tyrion Lannister dirigi¨® la defensa de Desembarco del Rey desde las murallas que dan al mar durante la batalla del Aguasnegras y, si se consiguen pasar por alto las mejoras generadas por ordenador, se reconocer¨¢ el fuerte de San Lorenzo como el n¨²cleo de la Fortaleza Roja. Cersei se despidi¨® de su hija Myrcella desde el peque?o puerto que hay debajo.
- El atrio del palacio del Rector aparec¨ªa como el Palacio del Rey de las Especias de Qarth, ?y ni siquiera movieron la estatua!
- La calle Svetog Dominika y la escalera frente al monasterio dominicose usaron para varias escenas del mercado de Desembarco del Rey, y las escaleras que conectan la iglesia de San Ignacio de Loyola (en la calle Uz Jezuite) con la plaza de Gundulic fueron el punto de inicio del memorable paseo de penitencia que Cersei Lannister hace desnuda. El paseo continuaba por Stradun.
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