Delta del Ebro, horizontes rebosantes de vida
Del faro del Fangar a la Punta de la Banya, descubriendo uno de los grandes humedales europeos. Un para¨ªso natural para las aves y un oasis de tranquilidad para los viajeros al sur de Tarragona
La brisa empuja suavemente la bicicleta en el ¨²ltimo tramo del Camino de Sirga, el sendero que cruza el delta del Ebro siguiendo el curso del r¨ªo hasta la desem?bocadura. Son 30 kil¨®metros de ruta se?alizada que a su paso muestran infinitos campos de arroz, bosques de ribera, juncos y ca?as, y una gran variedad de aves acu¨¢ticas que en esta ¨¦poca del a?o sorprenden a cada momento con su elegante vuelo y sus bailes sobre el agua. Y al final del camino, la playa de Migjorn, punto estrat¨¦gico para contemplar desde su mirador la isla de Buda y la laguna de La Alfacada. Tambi¨¦n es un lugar perfecto para detenerse a tomar un ba?o o andar por la orilla tantos kil¨®metros como se desee.
El delta del Ebro es uno de los mayores humedales del Mediterr¨¢neo, con 320 kil¨®metros cuadrados cuajados de vida y espl¨¦ndidos paisajes que la mano del hombre ha sabido cincelar y aprovechar para transformarlo en un h¨¢bitat amable. Este territorio es punto de bienvenida para numerosas especies de aves ¡ªse cuentan m¨¢s de 300¡ª, muchas de las cuales hacen estad¨ªa durante todo el verano. Una naturaleza acogedora que permite ser disfrutada lentamente, sin tumultos, a ritmo de bicicleta y de paseos, de buena comida y largas siestas, de contemplaci¨®n curiosa y veladas para deleitarse con el cielo estrellado y limpio de impurezas. Y es que el delta es tan llano que todo parece asequible, incluso el cielo.
Las dunas y el viento intenso hacen las delicias de los aficionados al kitesurf en la playa de Riumar
El Ebro divide en dos mitades este universo de arrozales, id¨¦nticas y muy distintas a la vez. Mientras que la zona norte, delimitada por la bah¨ªa del Fangar, ofrece inmensas playas de dunas, la del sur se caracteriza por albergar las dos lagunas mayores, la de la Encanyissada y La Tancada. La mejor manera de recorrerlas es alquilar una bicicleta y salir a primera hora de la ma?ana para acometer la ruta de unos 26 kil¨®metros que bordea este para¨ªso de agua y aves, y que ofrece diversos miradores en los que detenerse para contemplar grupos de flamencos tomando el sol y levantando el vuelo al o¨ªr el m¨¢s leve ruido.
El pedaleo despierta el apetito y es un acierto. La gastronom¨ªa es uno de los grandes placeres que ofrece el delta. Ante un arroz hecho al punto, de sabor equilibrado, uno no puede m¨¢s que rendirse y disfrutar. La econom¨ªa deltaica es b¨¢sicamente agr¨ªcola, y el arroz se impone como el cultivo m¨¢s extenso, seguido por la huerta y la pesca. Y esos tres sectores son la base de una oferta gastron¨®mica riqu¨ªsima que se puede degustar en muchos restaurantes y casas de comida de probada solvencia. A los arroces con pato, marisco, verduras, cangrejo¡ se a?aden los tradicionales guisos de anguila ¡ªen salsa o curada¡ª; los mejillones a la marinera, fant¨¢sticos en verano; las ostras, las ortigas rebozadas¡ Y unos postres de ra¨ªces ¨¢rabes entre los que destacan los pastissets cl¨¢sicos de cabello de ¨¢ngel, que actualmente se versionan con numerosos rellenos; el menjar blanc, elaborado con harina de arroz, leche y canela, y un gran abanico de cocs, bizcochos con sabores muy diversos, todos ellos artesanos. La tradici¨®n de elaborar dulces caseros se ha mantenido desde siempre en los restaurantes, as¨ª que conviene dejar un hueco para ellos.
El delta del Ebro es uno de los mayores humedales del Mediterr¨¢neo, con 320 kil¨®metros cuadrados
Cerca de estas dos grandes masas de agua dulce se halla Poblenou del Delta, un peque?o pueblo de casas blancas y altas palmeras con la mayor densidad de restaurantes por calle de la zona. A los establecimientos de toda la vida, con una carta cl¨¢sica de especialidades deltaicas y arroces como Cal Faiges? o Can Paquita (Ronda dels Pins, 5; 977 74 14 52), se han sumado otras propuestas m¨¢s contempor¨¢neas como Poblet i Marieta (Ronda dels Pins, 19; 623 04 27 79), Lo Pati d¡¯Agust¨ª? y tambi¨¦n el restaurante del hotel L¡¯Algadir del Delta (Ronda dels Pins 27-29; 977 74 45 59), que se califica como bike friendly y ofrece a sus clientes aficionados al cicloturismo todas las facilidades.
