El placer de perderse en un laberinto vegetal

Entre muros de cipreses y setos de laurel, con aires rom¨¢nticos o estilo renacentista, los laberintos vegetales, de formas geom¨¦tricas caprichosas, han atra¨ªdo al hombre desde la antig¨¹edad. Construcciones dise?adas para perderse y que en tiempos regios fueron pasatiempos de la nobleza y la aristocrac¨ªa para su recreo y esparcimiento. Seg¨²n el tipo de recorrido, est¨¢n los cl¨¢sicos, con un ¨²nico camino sin encrucijadas hasta llegar al centro, y los mazes o perdederos, con m¨²ltiples bifurcaciones que pueden conducir al exterior o a un callej¨®n sin salida. Desafiantes, l¨²dicos y fant¨¢sticos, los d¨¦dalos siguen atrapando la imaginaci¨®n de quien se adentra en ellos. Estas son cinco propuestas en Espa?a.

Laberinto de Villapresente (Cantabria)

El hombre que so?aba con cipreses

Los frondosos muros de cipreses leylandi del laberinto vegetal de Villapresente atrapan al a?o a m¨¢s de 30.000 visitantes que acuden a esta localidad pr¨®xima a Santillana del Mar para recorrer sus?5.625 metros cuadrados de extensi¨®n a trav¨¦s de cinco kil¨®metros de angostos pasillos de apenas un metro de ancho. Debido a la estrechez del camino y para evitar contagios por la covid, en su reapertura, prevista para el pr¨®ximo 27 de junio, ser¨¢ necesario reservar previamente por Internet o bien por tel¨¦fono (636836785). Adem¨¢s, funcionar¨¢ al 50% de su aforo y ser¨¢ obligatorio el uso de mascarilla durante el paseo. La entrada cuesta 4 euros a partir de los 13 a?os; 3 para los menores (entre 7 y 12 a?os) y gratis para los m¨¢s peque?os.

Inspirado en los mazes ingleses que constru¨ªan las clases pudientes en los siglos XVIII y XIX, el de Villapresente es el proyecto de un ¨²nico hombre, el operario de montes Emilio P¨¦rez Carral que, con la ayuda de amigos y vecinos, complet¨® en 2007 la gesta de convertir su finca familiar en un intrincado rompecabezas de setos en perfecta formaci¨®n rectangular. Eso s¨ª, tuvo que esperar 10 a?os m¨¢s, cuando los ¨¢rboles eran lo suficientemente altos y tupidos, para compartir con el p¨²blico su versallesca creaci¨®n. Se considera el laberinto privado m¨¢s grande de Espa?a y, quiz¨¢ por eso, ha llamado la atenci¨®n de medios nacionales e internacionales desde su apertura, lo que ha ayudado a que se convierta en una de las atracciones m¨¢s buscadas en Cantabria, con permiso de la joya tur¨ªstica de la zona: las cuevas de Altamira. El tiempo medio para recorrerlo son 45 minutos, siempre contado con la inevitable torpeza de coger una bifurcaci¨®n equivocada y tener que volver sobre nuestros pasos para tomar la senda contraria. Para aquellos que puedan sentir angustia al sentirse desorientados tras un tiempo prudencial, hay dos gu¨ªas de apoyo que facilitan la soluci¨®n al jerogl¨ªfico. En su alambicado interior, se levanta una torre de vigilancia de nueve metros de altura desde donde contemplar maravillosas vistas de los buc¨®licos prados c¨¢ntabros.

Laberinto de El Capricho (Madrid)

El refugio ilustrado de una arist¨®crata

El Capricho simboliza como ning¨²n otro parque las aspiraciones de la sociedad ilustrada del siglo XVIII y de su creadora, la duquesa de Osuna, una especie de relaciones p¨²blicas, en la sombra, de la intelectualidad del momento. Por sus jardines trufados de templetes, ermitas, fuentes, plazoletas y bustos mitol¨®gicos desfilaron artistas, toreros y pensadores, con los que depart¨ªa en animadas tertulias en su casa de recreo. All¨ª se hablaba de todo, rompiendo los convencionalismos encorsetados de la ¨¦poca. Famosa es su amistad con Francisco de Goya, del que fue mecenas y musa y con quien mantuvo una intensa relaci¨®n epistolar.

