Bonn, en la ciudad natal de Beethoven
La casa museo del genio, nacido hace 250 a?os, la milla de los museos junto al Rin y una tarde de desconexi¨®n entre las monta?as del entorno natural de Siebengebirge
Alas doce de la noche, la Princesa torn¨® a ser Cenicienta. La medianoche del 20 de junio de 1991, la que hab¨ªa sido capital ¡°provisional¡± de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) desde 1949 devolvi¨® el testigo a Berl¨ªn. Pero se qued¨® con algunos centros oficiales y el t¨ªtulo de Bundesstadt, ciudad federal. Y aunque perdi¨® protagonismo, no es que volviera a la grisalla. Bonn tiene una historia larga que empieza con las legiones romanas de Druso fijando all¨ª sus cuarteles para controlar el valle del Rin. Y ha vuelto a plena actualidad este 2020 por el 250? aniversario de su hijo m¨¢s ilustre, Ludwig van Beethoven. Aunque las bombas de la II?Guerra Mundial destruyeron el 80% de sus edificios, los m¨¢s importantes escenarios de la ¨¦poca del m¨²sico se conservan. Roza los 300.000 vecinos, pero su casco hist¨®rico se puede recorrer a pie. Y tiene metro (y tranv¨ªas) para llegar a los barrios y zonas verdes que arropan su n¨²cleo. Sale a cuenta hacerse con la tarjeta de transporte WelcomeCard Bonn (24 horas, 10 euros; 19 euros la familiar) o practicar hop-on hop-off en las l¨ªneas azul o roja del City Tour.
9.00?Por el paseo de la fama
El coraz¨®n de Bonn es su plaza mayor o Markt (1), que ofrece cada ma?ana un mercado callejero: puestos de hortalizas y fruta, pan, quesos, embutidos y flores. Tambi¨¦n food trucks de comida r¨¢pida o ¨¦tnica. La preside el Ayuntamiento, de armoniosas l¨ªneas cl¨¢sicas; a sus pies, el restaurante Em H?ttche (Markt, 4) brinda a los turistas el aspecto que ten¨ªa cuando Beethoven lo frecuentaba. La?casa natal del genio?queda a un paso, en la Bonngasse, que sale de la plaza. Y a escasos metros, la taberna Im Stiefel (2) (Bonngasse, 30) asoma a sus ventanas los bustos de Beethoven y su padre, pues era all¨ª donde el progenitor acud¨ªa con frecuencia. Esa calle breve es conocida como el paseo de la fama, porque en el suelo se iluminan las efigies de vecinos ilustres. Como el matrimonio de m¨²sicos formado por Clara y Robert Schumann, cuya tumba est¨¢ en el vecino Alter Friedhof (3) (Bornheimer Str), el cementerio viejo, donde tambi¨¦n reposa la madre de Beethoven. Enfrente, el Collegium Leoninum (4) (Noeggerathstrasse, 34), un enorme seminario de tiempos de Le¨®n XIII, combina el uso de hotel elegante y residencia de mayores.
