Los aromas del Camino de Santiago
El olor a salitre en el Camino del Norte o el del vino en el Franc¨¦s. Ser peregrino es una aventura fugaz que el olfato convierte en recuerdo duradero
El olor est¨¢ presente en cada paso que da el peregrino. La nariz es testigo del viaje y traductora de agradables (o no tanto) efluvios. Las fosas nasales, tras una etapa de 20 kil¨®metros, convierten por ejemplo un humeante plato de comida en un premio, en un retorno a la infancia y en una prueba de la hospitalidad que existe a lo largo del Camino de Santiago. Est¨¢ por ver qu¨¦ no consiguen unos garbanzos con congrio, una sopa de ajos y un trago de vino.
Quienes padecen el virus del Camino, ni el dolor ni el cansancio les frena a la hora de echarse a andar. El Camino se sabe d¨®nde acaba, pero no d¨®nde empieza ni cu¨¢ndo dieron comienzo las peregrinaciones. ?En el siglo IX? ?En el X? Una vez se consolidaron las monarqu¨ªas cristianas, los peregrinos se pusieron a caminar hasta Santiago. No fue solo una peregrinaci¨®n religiosa; pol¨ªtica y socialmente tambi¨¦n fue muy importante. La idea era unir el norte cristiano peninsular con el resto de Europa y traer presencia cristiana en aquella Espa?a musulmana reci¨¦n reconquistada. Para ello se incentiv¨® a los caminantes con infraestructuras y atenciones gratuitas, adem¨¢s de beneficios como perdones e indulgencias. Facilidades que animaron a la gente a ir hasta Santiago, los m¨¢s beatos, y hasta Fisterra, los m¨¢s temerarios.
Cerca de ese recodo en el que se cre¨ªa que acababa la Tierra vive Ant¨®n Pombo. Un caminante que ha hecho de su pasi¨®n su oficio. Autor de varios libros sobre el Camino ¡ªcomo 101 lugares del Camino de Santiago sorprendentes (Anaya Touring)¡ª, en la biblioteca de olores camineros comunes Pombo, adem¨¢s del universal y variado sudor, a?ade las cremas, vaselinas y otros potingues que se aplican los peregrinos para aliviar las articulaciones y evitar rozaduras y picaduras. ¡°En este campo hay olores m¨¢s agradables, como es el alcohol de romero¡±, asegura.
Las fragancias de tres rutas
El rastro que deja el Reflex, un analg¨¦sico en formato espray, hay que sumarlo al de los excrementos de los animales; al de la hierba h¨²meda, cortada y envuelta en pl¨¢sticos a modo de rulos para convertirse en invierno en la comida del ganado, y al de la actividad industrial, sobre todo en el Camino del Norte.
El Camino del Norte, el Franc¨¦s y la V¨ªa de la Plata son los tres grandes itinerarios hist¨®ricos jacobeos. El norte?o discurre junto al Cant¨¢brico y pasa por las principales ciudades costeras del Pa¨ªs Vasco, Cantabria y Asturias. El salitre es el aroma que impregna esta ruta que es casi toda costa, entre el mar y la monta?a. De las lonjas de Hondarribia, Castro Urdiales y Ribadesella emana un intenso olor a pescado fresco; la r¨ªa que separa Laredo y Santo?a huele a las anchoas que se conservan con su sal y aceite de oliva. Las de la conservera La Machina, en Santo?a, son tan ricas como desconocidas para muchos visitantes. Raro es no salir de all¨ª con un bote de cristal, una pandereta o un estuche de anchoas para degustar durante el camino. Fragancias marinas que se suman a la de los pastos verdes h¨²medos y a la de la leche manipulada en granjas y queser¨ªas diseminadas por la cordillera Cant¨¢brica.
