Cuatro siglos del Manneken Pis
Bruselas celebra el aniversario del llamado ni?o me¨®n, una peque?a escultura convertida en s¨ªmbolo de la ciudad
De las siete calles que parten de la Grand Place de Bruselas, la Rue Charles Buls destaca por su continuo flujo de transe¨²ntes. Apenas 300 metros despu¨¦s, en la esquina de la Rue de l¡¯Etuve con Ch¨ºne, se encuentra la explicaci¨®n: una multitud se arremolina para fotografiar al Manneken Pis. Subido a su columna, desde la que roc¨ªa de forma p¨ªcara la pila situada a sus pies (su nombre significa ¡°hombrecillo que orina¡±, en neerland¨¦s), la estatua m¨¢s emblem¨¢tica de la capital belga ha cumplido 400 a?os. Hasta el pr¨®ximo mayo, la ciudad celebra el aniversario y, entre otras cosas, se presentar¨¢ la primera publicaci¨®n cient¨ªfica sobre su dilatada historia, as¨ª como una moneda conmemorativa con su efigie de 2,50 euros (de curso legal en B¨¦lgica).
En 1451 se encuentra el primer rastro de una fuente con la forma de un ni?o orinando cerca de su ubicaci¨®n actual. Era uno de los surtidores de agua potable para la poblaci¨®n, y quiz¨¢s ese car¨¢cter de punto de reuni¨®n vecinal dio origen al amor que los bruselenses demuestran por esta figura burlona. Un amor que el rey franc¨¦s Luis XV vio claro cuando, para desa?graviar la actuaci¨®n de sus soldados ¡ªque hab¨ªan robado y paseado la escultura por la ciudad entonces ocupada¡ª, le regal¨® a la estatua en 1747 el traje m¨¢s antiguo que conserva, el de Caballero de la Orden de San Luis. Con el tiempo se fue afianzando la costumbre de ofrecer vestimentas al Manneken Pis, representaci¨®n de un cupido sin alas en bronce de 55 cent¨ªmetros de alto encargada en 1619 al escultor J¨¦r?me Duquesnoy.
La tradici¨®n, inicialmente diplom¨¢tica, mud¨® hacia un car¨¢cter m¨¢s folcl¨®rico a partir de la I Guerra Mundial, explica Gonzague Pluvinage, conservador del GardeRobe Manneken Pis, en el n¨²mero 19 de la Rue du Ch¨ºne (mannekenpis.brussels). El museo exhibe un centenar de los m¨¢s de mil trajes que acumula en su guardarropa, custodiado en el Museo de la Ciudad. El Manneken Pis est¨¢ vestido unos 130 d¨ªas al a?o y su colecci¨®n, que incluye trajes de Papa, vampiro o Elvis, sigue creciendo cada a?o con las aportaciones de pa¨ªses, instituciones y asociaciones de visita oficial. Espa?a ha donado 26 y algunos, como el de la dise?adora ?gatha Ruiz de la Prada, son tan delicados que solo los ha podido lucir en un par de ocasiones.
El Museo de la Ciudad custodia los m¨¢s de mil trajes que viste la escultura 130 d¨ªas al a?o
Formar parte de la colecci¨®n no es sencillo: el traje debe ser completo y confeccionado con la calidad necesaria para poder ser exhibido y guardado. Adem¨¢s, comenta Pluvinage, no ha de responder a fines pol¨ªticos, comerciales o religiosos. La presentaci¨®n de cada donaci¨®n se realiza en el Ayuntamiento, mientras el Vestidor Oficial prepara su puesta en escena. Para celebrar sus 400 a?os, los alumnos de primaria de los colegios de Bruselas est¨¢n invitados a dise?ar un traje. El elegido ser¨¢ parte del armario de tan querida estatua, que en 1945, tras numerosos robos, fue trasladada al Museo de la Ciudad. Lo que los turistas fotograf¨ªan es una copia id¨¦ntica.
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