Jerusal¨¦n desde el sof¨¢
Visitar digitalmente el recinto amurallado de la Ciudad Santa, un sabroso plato convertido en un cl¨¢sico, un himno con ra¨ªces vascas y otras pistas para conocer el rompeolas eterno de las religiones monote¨ªstas
1. Una visita virtual: por la Ciudad Vieja
La Jerusal¨¦n que vale el viaje es la Ciudad Vieja. Origen y esencia de una urbe mestiza que durante siglos fue el centro del mundo ¡ªy a¨²n lo es para muchos¡ª, convertida hoy en zona cero de la fricci¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Extramuros hay muchas ciudades, en una babel religiosa y conservadora, pero la Ciudad Santa est¨¢ detr¨¢s de las antiguas puertas almenadas que dan paso al imbricado sanctasanct¨®rum de las tres religiones monote¨ªstas que aqu¨ª se concentran. El Muro de las Lamentaciones, el lugar de culto m¨¢s sagrado del juda¨ªsmo, se halla al pie suroccidental de la Explanada de las Mezquitas: Al Aqsa y el Domo de la Roca. Es el Noble Santuario para el mundo isl¨¢mico, tercero en rango tras los recintos sagrados de La Meca y Medina. Los jud¨ªos la denominan, empero, Monte del Templo, ya que all¨ª sit¨²an los restos de su ¨²ltimo templo b¨ªblico. Por el extremo norte discurre la V¨ªa Dolorosa, el viacrucis de Jesucristo trazado por la tradici¨®n cristiana que conduce hasta la bas¨ªlica del Santo Sepulcro, G¨®lgota y tumba de la resurrecci¨®n en un mismo espacio. Hay mucho que ver, pero el paseo por calzadas y callejuelas de piedra pulida es la mejor recompensa para el viajero que aspira a descubrir las sorpresas que encierra la Ciudad Antigua. Mientras no podamos viajar, un v¨ªdeo de 15 minutos en YouTube nos adentra por sus rincones: de las vistas al amanecer desde Haas Promenade a las animadas calles de los barrios armenio, jud¨ªo, cristiano y musulm¨¢n de Jerusal¨¦n.
2. Una serie: Our Boys
En Amazon o Netflix hay series que reflejan la vida de familias religiosas jud¨ªas en la Ciudad Santa, como Srugim o ?Shtisel, que se acerca al mundo ultraortodoxo. Tambi¨¦n hay folletones de acci¨®n ¡ªcomo la c¨¦lebre Fauda¡ª que tienen por escenario sus calles. El ambiente de tensi¨®n contenida que se respira en la L¨ªnea Verde que dividi¨® la urbe hasta 1967 es m¨¢s patente, sin embargo, en Our Boys (HBO), que investiga el secuestro y asesinato de un adolescente palestino al d¨ªa siguiente del entierro de tres j¨®venes israel¨ªes, secuestrados y asesinados tres semanas antes por militantes de Ham¨¢s, en los proleg¨®menos de la ¨²ltima guerra de Gaza. La cruda humanidad del dolor de las familias y la complejidad de las investigaciones del Shin Bet (el servicio interior de seguridad) se superponen a la narrativa convencional de un antiguo conflicto. El primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu, pidi¨® su boicot, al considerar que su trama representaba un agravio al Estado hebreo. Pero tanto en la parte oriental (palestina) como en la occidental (jud¨ªa) de Jerusal¨¦n la serie fue seguida con inter¨¦s a pesar de haber levantado ampollas en las conciencias.
3. Una receta: Shakshuka
En Jerusal¨¦n no hay platos t¨ªpicos. Los cocineros jud¨ªos presumen de preparar el mejor humus del Levante mediterr¨¢neo y los chefs palestinos se jactan de que su pollo musajan no tiene parang¨®n en Oriente Pr¨®ximo. Casi todas las preparaciones son herederas de las recetas otomanas o emergen de las cocinas de la variopinta inmigraci¨®n jud¨ªa. Para los israel¨ªes de la Ciudad Santa, la shakshu??ka de origen magreb¨ª ha cobrado carta de naturaleza en las mesas de los restaurantes locales.