El l¨¢cteo es el leitmotiv que se repite en el Pirineo navarro, por donde pasa el Camino Franc¨¦s. Una ruta ligada al vino que se almacena en las bodegas navarras, riojanas o bercianas, a las puertas de Galicia, lugares en los que huele a fermento. Antes hay que cruzar Tierra de Campos, una planicie en la que el cereal se ha hecho fuerte y que no pasa inadvertida. ¡°Los que tienen alergias conocen muy bien los problemas que este lugar les provoca¡±, dice Pombo. En Castilla y Le¨®n el asado juega en casa, pero los peregrinos suelen decantarse por platos econ¨®micos, como la sopa de ajos. Si el bolsillo lo permite y uno no se resiste al aroma del lechazo churro as¨¢ndose, un sitio para darse un atrac¨®n es el Mes¨®n de Villalc¨¢zar de Sirga, a seis kil¨®metros de Carri¨®n de los Condes (Palencia), donde tambi¨¦n sirven una deliciosa morcilla de elaboraci¨®n propia.
De lo que no se priva casi ning¨²n peregrino que recorre la V¨ªa de la Plata a su paso por Extremadura es de una torta del Casar. En C¨¢ceres se puede comprar en la tienda El Siglo (calle de Moret, 1); venden este untuoso queso de oveja hecho por gente del pueblo de Casar de C¨¢ceres, villa donde en sus calles se disfruta del olor que desprende mientras lo preparan. Su fuerte aroma zarandea al caminante que viene del sur, donde huele a azahar, jara, romero y tomillo. Esa agradable fragancia mediterr¨¢nea desaparece al pasar por la dehesa extreme?a y salmantina, por la que campan el cerdo ib¨¦rico y los toros, que exhalan un olor tan fuerte y agarrado como los restos de campo que se hacen costra en sus pieles sin acicalar.
Menos miedo que esos toros provoca el m¨ªtico V¨¢kner. Un drag¨®n o un lobo al que ni se le ve, ni se le oye, ni se le huele. Lo que no impide que en torno a su ficci¨®n gire el proyecto cultural y tur¨ªstico Terras do V¨¢kner, en el municipio de Dumbr¨ªa, en el ramal medieval que comunica Santiago con Fisterra. Un final de la Tierra en el que se puede ver la puesta de sol desde un faro, darse un ba?o en la playa de Langosteira y disfrutar de una mariscada en el puerto. Aunque no hay por qu¨¦ esperar a ver el Atl¨¢ntico para comerse una raci¨®n de pulpo, pues ya se prepara a las puertas de las pulpeiras del interior de Galicia. Un olor que hace protestar al est¨®mago y que se puede gozar m¨¢s veces que ver volar el botafumeiro esparciendo incienso en la catedral de Santiago. Los olores del Camino son de denominaci¨®n de origen.
Pistas para el descanso del caminante
Desde el 1 de julio est¨¢n abiertos los albergues p¨²blicos del Camino, los privados lo hicieron antes. Es aconsejable consultar con los alojamientos debido a la situaci¨®n de excepcionalidad por la covid, pues se ha reducido la disponibilidad de camas para asegurar el distanciamiento y algunos tienen zonas comunes cerradas. Y con el fin de dar garant¨ªas a los peregrinos, la red p¨²blica de albergues tambi¨¦n habilitar¨¢ un sistema online de reservas. Aqu¨ª, tres opciones a tener en cuenta.
La Huella del Camino. Hostal de 20 plazas (ahora abierto al 50% de su capacidad) en Comillas, por donde pasa el Camino del Norte. Ideal para disfrutar del pueblo c¨¢ntabro y el cercano Capricho de Gaud¨ª (942 17 25 71).
Albergue de peregrinos de Roncesvalles. Por su situaci¨®n geogr¨¢fica, es un excelente sitio en el que descansar en el Camino Franc¨¦s. Actualmente su aforo est¨¢ reducido al 50%.
Albergue Rural V¨ªa de la Plata de Casar de C¨¢ceres. Es un buen refugio en el que, antes de dormir, darse una vuelta por el pueblo y comprar una deliciosa torta del Casar (661 17 84 30).
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