La escasez de documentos hist¨®ricos hace complicado saber con exactitud en qu¨¦ a?o se procedi¨® a la ejecuci¨®n de este laberinto de setos de laureles (Laurus nobilis) que ocupa la parte m¨¢s antigua del recinto, y si la autor¨ªa le pertenece o no a la duquesa. En el centro de esta obra de ingenier¨ªa paisajista, muy del gusto rom¨¢ntico de la ¨¦poca, hay plantado un ¨¢rbol de J¨²piter (Lagerstroemia indica) que adquiere una tonalidad ros¨¢cea cuando florece en primavera.

No se tienen noticias de este intrincado laberinto de c¨ªrculos conc¨¦ntricos hasta el siglo XIX, pero se cree que al menos fue uno de los anhelos en vida de la arist¨®crata y que fue concebido para escarceos amorosos y juegos de escondite. Reconstruido en varias ocasiones, en los a?os cuarenta del pasado siglo un aterrizaje forzoso de un avi¨®n que acababa de despegar del aeropuerto de Barajas lo malogr¨® y qued¨® en un estado de semiabandono hasta que un d¨ªa aparecieron los planos originales y se procedi¨® a su restauraci¨®n, la ¨²ltima de ellas en 1989.

El laberinto madrile?o, considerado un elemento hist¨®rico del parque, tiene una superficie total de 6.030 metros cuadros y 3.000 metros lineales de setos de 2,20 metros de altura, lo que impide totalmente la visi¨®n por encima de ellos. El acceso a su interior est¨¢ prohibido, por lo que hay que resignarse a disfrutarlo en la distancia y desde las alturas. Desde la plaza de los Emperadores, con su caracter¨ªstico templete de columnas j¨®nicas de m¨¢rmol blanco, se obtiene una vista elevada y armoniosa del conjunto. El parque es de acceso p¨²blico y gratuito, pero solo abre los fines de semana y festivos, en horario ininterrumpido de 9.00 a 21.00.

Real Alc¨¢zar de Sevilla

El d¨¦dalo m¨¢s antiguo de Espa?a

El rompecabezas vegetal del Real Alc¨¢zar de Sevilla es el m¨¢s antiguo documentado en Espa?a. Lo mand¨® levantar Carlos V aunque el actual, realizado en 1910, tiene otro dibujo y ubicaci¨®n. El laberinto original ocupaba el lugar donde ahora est¨¢ el Jard¨ªn de la Cruz, y en su interior hab¨ªa un estanque con una r¨¦plica del mitol¨®gico Monte Parnaso, coronado por la fuente Hipocrene. Se trata de un trazado renacentista con setos de tuya, mirto y cipr¨¦s, a¨²n sin fecha para su reestreno debido a la pandemia del coronavirus? El recinto palaciego volver¨¢ a recibir visitas el pr¨®ximo 15 de junio, pero el paseo por su laberinto tendr¨¢ que esperar al no poder garantizarse el distanciamiento social necesario en estos tiempos, ha informado el Ayuntamiento de Sevilla.

A diferencia de otros d¨¦dalos, el de Sevilla se consideraba un lugar donde transitar de las tinieblas a la luz. Su funci¨®n, por tanto, no era l¨²dica, aunque hoy, en cambio, todo el mundo puede adentrarse en ¨¦l para hallar la salida sin muchas dificultades y con el ¨²nico objetivo de pasar un rato divertido. La entrada al complejo del Real Alc¨¢zar, que incluye la visita a la planta baja de los palacios y a los jardines, cuesta 11,50 euros, en horario de lunes a domingo, de 9.30 a 19.00.

