C?a, un valle portugu¨¦s con mucho que contar
Un gran yacimiento de arte rupestre al aire libre y los paisajes del Alto Duero son dos grandes motivos para visitar esta zona al norte del pa¨ªs luso
Cuando la vegetaci¨®n se desnuda y ti?e de tonalidades oto?ales los p¨¢ramos y vi?edos de las monta?as al noreste de Portugal, se aprecian mejor los miles de dibujos grabados sutilmente en las pizarras junto a la desembocadura del r¨ªo C?a, cerca de la raya transfronteriza cuando el Duero pasa a llamarse Douro. All¨ª se extiende el valle arqueol¨®gico del C?a, considerado entre los yacimientos de arte rupestre al aire libre m¨¢s grandes del mundo y declarado patrimonio mundial en 1998, con doble protecci¨®n por la Unesco ya que est¨¢ en la Regi?o Vinhateira do Alto Douro, protegida como paisaje cultural desde 2001. Un territorio de excelencia, que comparte valor rupestre con el vecino n¨²cleo de Siega Verde ¡ªinscrito en la lista de la Unesco en 2010¡ª y su arte paleol¨ªtico a orillas del r¨ªo ?gueda, unos 80 kil¨®metros al sur, ya en tierras salmantinas.
A principios de los a?os noventa, durante un estudio de impacto ambiental para la construcci¨®n de la presa del Baixo C?a, sali¨® a la luz esta joya en la Canada do Inferno, a la que siguieron numerosos hallazgos distribuidos a lo largo de 200 kil¨®metros cuadrados y en varios municipios, siendo el primero y la sede Vila Nova de Foz C?a. Se aprob¨® la construcci¨®n de la presa en 1995 pese a implicar el sumergimiento de los petroglifos que tanto llamaron la atenci¨®n a los arque¨®logos por su extraordinaria cantidad, debida, en buena parte, a tratarse de un territorio poco habitado y apenas transformado. Gracias a su divulgaci¨®n y a la pol¨¦mica nacional generada, el Gobierno luso paraliz¨® las obras y cre¨® el parque arqueol¨®gico do Vale do C?a. En este lugar predominan los grabados paleol¨ªticos sobre pizarras verticales lisas que llenan el paisaje de caballos, uros, venados, cabras, bueyes y alguna figura de cazador realizados hace 25.000 a?os, aunque se registran otros del periodo Neol¨ªtico, Calcol¨ªtico y de la Edad de Hierro, los m¨¢s j¨®venes, con 12.000 a?os.
Un museo fusionado con el entorno
Mimetizado en un mirador natural donde confluyen el Duero y el C?a est¨¢ el Museo de Arte y Arqueolog¨ªa Vale do C?a ¡ªllamado Museo do C?a¡ª, proyecto de 2010 de Camilo Rebelo y Tiago Pimentel, arquitectos de Oporto. Es uno de los m¨¢s grandes de Portugal (unos 8.000 metros cuadrados) y, sin embargo, acoplado a la topograf¨ªa parece desvanecerse para enfatizar el valor de los dos paisajes patrimoniales conectados: la regi¨®n vin¨ªcola del Alto Douro y el parque arqueol¨®gico entendido como espacio proto land art para sus art¨ªfices. Para ello predomina el hormig¨®n visto realizado con materiales locales, con vistas a obtener su mismo color, y para la textura final realizaron moldes de las rocas de la zona. Una carism¨¢tica entrada a modo de tajo adentra al visitante en sus amplios y oscuros espacios, ofreciendo misterio y espect¨¢culo en torno a la vida social, econ¨®mica y espiritual de los antepasados del valle, y entremezclando objetos e instalaciones multimedia dispuestos seg¨²n criterios de un centro de arte contempor¨¢neo.
Rutas arqueol¨®gicas y medioambientales
La Fundaci¨®n C?a Parque organiza visitas con gu¨ªas especializados en arte rupestre a bordo de veh¨ªculos todoterreno a tres de sus yacimientos abiertos al p¨²blico: la Canada do Inferno, en la localidad de Vila Nova de Foz; Penascosa, en terrenos de las parroquias de Castelo Melhor y Almendra, y Ribeira de Piscos, en la aldea de Muxagata. Parten de los centros de recepci¨®n de visitantes y duran entre 90 y 120 minutos, bajo cita previa ¡ªm¨¢s a¨²n en la actual situaci¨®n por el coronavirus¡ª y con n¨²mero limitado de participantes, por lo que conviene reservar con antelaci¨®n (16 euros por persona; visitas@arte-coa.pt).
Las rutas incluyen desde traves¨ªas por caminos que surcan las laderas entre vi?edos, olivos y almendros con sus cl¨¢sicos palomares ¡ªapreciados en el pasado como alimento y cuyos excrementos se usaban como fertilizante¡ª hasta la caminata para identificar centenares de grabados rupestres diseminados en sus pizarrones. Tambi¨¦n se ofrecen visitas nocturnas y rutas en kayak por el r¨ªo C?a, que suman adem¨¢s la observaci¨®n de la flora y fauna del h¨¢bitat y un ¨¢gape a base de productos locales.
Cultivos en los bancales
Estos ca?ones fluviales han generado un microclima m¨¢s c¨¢lido, provechoso para los cultivos dispuestos en bancales que vencen las escarpadas pendientes a lo largo del sinuoso trazado de meandros, y que ofrecen uno de los paisajes portugueses m¨¢s ic¨®nicos. Con ellos se nutre la gastronom¨ªa local basada en productos de la tierra: almendras, higos, miel, aceite de oliva y productos de estaci¨®n, como la col, acelgas salvajes y setas. Tambi¨¦n del r¨ªo, como el barbo y la boga en migas o escabeches, sin olvidar los vinos DOC que hacen las delicias del turismo de naturaleza y gastron¨®mico. Con el tiempo, las quintas han refinado sus propios vinos abriendo sus bodegas a catas de Portos y Douros. Entre ellas, y sin salir del parque, la Quinta de Ervamoira, que alberga adem¨¢s un museo sobre cultura local y costumbres ancestrales abierto en 1997. Tambi¨¦n es imponente la Quinta do Vesuvio, ba?ada por el Duero en Seixas, o la Quinta de Ventozelo, un mirador en S?o Jo?o da Pesqueira.
Dos propuestas cercanas
Vila Nova de Foz C?a es un pueblo tranquilo donde lo m¨¢s destacable es la iglesia parroquial, que vive de la almendra, producto base de la regi¨®n, y del turismo del parque. En las cercan¨ªas aguardan varias de las conocidas Aldeias Hist¨®ricas ¡ª12 pueblos lim¨ªtrofes con Espa?a, en Salamanca y C¨¢ceres, testigos de siglos de disputas entre ambos pa¨ªses¡ª, como Castelo Rodrigo, Marialva y Almeida.
Navegar el Duero es toda una experiencia para apreciar este paisaje esculpido por el hombre. Hay tres opciones para ello: en un crucero fluvial, en un peque?o trayecto en barcaza a modo de rabelo vinhateiro?o a bordo de un velero, persiguiendo ser cada vez m¨¢s sostenibles en este r¨ªo de dif¨ªcil navegaci¨®n. El embarcadero m¨¢s cercano es Pocinho, y se puede navegar en direcci¨®n al mar unos 60 kil¨®metros hasta el legendario pueblo de Pinh?o, o a tan solo 20 hacia el fronterizo Barca d¡¯Alva, en territorio del parque natural del Duero Internacional, conocido como parque natural de Arribes del Duero en la orilla espa?ola.
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