Atardeceres salinos
Los estragos que dej¨® el temporal Gloria el pasado mes de enero se evidencian en un paseo por el litoral deltaico. La Barra del Trabucador fue una de las zonas m¨¢s da?adas y todav¨ªa se trabaja para recuperar esta franja de arena que conduce hasta la Punta de la Banya, donde se halla una importante explotaci¨®n de sal. El Trabucador es uno de los lugares m¨¢s ic¨®nicos del delta, sobre todo al atardecer, cuando el sol se oculta detr¨¢s del Montsianell y los ¨²ltimos rayos se reflejan en el agua de la bah¨ªa dels Alfacs. Otros puntos que sufrieron la embestida del Gloria fueron la playa de La Marquesa, donde comienza la muy recomendable excursi¨®n hasta el faro de la Punta del Fangar en la parte norte del delta, en pleno parque natural. Son unos seis kil¨®metros de ida y vuelta contemplando el vuelo de las aves marinas y una bella aunque menguante zona dunar. Migjorn ser¨ªa el tercero de los lugares damnificados; el brazo de r¨ªo que dibuja la isla de Buda desemboca en esta playa. La cercana ¨ªnsula y sus lagunas de agua dulce tambi¨¦n forman parte de esta terna de lugares que necesitan de una r¨¢pida intervenci¨®n antes de que aparezca un nuevo Gloria.
Aun as¨ª, las playas del delta conservan sus principales cualidades: kil¨®metros de arena con una baja densidad de visitantes, lo que permite tener la absoluta sensaci¨®n de intimidad. Perfectas para dar largos paseos por la arena, sentarse bajo la sombrilla a disfrutar de una buena lectura o tumbarse al sol sin apenas o¨ªr ning¨²n ruido, contin¨²an siendo amplias, salvajes y solitarias. En el hemidelta derecho (o sur), adem¨¢s de Migjorn, se hallan los arenales de Aluet, Eucaliptus, Serrallo y La Platjola; en el izquierdo (norte) destacan la playa de Riumar, la ya citada de La Marquesa y la de Fangar, con altas dunas y viento intenso que hace las delicias de los aficionados al kitesurf.
Al delta del Ebro hay que conocerlo por tierra y por agua. Existen numerosas empresas que organizan rutas como Riu a l¡¯Ebre. No hay mejor sensaci¨®n que dejarse llevar r¨ªo abajo por la corriente, con la brisa empujando el kayak mientras se contempla la vida que surge en las orillas¡±, comenta Mar¨ªa Jos¨¦ Verg¨¦s, que junto con Joan Franch son el alma mater de la compa?¨ªa. Una vez llegados a la desembocadura, la bicicleta espera para regresar por intrincados caminos hasta la poblaci¨®n de Deltebre. Otra opci¨®n es navegar en kayak por la bah¨ªa del Fangar para llegar hasta las mejilloneras (miradorbadia.com), donde se realiza una degustaci¨®n de este marisco cultivado en las c¨¢lidas aguas mediterr¨¢neas acompa?ado de una copa de cava. O surcar el mar a bordo de la Skipper Black la lancha que pilota Elisabet Casanova y que ofrece una amplia variedad de rutas para recorrer el acu¨¢tico entorno, as¨ª como actividades de pesca e itinerarios a la carta. La bah¨ªa dels Alfacs no se queda atr¨¢s en propuestas l¨²dicas y gastron¨®micas. Musclarium ? ofrece degustaci¨®n de ostras y mejillones en un espacio fant¨¢stico. Eso s¨ª, es recomendable acudir al caer la tarde para contemplar la puesta de sol desde la mejillonera. Las lanchas parten desde la poblaci¨®n de Sant Carles de la R¨¤pita, as¨ª que una buena opci¨®n es quedarse a cenar en este antiguo pueblo de pescadores despu¨¦s de la experiencia en alta mar. En La R¨¤pita hay much¨ªsimos restaurantes con una oferta exquisita de pescado y marisco fresco, as¨ª como un agradable paseo mar¨ªtimo perfecto para caminar un rato despu¨¦s de la cena.
En el otro extremo, al norte del delta, se halla otra importante poblaci¨®n tur¨ªstica, L¡¯Ampolla, tambi¨¦n de esencia marinera. Y aunque esta se ba?a en las aguas de la bah¨ªa del Fangar, posee, al igual que La R¨¤pita, un paseo mar¨ªtimo en el que se alinean buenos restaurantes con terrazas que miran al Mediterr¨¢neo, as¨ª como un abanico de peque?os y rocosos arenales de aguas transparentes que crean adicci¨®n. Entre ellos destacan las calas Maria y L¡¯Ascaret, y un poco m¨¢s al norte, en la zona de Cap Roig, la cala Perales, donde se halla el restaurante hom¨®nimo (perales.cat), que abri¨® hace 40 a?os y sigue siendo un referente por sus deliciosos arroces.