11.00?Oasis universitario
A pocas manzanas, la Sterntor (5) es una puerta medieval con arranques romanos, rodeada de calles de ajetreo comercial. Cualquiera de ellas nos puede llevar a la M¨¹nsterplatz (6), la plaza de la catedral, donde la estatua m¨¢s veterana de Beethoven (se erigi¨® 18 a?os despu¨¦s de su muerte en 1827) fija su mirada en la mole de la catedral. Esta se levant¨® en el siglo XII y es buen ejemplo de rom¨¢nico renano. Apenas unos pasos bastan para llegar al oasis verde de la universidad, en la Residenz (7) o palacio de los Pr¨ªncipes Electores de Colonia, quemado y surgido de sus cenizas un mont¨®n de veces. M¨¢s del 10% de la poblaci¨®n de Bonn son estudiantes. Se les puede ver jugar en la enorme explanada del Hofgarten, en cuyo extremo est¨¢n el Akademische Museum, de escultura cl¨¢sica; la vanguardista biblioteca universitaria y el Collegium Albertinum, donde preparaba sus clases el te¨®logo Ratzinger (el papa Benedicto XVI), a cuatro zancadas de su aula en la Residencia. Pegados a esta se encuentran la Puerta de Coblenza y el Museo Egipcio (8) (Regina-Pacis-Weg, 7), orillando un jard¨ªn municipal que lleva a Alter Zoll (9), la vieja aduana: una espl¨¦ndida terraza sobre el Rin donde anta?o se encontraba el fielato para los barcos que surcaban el r¨ªo. Al pie de este balc¨®n panor¨¢mico sigue el embarcadero, de donde parten (o hacen escala) barcos tur¨ªsticos hacia Coblenza, aguas arriba, o hacia Colonia y D¨¹sseldorf, aguas abajo, en trayectos de unas horas¡ o varios d¨ªas.
12.00?El barrio diplom¨¢tico
Desde Alter Zoll corre paralela al r¨ªo la avenida Adenauerallee, eje de la llamada?Museumsmeile, la milla de los museos, conectada con las l¨ªneas 16, 63 y 67 de metro. El primer museo que sale al paso es la Casa de la Historia (10), centrada en la Alemania posterior a 1945. M¨¢s adelante, el?Kunstmuseum?y la Bundeskunsthalle (11), pabell¨®n expositivo, forman un conjunto vanguardista tanto por su arquitectura como por el entorno verde que generan; el primero se centra en expresionistas alemanes, como August Macke (tiene su casa-museo en el casco hist¨®rico). Tambi¨¦n se llama a esta orilla izquierda del Rin el barrio diplom¨¢tico, ya que en ella est¨¢n Villa Hammerschmidt (12) (Kaiser-Friedrich Str, 16), antigua sede presidencial, y otros edificios oficiales (algunos se visitan). Para comer o reponer fuerzas, se puede acudir al restaurante de la Bundeskunsthalle o aventurarse hasta la cercana Post Tower (13) y gozar de la gastronom¨ªa y vistas del Konrads en el piso 17.
15.00?Vistas al valle del Rin
La orilla izquierda del r¨ªo desemboca en Bad Godesberg (14), que es ahora como un barrio de Bonn, pero fue ciudad balnearia importante y ha conservado algo del esplendor pasado. La orilla derecha, en cambio, es el vasto espacio natural de Siebengebirge (15) (¡°las siete monta?as¡±, aunque son muchas m¨¢s). En la llamada Drachenfels (pe?a del drag¨®n) hay un castillo y un tren cremallera para subir. En Petersberg (16) fundaron unos monjes del siglo XII un monasterio que en el XIX fue desplazado por un hotel se?orial, que sigue siendo alojamiento de hu¨¦spedes oficiales y por el que han pasado todos los pol¨ªticos e intrigas imaginables del siglo XX. Est¨¢ abierto al p¨²blico de a pie, sus salones acogen bodas de post¨ªn y sus terrazas son un fabuloso mirador sobre el rom¨¢ntico valle del Rin.
19.00???pera o dance?
En la patria chica de Beethoven es normal que el ocio nocturno est¨¦ embargado por la m¨²sica. La??pera (17) (Am Boeselagerhof, 1), junto al Rin, es un edificio funcional con buena programaci¨®n. Poco m¨¢s adelante, tambi¨¦n asomado al r¨ªo, est¨¢ el hist¨®rico Beethovenhalle (18) (Wachsbleiche, 16), sumido en una reforma que llevar¨¢ a?os. Ritmos m¨¢s moviditos, incluidos rock, pop o dance, esperan en ?Jazz-Galerie (19) o en la discoteca Die Falle (20) (Belderberg, 15). Y un ambiente relajado y posibilidad de cenar en la terraza del Skybar (21), siempre con el rom¨¢ntico Rin de c¨®mplice.
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