Imponente Einsiedeln
Lugar de peregrinaci¨®n desde hace cientos de a?os, en la ciudad suiza aguardan una bella abad¨ªa barroca y un paisaje alpino de lagos y cumbres
Einsiedeln es, desde la Edad Media, la ciudad suiza m¨¢s ligada al mundo de las peregrinaciones; un hermoso lugar ubicado en un valle prealpino, al sur del lago de Z¨²rich y a menos de una hora en tren desde dicha ciudad. Ese t¨ªtulo, el de capital peregrina, obedece a dos motivos: se trata del mayor centro de atracci¨®n mariana del pa¨ªs y se considera un punto clave en el inicio del peregrinaje a Santiago de Compostela desde territorio helv¨¦tico.
Es una poblaci¨®n relativamente peque?a, perteneciente al cant¨®n de Schwyz, rodeada de un imponente paisaje a la vera del profundo y azul lago del Sihl y al norte de las monta?as de Suiza Central. Es famosa por su gran abad¨ªa barroca, donde se venera a la Virgen Negra, ante cuya imagen acuden cada a?o, desde la antig¨¹edad, cientos de miles de viajeros llegados de toda la Confederaci¨®n, del sur de Alemania, de Austria y hasta de Polonia.
Todo el entorno de Einsiedeln fue hasta el siglo X un bosque denso en el que se internaban los eremitas para llevar una vida de meditaci¨®n. El m¨¢s famoso fue san Meinrad, monje formado en la abad¨ªa de Reichenau, cercana a Constanza, quien se retir¨® a lo m¨¢s profundo de la foresta, en la que acab¨® asesinado por dos ladrones en el a?o 861. En 934, en el mismo punto donde muri¨®, un cl¨¦rigo llegado de Estrasburgo, Eberhard, fund¨® un monasterio, agrupando a los ermita?os de aquellas soledades bajo la regla benedictina. La abad¨ªa fue engrandecida por diversos mandatarios y su responsable lleg¨® a ostentar el t¨ªtulo de pr¨ªncipe del Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico.
Aquel cenobio sufrir¨ªa diversos avatares a lo largo de los a?os. Padeci¨® la inestabilidad de los d¨ªas de la Reforma Protestante, y en el final del siglo ?XVIII, con la invasi¨®n francesa, fue ocupado y saqueado por las tropas revolucionarias. Aun as¨ª, resisti¨® a los embates de la historia; en torno a ¨¦l creci¨® un poblado integrado primero por campesinos y artesanos y luego por comerciantes y alberguistas llegados para atender la creciente peregrinaci¨®n. La econom¨ªa se desarrollar¨ªa en siglos posteriores con actividades variadas, desde la explotaci¨®n maderera y la extracci¨®n de turba a la impresi¨®n de libros (Einsiedeln lleg¨® a tener cinco imprentas en el siglo XIX).
La gu¨ªa de Hermann K¨¹nig
El monje servita alem¨¢n Hermann K¨¹nig dej¨® escrita en 1495 una gu¨ªa de la peregrinaci¨®n a Compostela en la que sit¨²a este enclave como punto de arranque del peregrinaje centroeuropeo. Al inicio de su libro recomienda al viajero: ¡°Te dirigir¨¢s en primer lugar a Eynsideln. All¨ª encontrar¨¢s las indulgencias de Roma en sobreabundancia¡±. Su itinerario avanza por Lucerna, Friburgo y Ginebra para continuar hacia el valle del R¨®dano y el sur de Francia, entrando en Espa?a por Roncesvalles para seguir por el Camino Franc¨¦s, con algunas variantes de inter¨¦s.