Universo azul y verde
El delta tambi¨¦n hay que conocerlo por aire, contemplando desde el cielo su caracter¨ªstica figura, con sus brazos extendidos y su acu¨¢tica espina dorsal. Para ello se puede elegir entre un globo aerost¨¢tico que durante poco m¨¢s de una hora se eleva lenta y sutilmente hacia lo alto, mientras a nuestros pies se va dibujando la perspectiva a¨¦rea del universo verde y azul que configura el delta, o un paramotor, emulando, gracias a la empresa Cebolla Voladora, a la amplia poblaci¨®n de aves deltaicas.
Para tener una visi¨®n m¨¢s cient¨ªfica, pero muy amena, del delta del Ebro disponemos de dos visitas ineludibles. Una de ellas pasa por M¨®nNatura Delta el centro de interpretaci¨®n de este maravilloso entorno, que cada mes de septiembre organiza el Delta Birding, uno de los encuentros de ornitolog¨ªa m¨¢s importantes de Espa?a (aunque la edici¨®n de este a?o ha sido cancelada a causa de la pandemia de la covid-19). La segunda visita es al Ecomuseo del Parque Natural del Delta del Ebro, ubicado en la poblaci¨®n de Deltebre (Doctor Mart¨ª Buera, 22), que hace un recorrido por la flora y fauna del territorio y explica el proceso de su formaci¨®n. Una vez conocida la teor¨ªa, se puede visitar in situ un arrozal para experimentar qu¨¦ se siente al poner los pies en el barro h¨²medo y suave, mientras aprendemos c¨®mo se tira un rall, una forma ancestral de pesca que a¨²n utilizan los mayores del delta. Para ello hay que realizar un ecosafari cultural con Delta Polet, empresa familiar en la que los dos Josep Bertomeu, padre e hijo, ense?an las tradiciones m¨¢s arraigadas de la zona y una forma de ver la vida que venera a los ancestros y respeta el entorno. Los secretos del cultivo del arroz se desvelan en el centro La Torra de Camarles (avenida de la Torre, s/n; 977 47 00 40) , inaugurado en 2016 y cuyas visitas guiadas de la mano de Elies Ru¨¦ son excepcionales y nos dan una clara idea de c¨®mo ha evolucionado este territorio en los ¨²ltimos cien a?os.
Despu¨¦s no queda m¨¢s que maravillarse ante las luces del delta, su orograf¨ªa plana, su personalidad acu¨¢tica y su sol mediterr¨¢neo, que procuran unos amaneceres y atardeceres dif¨ªciles de olvidar. Ingredientes para una escapada en la que valores como la desconexi¨®n, la autenticidad y el contacto con el entorno cobran verdaderamente sentido.
En clave ecol¨®gica
La apuesta por un modelo de turismo sostenible se extiende cada vez m¨¢s en el delta, una tierra fr¨¢gil y cambiante que as¨ª lo demanda. Alojamientos rurales, peque?os hoteles y restaurantes ofrecen estancias ligadas a actividades como las de Delta Polet, que combinan la bicicleta y el kayak; excursiones en bicicleta el¨¦ctrica y gastronom¨ªa con ingredientes kil¨®metro cero. Deltaic Eco, Hostal Cling 43, Hotel L'Algadir, Delta Hotel, Hotel Rull o Cases del Delta son alojamientos acreditados con la Carta Europea de Turismo Sostenible que otorga la organizaci¨®n internacional Europac, cuyos programas promueven, a grandes rasgos, el reconocimiento del espacio natural como herencia de futuro y el desarrollo del turismo sostenible teniendo en cuenta el medio ambiente, las necesidades de los visitantes y las de la poblaci¨®n local.
Otra buena propuesta es conocer e incluso alojarse en una barraca tradicional, antigua construcci¨®n que los payeses habitaban durante la temporada del arroz, de abril a finales de septiembre. Construidas con ca?as, barro y carrizo, desde la d¨¦cada de 1990 se han ido recuperando y actualmente funcionan como una atractiva alternativa al turismo convencional. En general se hallan ubicadas en entornos 100% naturales y, como se suele afirmar, poseen las virtudes de las cosas que han sobrevivido generaciones, un aislamiento excepcional y un gran encanto. De esta nueva generaci¨®n de barracas destacan las de Salvador la Barraca Vilbor (casadeldelta.com). En el centro de interpretaci¨®n de las barracas ubicado en el pueblo de Sant Jaume d'Enveja (santjaumeturisme.com) se muestra la g¨¦nesis y desarrollo de estas caracter¨ªsticas construcciones centenarias con maquetas y fotos hist¨®ricas.
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