Laberinto del Jard¨ªn Bot¨¢nico Atl¨¢ntico de Gij¨®n

Un oc¨¦ano de laurel entre Europa y Am¨¦rica

Inaugurado en septiembre de 2018, el laberinto de laurel del Bot¨¢nico de Gij¨®n es una alegor¨ªa del oc¨¦ano Atl¨¢ntico que conecta la colecci¨®n vegetal de los acantilados cant¨¢bricos con el bioma boreal americano, que alberga especies tra¨ªdas de la ciudad canadiense de Montreal. Con una superficie de 2.500 metros cuadrados y una longitud de 827 metros lineales, fueron necesarios 1.400 arbustos para completarlo. De un extremo al otro, en l¨ªnea recta, no hay m¨¢s de 250 metros, pero lo normal es perderse por sus encrucijadas y callejones y recorrer al menos un kil¨®metro dando vueltas hasta dar con la salida.

Al tratarse de un laberinto adaptado a personas con movilidad reducida, sus pasillos tienen una anchura superior a los dos metros, por lo que no resulta tan agobiante como otros del mismo estilo. Y eso en tiempos de coronavirus es una ventaja, aunque siga siendo necesario por ahora protegerse el rostro con mascarilla. Como medida adicional de seguridad, no pueden estar m¨¢s de 25 personas al mismo tiempo recorriendo su interior. El objetivo aqu¨ª, como en la mayor¨ªa de laberintos, es llegar a su centro, donde se erige un faro, elemento clave en la navegaci¨®n para aquellos marineros del pasado ¡ªballeneros, principalmente¡ª que se adentraban en las procelosas aguas atl¨¢nticas a la b¨²squeda de mejores capturas en la otra orilla del oc¨¦ano. En las bifurcaciones a lo largo del laberinto hay instalados unos paneles con una serie de acertijos para encontrar la salida. "Quien los resuelva con ¨¦xito podr¨¢ llegar al otro lado sano y salvo; quien no sea capaz quedar¨¢ atrapado entre sus aguas¡­", explican sus responsables.

Entrada: 2,90 euros a partir de los 12 a?os. Horario: de junio a septiembre, de 10:00 a 15:30 y de 16:00 a 21:00.

Parque del Laberint d'Horta (Barcelona)

Un remanso de paz bajo el influjo del dios Eros

Dise?ado en 1791 por el arquitecto italiano Domenico Bagutti por encargo del marqu¨¦s de Llupi¨¤ i d'Alfarr¨¤s, Joan Antoni Desvalls, los herederos del noble barcelon¨¦s acabaron cedi¨¦ndolo al Ayuntamiento de Barcelona en 1967, que lo reabri¨® al p¨²blico cuatro a?os m¨¢s tarde. Concebido como un jard¨ªn neocl¨¢sico de corte italiano, se finaliz¨® en el siglo XIX como jard¨ªn rom¨¢ntico. Esa dualidad de estilos se siente al recorrer sin prisa alguna los 750 metros de tupidos setos mientras se busca la salida, en la que nos toparemos con una representaci¨®n del desafortunado mito de Eco y Narciso, alegor¨ªa de la fragilidad del amor.??

Aunque el laberino es la pieza central del parque ¡ªen su interior se rod¨® una escena de la pel¨ªcula El Perfume (2006), basada en la novela hom¨®nima de Patrick S¨¹skind¡ª, merece la pena dedicarle un tranquilo paseo para descubrir otras maravillas. Como los templetes de columnas toscanas, el canal rom¨¢ntico, originalmente navegable, el pabell¨®n dedicado a las musas e incluso un falso cementerio, parada obligada para cualquier rom¨¢ntico.?

Acceder al parque es gratis, con horario de 10.00 a 20.00, y la entrada al laberinto cuesta 2,23 euros, con un precio reducido para menores de 14 a?os, personas con discapacidad y poseedores del Carnet Jove. Los mi¨¦rcoles y los domingos, la entrada es gratuita. Y todos los d¨ªas para los vecinos del distrito de Horta.