Los viajeros que vienen del norte a Einsiedeln lo hacen por el Camino Suabo. K¨¹nig, procedente de la alemana Vach, en Turingia, lo hizo por all¨ª: baj¨® por Constanza, cruz¨® el lago de Z¨²rich por Rapperswil y, poco antes de Einsiedeln, tras superar el puerto del Etzel, cruz¨® el puente del Diablo (T¨¹felsbrugg), al que cita en su gu¨ªa. Entonces la pasarela era a¨²n de madera y a la entrada hab¨ªa una casa en la que acababa de nacer un personaje extraordinario: Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, Paracelso, quien era hijo de un m¨¦dico al servicio del monasterio benedictino. Paracelso (1493-1541) cobrar¨ªa fama como m¨¦dico, pero tambi¨¦n fue astr¨®logo y alquimista; cuestion¨® los m¨¦todos tradicionales de curaci¨®n y su gran aportaci¨®n a la medicina fue la creaci¨®n de las primeras drogas basadas en elementos qu¨ªmicos. En una edificaci¨®n nueva a la entrada del puente actual, una sencilla placa recuerda su nacimiento en aquel paraje solitario. Tambi¨¦n se le recuerda en Einsiedeln mediante un monumento aleg¨®rico, en una plaza ante el monasterio, as¨ª como en el peque?o Museo Fram.
El gran monasterio
La actual abad¨ªa de Einsiedeln?es b¨¢sicamente barroca. Reconstruida tras diversos incendios, se ampli¨® de nuevo a partir del a?o 1704 siguiendo las directrices de Kaspar Moosbrugger (1656-1723), fraile benedictino considerado como el mayor arquitecto barroco suizo, quien dise?¨® una inmensa edificaci¨®n articulada en torno a un gran templo, de espectacular fachada curva, escoltada por dos poderosas torres y ante una plaza en cuyo centro se alza la fuente de la Virgen (Frauenbrunnen). La gran estructura rectangular del convento queda realzada por la escalinata precedente y la plaza de aire berniniano que rodea a la espectacular fontana, con 14 ca?os donde beben los peregrinos y coronada por un airoso templete con una Inmaculada dorada.
La entrada al monasterio est¨¢ en el patio interior, a la izquierda de la fachada, donde tambi¨¦n se encuentra la oficina del peregrinaje. Ya en el interior del templo, este sorprende por su exuberancia barroca y su estructura compleja, precisamente para dar una respuesta original a su funci¨®n de centro de peregrinaci¨®n. Esa complejidad se percibe al contemplar su plano irregular con espacios de personalidad propia, el primero de los cuales es un espectacular atrio en torno a la capilla de la Gracia (Gnadenkapelle), un templo en el interior de otro templo, donde se muestra la imagen de la famosa Virgen Negra.
La afluencia de devotos es impactante en las concentraciones religiosas de los d¨ªas 14 de septiembre (aniversario de la consagraci¨®n de la bas¨ªlica) y 13 de octubre (aniversario del traslado de las reliquias de san Meinrad), pero siempre hay fieles en los bancos que rodean la capilla. En las paredes cercanas se ven exvotos procedentes de muchos rincones de Europa.
El conjunto del templo impresiona por el colorido de sus frescos y estucados y por elementos singulares como los ¨®rganos, coronados por ¨¢ngeles, o el espectacular p¨²lpito, debido al alem¨¢n Egidio Qyurun Asam. Otro de los nobles espacios monacales es el de la biblioteca, con su gran sal¨®n barroco y su enorme riqueza de contenido, en el que se acumulan infinidad de manuscritos y grabados antiguos, fruto de una intensa actividad cultural y educativa que dio prestigio a Einsiedeln desde la Edad Media.
Para senderistas y gourmets
Pero aparte del valor arquitect¨®nico, cultural y paisaj¨ªstico, Einsiedeln y su entorno poseen acusado inter¨¦s para los amantes del senderismo, del cicloturismo y del esqu¨ª, con un conjunto de trampolines que han sido utilizados como sede de campeonatos e integran un centro de entrenamiento importante para los saltadores suizos.
El peregrinaje y el turismo, incluido el invernal, ha permitido el desarrollo de una buena red de establecimientos hoteleros y restaurantes. Como en cualquier punto de Suiza, si el viajero desea gozar de los encantos gastron¨®micos no ha de olvidarse de los quesos, quesos que se disfrutan en fondue o en raclette y hasta en el popular plato?lplermagronen (macarrones pastoriles con queso y salsa de manzana). Sin olvidarnos de las carnes, con especialidades como el z¨¹ri gschn?tzlets (guiso de ternera). Eso s¨ª, siempre cabe la posibilidad de recurrir a una buena cerveza y un delicioso bratwurst en un sencillo puesto callejero.
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