El Cairo, la ciudad de las maravillas
M¨¢s all¨¢ de sus pir¨¢mides, la capital de Egipto se presenta como una urbe bulliciosa y viva, con callejones llenos de historia, fabulosas mezquitas y caf¨¦s donde se fuma la 'sisha'
La vida fren¨¦tica de 19,5 millones de personas se abre paso en la dilatada historia de El Cairo. M¨¢s all¨¢ de las pir¨¢mides y otras joyas del Egipto fara¨®nico, conviene dedicar al menos un d¨ªa a pasear sin rumbo por las callejuelas, zocos y mezquitas de la ciudad, una forma de completar el retrato parcial que ofrecen las enlatadas rutas tur¨ªsticas.
Pero para emprender esta aventura por la trepidante megal¨®polis conviene conocer sus reglas. Encontrar a un cairota que no regatee o pida propina es casi tan dif¨ªcil como moverse en transporte p¨²blico. Y cruzar el tr¨¢fico an¨¢rquico de sus calles, toda una odisea.
9.00?Los or¨ªgenes isl¨¢micos
El Cairo es conocida como la ciudad de los mil minaretes. Para comprender el peso de la arquitectura isl¨¢mica en la historia y el urbanismo de la urbe, hay que visitar la mezquita de Ibn Tulun (1), del siglo IX, la m¨¢s antigua que ha sobrevivido en su forma original. El patio, la fuente de abluciones y el minarete muestran una potente, aunque sobria, impronta oriental. Ibn Tulun est¨¢ ubicada en el coraz¨®n de El Cairo isl¨¢mico, fundado en el a?o 969 por los califas fatim¨ªes y declarado patrimonio mundial por la Unesco.
10.00 El esplendor del sult¨¢n
Desde Ibn Tulun se llega a pie en pocos minutos a la mezquita-madrasa del Sult¨¢n Has¨¢n (2) y el templo aleda?o de Al Rifa¡¯i (3). La madrasa de Has¨¢n, concluida en 1363, es un sobresaliente ejemplo de arquitectura mameluca. Al entrar, un angosto y oscuro pasillo conduce hasta el luminoso patio, con cuatro iwanes ¡ªporches¡ª para rezar. Estucos y m¨¢rmoles adornan la mezquita de Al?Rifa¡¯i, del siglo XIX, donde est¨¢n enterrados varios miembros de la familia real, entre ellos Faruq, el ¨²ltimo monarca de Egipto hasta su derrocamiento en 1953 por Gamal Abdel Nasser.
11.30 Una calle y dos monumentos
Cada decr¨¦pito callej¨®n oculta un pasado glorioso, hoy cubierto por una p¨¢tina de decadencia. La calle Bab El?Wazir es un buen ejemplo. Las antiguas casas de color terrizo y elaboradas celos¨ªas de madera sobreviven a duras penas. En ella destacan dos monumentos: Aqsunqur (4), la mezquita Azul, construida por los mamelucos en 1347 ¡ªojo a la piedra del escal¨®n de la entrada, con jerogl¨ªficos egipcios¡ª, y la impresionante c¨²pula con lucernarios de cristal rosa del complejo funerario de Amir Khayrbak (5), de 1502.
12.30?En la atalaya de la ciudad
La Ciudadela de Saladino (6) lleva casi nueve siglos dominando la capital egipcia desde las colinas Muzzattam. Palacios, establos, jardines, murallas almenadas componen este enorme complejo defensivo. La mezquita de Alabastro, del siglo XIX, es uno de los grandes monumentos del recinto, gracias a sus colosales c¨²pulas, de las que cuelgan enormes l¨¢mparas de ara?a. A los pies de la ciudadela se extiende la Ciudad de los Muertos, donde los vivos han convertido en su hogar los mausoleos de un antiguo cementerio.
14.00?El falafel de Felfela
Para ir desde la ciudadela al downtown, El Cairo moderno, donde est¨¢n los restaurantes, lo mejor es tomar un taxi (hay que regatear y cerrar el precio de antemano) o utilizar los servicios de Uber o Careem, las dos empresas de VTC que operan en la ciudad. A dos pasos de la c¨¦ntrica plaza Talaat Harb est¨¢ el popular restaurante Felfela (7) (15, Hoda Shaarawy; felfelaegypt.com), una buena opci¨®n para iniciarse en la gastronom¨ªa egipcia a precios razonables. Hay que probar el falafel (una especie de croqueta), el hummus de garbanzos, el baba ghanoush (crema de berenjenas con ajo) o la kufta (salchicha) de cordero. Tras la comida, conviene acercarse a la cercana plaza Tahrir?(8), escenario de protestas y manifestaciones, y al emblem¨¢tico Caf¨¦ Riche (9) (17, Tal¡¯at Harb), inaugurado en 1908, donde el escritor y premio Nobel Naguib Mahfuz (1911-2006) celebraba sus famosas tertulias literarias de los viernes.
16.30?La gran mezquita
En el entorno del bullicioso bazar Jan El?Jalili se levanta la mezquita de Al?Azhar (10), construida en ¨¦poca fatim¨ª (siglo X). Sus m¨¢s de 7.000 metros cuadrados albergan una universidad considerada la instituci¨®n teol¨®gica m¨¢s importante del islam sun¨ª. Justo enfrente, al otro lado de la avenida Al?Azhar, est¨¢ la mezquita de Hussein (11), de 1154, uno de los grandes lugares de peregrinaci¨®n para los chi¨ªes, que veneran all¨ª la cabeza de Hussein Ibn Ali, nieto de Mahoma.
18.00?El arte del regateo
El bazar de Jan El?Jalili (12) no cierra nunca. Tejidos, perfumes, antig¨¹edades y joyas se mezclan con vulgares souvenirs en los miles de tiendas que componen este zoco centenario. Comprar es inevitable, y regatear, obligatorio. Cerca de Al Hussein, en el pasaje Midaq, se ambienta la novela El callej¨®n de los milagros, de Naguib Mahfuz, quien sol¨ªa sentarse a escribir en el caf¨¦ El Fishawi (13), famoso por sus grandes espejos ovales, donde hoy cairotas y turistas se juntan al atardecer para beber t¨¦ con menta o fumar una shisha (narguile) de manzana. Tampoco hay que perderse la v¨ªa Al?Muizz y su exuberante conjunto de edificios isl¨¢micos medievales.
20.30 A por las pizzas egipcias
El tiempo vuela en Jan El?Jalili. En sus inmediaciones, Fatatry elhosein (Egyptian Pancake House) (14) (Midan Hussein, s/n) presenta una buena opci¨®n para la cena: la deliciosa y contundente fetir, una suerte de pizza egipcia que puede ser dulce ¡ªcon miel y queso fresco¡ª o salada ¡ªde at¨²n o pollo, entre otros sabores¡ª. A estas alturas, sentado a una de esas mesas callejeras, ya habr¨¢ tenido una revelaci¨®n: el caos puede ser bello.
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