- 1 cebolla peque?a picada; 1 pimiento rojo mediano picado; 6 dientes de ajo machacados.
- 3 cucharadas de pasta de tomate (50 gramos) y 800 gramos de tomates picados.
- 2 cucharadas de piment¨®n; una pizca de comino; una cucharadita de sal, ??taza de agua y perejil.
- 4 huevos.
Vierta un poco de aceite en una sart¨¦n honda a fuego medio. Agregue la cebolla y deje fre¨ªr hasta que se ablande ligeramente. A?ada el pimiento rojo y fr¨ªa hasta que est¨¦ suavizado. A?ada el ajo y fr¨ªa hasta que est¨¦ ligeramente dorado. Incorporar la pasta de tomate y dorar ligeramente. Agregue los tomates picados, el agua, el piment¨®n, el comino y la sal. Revuelva, tape y deje cocer a fuego lento unos 10 minutos, removiendo ocasionalmente. Una vez cocinados los tomates, rompa los huevos sobre la salsa, organizando los alrededores de la salsa para que las claras queden por debajo. Tape y cocine a fuego lento hasta que las yemas se hayan cocido. Espolvoree perejil picado y sirva al momento.
4. Las viviendas t¨ªpicas: contradicci¨®n urban¨ªstica
Las casas donde los jerosolimitanos han pasado el confinamiento durante la pandemia son, en general, bloques amorfos de cuatro alturas recubiertos por la legendaria piedra de Jerusal¨¦n, sobre un paisaje uniforme. Un claro exponente son barrios ultraortodoxos como Mea Shearim. La ciudad tradicional que se extendi¨® extramuros desde finales del siglo XIX ha sido absorbida en lo que va de siglo XXI por un creciente bosque de torres de apartamentos que desvirt¨²a el perfil de la Ciudad Santa, ahora amenazado por decenas de proyectos de hasta 30 pisos de altura. En medio del desconcierto en el que se entrecruzan torres y barrios tradicionales sobreviven la Ciudad Vieja y algunos distritos preservados, como la Colonia Alemana. Muchas de las tradicionales viviendas de familias acomodadas ¨¢rabes que marcaron la impronta hist¨®rica de Jerusal¨¦n cambiaron de manos tras el nacimiento el Estado jud¨ªo, en 1948, y la ocupaci¨®n de Jerusal¨¦n Este, en 1967. En la contradicci¨®n urban¨ªstica de Jerusal¨¦n conviven la racionalidad de la escuela Bauhaus, importada por jud¨ªos huidos de la Alemania nazi, con la anarqu¨ªa de los barrios de favelas en la parte oriental de mayor¨ªa palestina.
5. Una canci¨®n: Yerushalayim Shel Zahav, con aire vasco
¡°Jerusal¨¦n de oro, de bronce y de luz¡±, reza el estribillo del considerado como himno no oficial de la Ciudad Santa desde la ¨®ptica israel¨ª. La canci¨®n Yerushalayim Shel ?Zahav (Jerusal¨¦n de oro, en castellano) es un homenaje al singular reflejo de los atardeceres sobre sus fachadas de piedra caliza que por s¨ª solos justifican el viaje a la ciudad. Es adem¨¢s un tributo no declarado a la dorada c¨²pula del Domo de la Roca (tambi¨¦n conocida como la C¨²pula de la Roca) como icono indiscutible de la urbe.
Una curiosidad: la melod¨ªa de la c¨¦lebre canci¨®n, compuesta en el a?o 1967 por la poeta y cantante israel¨ª Naomi Shemer, est¨¢ inspirada en la nana vasco-navarra Pello Joxepe, popularizada por el cantautor Paco Ib¨¢?ez, a quien la autora hab¨ªa conocido en un viaje a Par¨ªs y que la interpret¨® en Israel durante una actuaci¨®n en 1962. Poco antes de morir, Naomi Shemer revel¨® a un amigo en 2004 que se hab¨ªa inspirado en la tonadilla versionada por Ib¨¢?ez para escribir la m¨²sica con la que ella pas¨® a la historia de Jerusal¨¦n.
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